Tuesday, May 12, 2015

"¿Consultarnos?": ¡craso error presidente Humala!

Señal de Alerta
por Herbert Mujica Rojas
13-5-2015

"¿Consultarnos?": ¡craso error presidente Humala!

Al ser preguntado ayer el jefe de Estado, Ollanta Humala, en torno al caso que ventilan ante la Corte Internacional de Justicia de La Haya, Bolivia y Chile, respondió correctamente que ése era un tema bilateral pero incurrió en craso error cuando enunció la posibilidad de "consultarnos" si esos dos países "deciden" que la salida al Pacífico "sea por Arica".

Recordemos lo que dice el Artículo 1 del Protocolo Complementario inseparable del Tratado de Lima del 3 de junio de 1929:

"“Los Gobiernos del Perú y de Chile no podrán, sin previo acuerdo entre ellos, ceder a una tercera potencia la totalidad o parte de los territorios que, en conformidad con el Tratado de esta misma fecha quedan bajo sus respectivas soberanías, ni podrán sin ese requisito, construir, a través de ellos, nuevas líneas férreas internacionales.”

Escribí no ha mucho y ante la aserción pronunciada por un embajador desdeñoso, lo siguiente:

"El Tratado del 3 de junio de 1929, entre Perú y Chile dice con claridad meridiana e inconfundible que se trata, para cualquier cesión a tercera potencia del patrimonio acordado -Arica y Tacna- por el tratado, de un previo acuerdo entrambas. Previo acuerdo no es consentimiento sino antelada y muy cuidadosa presentación de argumentos para el establecimiento de un convenio que posee la característica distintiva y singular de previo. ¿De qué consentimiento habla Ponce dando por hecho que Perú tiene que decir sí o no a la pretensión boliviana de un corredor por Arica?

Esta imprecisión se reitera con frecuencia en Torre Tagle, no son pocos los que la dicen y es mayúscula la recurrente barbaridad en boca de supuestas autoridades en el tema. Regalan así y traicionan a la Patria quienes merodean por estos caminos vedados por la historia del conflicto de 1879-1883 y que costó el sacrificio de miles de mártires en defensa del territorio nacional. Nada de esto importa cuando se trata de decir naderías con soberbia e imprecisión." ¡Previo acuerdo, señor Ponce, previo acuerdo! http://www.voltairenet.org/article183735.html?var_mode=recalcul 12-5-2014

En otro texto informativo sostuve:

"En buen castellano antes que cualquier trato con algún otro país, Perú y Chile tendrán que establecer un previo acuerdo sobre la suerte de Arica y Tacna. De otro modo se estaría violando el Tratado que fue -y es- base fundamental del contencioso marítimo que se ventila en La Haya.

¿A qué aspira la ciudadanía del Perú en cuanto a sus profesionales de la diplomacia? ¡A que defiendan a la Patria en el delicado arte de la negociación en la mesa y en la habilidad jurídica de la defensa sólida de los Tratados que, como el de 1929, sirven de piedra angular de nuestra política exterior con Chile. Quien o quienes NO lo hagan así incurren en traición, monda y lironda.

No pocas veces se habla con irresponsabilidad de que Perú tiene "que opinar" en torno a los terrenos que fueron suyos cuando lo que hay, con meridiana e inconfundible claridad, salvo interpretación torcida, es la obligación de lograr un previo acuerdo que puede venir desde Chile o generarse en Perú en un ejercicio bilateral y exclusivo." Perú-Chile: el insustituible Previo Acuerdo http://www.voltairenet.org/article178028.html?var_mode=recalcul, 2-4-2013

Infiérese de modo irrecusable que cuando se habla de Arica y Tacna y para su cesión a cualquier otro tercer país, tiene que haber un previo acuerdo entre Perú y Chile ¡nadie más!

En Perú-Chile: un poco de historia (14-5-2004) http://www.voltairenet.org/article120900.html se consignan los siguientes párrafos ilustrativos:

“El 3 de junio de 1929, es decir, hace casi 75 años, Perú y Chile firmaron el Tratado y Protocolo Complementario para resolver la cuestión de Tacna y Arica. En el artículo primero del Protocolo se dice: “Los Gobiernos del Perú y de Chile no podrán, sin previo acuerdo entre ellos, ceder a una tercera potencia la totalidad o parte de los territorios que, en conformidad con el Tratado de esta misma fecha quedan bajo sus respectivas soberanías, ni podrán sin ese requisito, construir, a través de ellos, nuevas líneas férreas internacionales.”

Quiere decir que cualquier decisión sobre un milímetro de Arica tendrá que ser con previo acuerdo sobre los términos, alcances, duración y formas en que esta eventualidad pudiera tener ocurrencia. No es que Chile presente al Perú decisiones tomadas con terceros países, sino que un trato antelado, enhebrado en sinergia tiene que incluir la decisión soberana de ambos países: Perú y Chile, ningún otro. Por tanto, desde 1929, nada ha ocurrido sin que nuestros países hayan dado su consentimiento o negativa expresos.

Para el ilustre diplomático e historiador, Félix C. Calderón, en su obra El Tratado de 1929: La otra historia, refiriéndose a las modalidades de servidumbre en el artículo 1º del Protocolo, escribe: “Cómo puede apreciarse, ella consiste en la autolimitación que ambos países se han impuesto respecto a la suerte de Tacna y Arica, después de la entrada en vigor del Tratado de 1929” (p.290).

Es más, precisa Calderón que “De origen chileno e incluida a insistencia de ese país (el artículo 1º del Protocolo), lo que se persiguió con esa cláusula fue frustrar cualquier eventual arreglo peruano-boliviano en detrimento de Arica. Stricto sensu, esta limitación debió haberse aplicado solamente a Chile, como resultado de la cesión territorial de Arica que hizo el Perú. Lo curioso del caso es que habría sido la libre disponibilidad del Perú sobre Tacna, sobre todo en lo que se refiere a la construcción de una nueva vía férrea hacia La Paz, lo que habría querido restringir Chile. Y para ello no se le ocurrió nada mejor a la Cancillería de La Moneda que recurrir al texto del artículo sexto del Tratado boliviano-chileno de 10 de agosto de 1866, tal como lo recordara Culbertson” (p. 290, op. cit).

En la p. 237 de Posición Internacional del Perú, Alberto Ulloa Sotomayor, sostiene: “Resuelta la cuestión de Tacna y Arica sin la participación de Bolivia, el interés y juego de Chile son y tienen que ser claros en el sentido de orientar hacia el Perú la aspiración portuaria boliviana. Satisfacerla a costa nuestra significaría vencer y debilitar nuevamente al Perú, émulo permanente de Chile en el Sur del Pacífico; crear una separación abismal entre el Perú y Bolivia por un tiempo cuya extensión estaría en razón directa de tan monstruosa injusticia; crearle al Perú un nuevo competidor político y económico, en mejores condiciones geográficas y necesariamente subordinado o sometido a Chile, ya que no podría ser amigo del Perú y ya que necesitaría apoyar en una amistad con aquél la garantía de continuidad en una posesión írrita de la que el Perú haría todos los esfuerzos posibles por expulsarla”.

El integérrimo patriota Alfonso Benavides Correa afirma en su libro Por la patria libre y la justicia social, en la p. 64: “Chile se luce muy generoso con el territorio de Arica, que fue exclusivamente peruano hasta el 3 de junio de 1929 en que el Perú se la cedió a Chile con reservas de dominio, pero se cuida de no hacerle ningún ofrecimiento por los territorios que a Bolivia le pertenecieron hasta el 20 de octubre de 1904 en que, de sur a norte, Bolivia tuvo como puertos propios Antofagasta, Mejillones, Cobija y Tocopilla. ....Chile no le ofrece a Bolivia ninguno de estos puertos porque desde 1879, le ofreció Tacna y Arica a Bolivia, o únicamente Arica o una fracción de Arica, que no pertenecía a Bolivia sino al Perú que se proyectaba desmembrar, como canje por Atacama que Chile le sustrajo a Bolivia y como póliza de seguro de Tarapacá que Chile le arrebató al Perú”.

Debería el presidente Humala asesorarse mejor para no incurrir en errores que en su posición son o juegan en detrimento de la integridad soberana de la Patria.









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