¡Aumento, informalidad y sobrecostos!
por Germán Lench Cáceres; germanlench@gmail.com
16-2-2018
Un debate de
nunca acabar y que genera contradicciones naturales de la intención a la
realidad, es el incremento del salario mínimo por norma legal expresa, lo que
se traduce en el ofrecimiento político de los que no pagan planillas con su
bolsillo y que reconocen que los trabajadores realmente ganan poco, versus los
que sí las pagan, ya sea pequeños y/o micro empresarios y que aducen sobrecostos
laborales.
Un encuentro
normal entre los técnicos en su mayoría economistas que con sus matemáticas
sofisticadas y supuestos macroeconómicos como la inflación, demuestran que el
sueldo mínimo está atrasado por la pérdida del poder adquisitivo y los
prácticos que pagan planillas, que en su mayoría afirman que es un sobrecosto
para sus pequeños negocios y los llevará a continuar siendo informales porque
no pueden asumir los costos de la seguridad social y encima vacaciones,
recordemos, que tres de cada cuatro trabajadores no están en planilla.
Este tema nos
recuerda a los pleitos ideológicos de antaño, entre explotados y explotadores,
sindicatos fuertes con dirigentes sindicales con permisos por labor sindical
remunerados por Ley y empresarios que usufructúan el trabajo honesto como
ejemplo los services, (empresas privadas intermediarias, que brindan servicios
de seguridad entre otros, a través de los denominados marrones; estos
trabajadores reciben salario mínimo mensual, pero cobran sus remuneraciones
cuando las instituciones públicas o privadas que contratan a sus empresas pagan
puntual las facturas presentadas por sus empleadores, de lo contrario sus
propietarios o “mercantilistas” simplemente no les pagan, porque dicen que
quienes han contratado el servicio no cancelaron la factura y encima aducen no
tener dinero disponible).
La realidad
es que con un mercado imperfecto lleno de vicios y falta de autoridad de
trabajo, demorará mucho en fijarse el valor real del salario mínimo, cabe precisar
que actualmente a muchos trabajadores no se les paga ni siquiera los S/ 600
(empleados de restaurantes entre otros), ya que se trata de gente poco
calificada o sea de baja productividad que no lo son por estar desempleados
sino por desempeñar labores de escasa productividad y remuneración.
No olvidemos
que la migración del campo a la ciudad ha generado que en el mejor de los casos
los “campesinos sub empleados” contribuyan marginalmente a la producción total,
y que la competencia de esta reserva laboral mantenga los salarios bajos
inclusive si la economía se enriquece, tal como lo sostenía el Premio Nobel en
Economía: W. Arthur Lewis.
De esto debe
tomar nota el Consejo Nacional de Trabajo, lo que se debe intentar hacer con
carácter de urgente, es elaborar un Plan Estratégico Nacional (Estado-privado)
que se implemente en el mediano y largo plazo y que tenga como finalidad entre
otros, mejorar la distribución de los recursos para mejorar el nivel de vida de
los trabajadores.
Sin embargo tampoco,
debemos olvidar al pensador Robert Owen quien decía que: “La clase trabajadora puede ser perjudicada, degradada u
oprimida de tres maneras: descuidándolos en la infancia, cuando se les sobrecarga
de trabajo o cuando se les paga bajos salarios por su trabajo.”
En este
debate no debemos olvidar que las reglas de oro de la economía dicen: a) toda
política económica tiene ganadores y perdedores, b) todo bien o servicio tiene
un precio y c) cualquier beneficio tiene un costo, entonces el debate está
abierto, por ahora esperemos a ver qué sucede en el futuro con el salario
mínimo fijado por decreto.
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