Señal de Alerta
por Herbert Mujica Rojas
22-8-2022
¡No publica, NO existe!
https://senaldealerta.pe/pol%C3%ADtica/%C2%A1no-publica-no-existe
Difícil refutar el axioma contemporáneo que establece que si
no publica su verdad, testimonio, documento, discurso, foto, propaganda o
filmación promocional o lo que fuere, simple y llanamente ¡NO existe!
Los diarios tienen su página web, las revistas ídem. Los
programas televisivos se alojan on line y ni qué decir de los radiales. Quien
se respete un poquito y entienda que esta es la cultura comunicacional de
nuestros días, busca en Internet y sus redes sociales toda clase de sucesos,
opciones de compra o supervisa quién será candidato a formar parte de su
plantel laboral.
En buena cuenta si
¡No publica, NO existe!
Severo y riguroso fue Umberto Eco cuando sentenció sobre estas
opciones:
"Las redes sociales le
dan el derecho de hablar a legiones de idiotas que primero hablaban sólo en el
bar después de un vaso de vino, sin dañar a la comunidad. Ellos eran silenciados rápidamente y ahora tienen
el mismo derecho a hablar que un premio Nobel. Es la invasión de los idiotas.”
El empresario sabe muy bien que
el camino publicitario es caro y en tiempo de vacas flacas, urge vigilar el
gasto.
El estudiante sabe dónde buscar
si requiere de documentos referidos a la materia específica que le plantea
retos.
Las empresas buscan referencias
laborales en Internet y también hurgan por la hoja de vida bancaria de sus
clientes. ¿O no es así?
Umberto Eco puede tener razón
pero ni todas las redes sociales están infestadas de idiotas puros, lenguaraces
genéticos o aspirantes a escritores que desprecian la ortografía y la gramática
que jamás aprenderán y no hay forma de descartar el recurso on line.
Basta con escoger buenos e
idóneos comunicadores que puedan, con apego indesligable a la verdad,
transformar el producto, la idea o el planteamiento, en una herramienta
comunicacional de alto voltaje en fondo y en forma.
El comunicador instala, merced a
su inteligencia el mensaje cuyo único requisito constituye la certidumbre y
probanza de su aserto. Recordemos que en boca del mentiroso, lo cierto se hace
dudoso.
Aquellos que navegan hoy por una
dirección y mañana por la opuesta, son pasibles de desconfianza y hasta de desprecio.
La coherencia también es indispensable en el comportamiento público.
¡Publicar y existir o no publicar y no existir! ¡Esa es
la cuestión! La inevitable reminiscencia
hacia el Hamlet de Shakespeare deviene muy a propósito.
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