Wednesday, October 31, 2012

Fujimori pinta, me lee y le hice firmar su indulto

Fujimori pinta, me lee y le hice firmar su indulto

por Guillermo Olivera Díaz; godgod_1@hotmail.com

http://www.voltairenet.org/article176432.html?var_mode=calcul

 

31-10-2012

 

Les cuento que mis artículos son publicados en más de 50 grupos  y en varias decenas de blogs y webs del ciberespacio a partir de la red Voltaire. Un grupo de más de 1,500 miembros es mío: "Reprobemos siempre al curtido corrupto" y en otro soy uno de sus impuestos administradores: "Ensayos sobre la oligarquía peruana". Éste tiene más de 6,100; a ambos se han colado muchos seres ficticios que son el mismo reo y mis detractores.

 

Los cuatro últimos doblegaron a Fujimori. Llevan por título: "Analfabeto obligado a pedir él mismo su indulto", a través de su huella dactilar; "Humala: sin firma no hay indulto", casi apocalíptico para el indulto; "Titular de indulto humanitario debe firmar solicitud" y "Comisión: ¡aberrante violación de normas de indulto"! Pueden verlos a los 4 en Internet y contar cuántos blogs y webs los han reproducido.

 

Los dos colgados ayer 30-10-2012 terminaron por convencer al dubitativo Fujimori que tiene que firmar el pedido ya hecho por sus hijos. Uno de sus infaltables esbirros me confidencia que inmediatamente se puso a redactar la carta de puño y letra que la subió Radio Programas del Perú (RPP). Los que saben que constaten la hora y la comparen con mis artículos. En ella consignó su propia decisión: "voy a adherirme a la solicitud presentada por mis hijos", lo cual tendrá lugar el día de hoy 31.

 

Anoche mismo colgué mi siguiente respuesta; la pueden ver en mi grupo, en el muro de mi cuenta personal en Facebook y como comentario a la carta de Fujimori en la nota periodística de Javier Soto de La Primera.

 

Fujimori: ¡socarrona adhesión al pedido de sus hijos!

 

Prosigue siendo peligrosamente socarrón el ladino reo de la DIROES.

 

Creo, sin cavilación, que el condenado a 25 años, don Alberto Fujimori, ha escuchado brumosamente que existe el recurso impugnatorio llamado de "adhesión a la apelación" de la otra parte o conoce de oídas que los "contratos de adhesión" ya están previamente mecanografiados para que se adhieran otros interesados, por eso espeta socarronamente, de puño y letra: "voy a adherirme a la solicitud presentada por mis hijos". Adopta así una pose accesoria de otra principal, subalterna.

 

Dos apelaciones y dos pedidos de indulto.- Así como la adhesión a la apelación es una apelación más, hasta ser dos apelaciones diferentes, de efectos contrarios, del mismo modo su adhesión a la solicitud de sus hijos se convierte en un pedido más y coexiste con el otro pedido, resultando, entonces, dos peticiones de indulto: la de los hijos y la del padre. ¿Ambas tendrán los mismos fundamentos de hecho si los cinco no están enfermos y, por ende, no sienten los síntomas por igual?

 

Dos pedidos: uno principal y otro accesorio.- Siendo la adhesión de naturaleza o calidad accesoria de la apelación principal, en este caso del pedido de indulto de sus hijos, resulta que el padre Alberto como ramita, sin querer queriendo, se ha colgado del tronco que constituye el pedido de sus cuatro hijos; en otros términos, se ha convertido en parte accesoria de un pedido principal. ¿Si acaso se cae el tronco por inadmisible, improcedente, infundado, hipotético desistimiento o disenso entre los cuatro, se caerá la rama? No me atrevo ni a imaginarlo.

Convendría que la Comisión de Gracias Presidenciales resuelva previamente este aparente galimatías de dos pedidos de indulto, uno tras otro, debiendo ser uno, simple y llanamente sin atisbos de subterfugio.

 

¿Prosigue el cálculo político, como por ensalmo, en búsqueda de ingente publicidad con financiación encubierta so pretexto de indulto, ante las mismas narices del modesto pueblo sufrido y aguantador? La respuesta es suya.

 

Añado hoy 31, a las 5.46 de la mañana. Tiene tiempo para leerme y darle forma al escrito que Nakazaki presentará hoy mismo, en horas de oficina, a la Comisión de Gracias Presidenciales. ¡Qué bien que en algo le sirva al contrito reo Fujimori!

                                        

 

 

 

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