Debate público, democracia y ficciones en el Perú
por Percy Vílchez
Salvatierra; percyvilchez.s@hotmail.com
https://senaldealerta.pe/pol%C3%ADtica/debate-p%C3%BAblico-democracia-y-ficciones-en-el-per%C3%BA
12-7-2022
Todas las discusiones
políticas en medios periodísticos e intelectuales son tangenciales, falsamente
ideológicas (sobre todo, cuando la ideología se impone ante la realidad para
peor suerte de los enajenados que se autoimponen esta apariencia) y
absolutamente desencaminadas respecto de la eficacia que debería ser la prioridad
de todo gobierno y no los membretes o denominaciones de los agentes políticos y
las instituciones.
Todo esto sucede cuando la
política es por un lado, saqueo y desfalco y, por otro lado, puros gestos
huecos y hueros y ni se diga de todas las intersecciones posibles.
Antes la pugna era, según el
decir “común” de ida y vuelta, entre fujimoristas y terruoristas (antes, aún,
entre apristas y comunistas) y ahora se ha sectorizado en parejas de opuestos
incidentales tales como el Ministerio de la Mujer y el futuro Ministerio de la
Familia o si las rondas campesinas son valiosas en la actualidad o si deben
supeditarse ante la presencia, mando y dirección de las FF. AA y la Policía y
si los periodistas amedrentados en Chadín son farsantes autosecuestrados o agentes
pasivos de una forma de coerción ilegítima y víctimas del delito de secuestro.
Sin embargo, todas las
cortinas de humo posibles no impedirán advertir y denunciar lo pernicioso del
desgobierno de Castillo y su inviabilidad manifiesta, la ceguera de la derecha que
no tiene ninguna idea de qué hacer con el país excepto devastarlo en favor de
los pocos “suyos”, y la responsabilidad primordial de la izquierda en esta
desgracia pues sus tendencias electorales posibilitaron el arribo al poder de
cuanto mal se haya empecinado en flagelar al pueblo peruano, no solo desde el
triunfo de Castillo sino desde el mismo cancerbero de sus sueños e ilusiones de
pólvora y dinamita, es decir, Fujimori (solo por insistir en sus monsergas
ideológicas fatales, cuando era obvio que Vargas Llosa tenía el criterio
suficiente para hacer un gobierno de mejores posibilidades para el país).
En este sentido, para que
esto no se repita, debe entenderse que vivir bajo una democracia falsa como la
que padecemos en este momento, posibilita la elección reiterada de individuos
deficientes como la gran mayoría de representantes políticos y la eventual
designación de un nuevo hombre fuerte en el poder (algo que, además,
históricamente, siempre le ha gustado a los peruanos) y la consiguiente pérdida
de una multitud de libertades que, ahora mismo, pese a la farsa general, están
más o menos vigentes.
La única forma de evitar
mayores tragedias que la actual realidad del gobierno peruano y de mostrar que
la libertad y la democracia tienen una importancia muy relevante para nuestras
vidas es luchar de verdad por ellas, pero no en marchas mal direccionadas y
peor conducidas por ciegos y tullidos en términos de criterio y honestidad,
sino participando activamente en política.
Esta participación activa de
parte de la mayoría de la población peruana es lo único que podría efectivizar
una democracia plena y no la patética pantomima realmente existente y esta
exigencia de nuestra época solo puede lograrse fundando nuevos partidos
políticos contundentes y briosos con suficiente bagaje intelectual para
discernir las posibilidades de desarrollo y las respuestas respecto de los
innumerables equívocos que ha sostenido el Perú a lo largo de la historia y,
sobre todo, con la agudeza y el criterio para no cegarse por cuestiones
ideológicas inviables y, además, indeseadas.
Entre la sabiduría y la
fuerza del carácter debe haber flexibilidad para enfrentar la realidad y para
saber conducir a un país entero al orden y el desarrollo de la mayor parte de
la población y no solo de una minoría a la que no le importan sino sus propias
inversiones (la derecha típica) o sus propios vengativos sueños de humo
psicotrópico o bélico (la izquierda en general).
Otra opción sería entrar en
los pocos partidos tradicionales que (aún) pueden ser rescatados, pero solo
para renovar la sangre pútrida que ha corrompido sus móviles y fundamentos
originales y así cubrir de lozanía a organismos severamente aquejados de todos
los extremos a los que el vicio y la depravación ha condenado a la decrepitud y
el exterminio.
Este momento que puede y debe
llevarnos a la interpretación más pesimista de la realidad política es,
también, como toda jornada llena de peligros y obstáculos, el génesis de una
posibilidad de superar la miseria realmente imperante, a través de una apuesta
sustancial por la política, pero no la prostituida y mercantilizada de este
momento, sino una actividad elevada a una condición superior de representación,
de determinación y de ejercicio del poder. Si todo esto falla, solo habría una
tremenda claudicación y la complacencia con cualquier tipo de régimen abusivo
que se entronice en Palacio de Gobierno sin miramientos de ningún tipo.
*Escritor. Abogado. Comunicador. Analista político. Director
de Libertad Bajo Palabra.
Ha publicado “Metafísica del Precipicio” (2015), “En Los
Ojos de la Esfinge” (2016), "DOSCIENTAS IMÁGENES CRÍTICAS DEL PERÚ ANTE EL
BICENTENARIO ( La Verdad Oculta)" (Octubre 2021) y "METAFÍSICA"
(Marzo 2022).
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