Alan ha ido a hablar de la seguridad nacional, sin ningún respaldo, y Chile lo hizo con un garrote en la mano
Visita a Chile y acuerdos innecesarios con el gobierno chileno a cambio de nada
HUGO RAMÍREZ CANAVAL
Contralmirante (r)
Considero que el viaje del presidente García a Chile ha sido innecesario y comprometedor. Ese peligroso y desmedido juego a pacifista (ya vamos a hablar de Chamberlain), su solitaria idea del desarme total, ese afán por caer simpático al enemigo que por boca de todos sus políticos de segundo nivel, no deja de ofenderlo, lo único que hace es comprometer el futuro del Perú.
Da pena comprobar una vez más, la irresponsable y antipatriótica actitud histórica de los políticos peruanos, que cuando sucede en esos niveles, ponen en riesgo la seguridad nacional. ¡Estos no cambian! En 1878, cuando los marinos con Grau a la cabeza, pedían buques para hacer frente al poder que con el apoyo descarado del poder inglés, había adquirido Chile, los políticos les llamaban "alarmistas" y el iluso presidente decía: "Mi compadre Pinto (por el presidente chileno) no me va a hacer la guerra".
Al año siguiente nos invadieron; ocuparon y saquearon nuestro territorio. Murieron muchísimos peruanos -hasta niños- tratando de defender la Patria con escopetas y balas de otro calibre. La gente responsable en el mundo, sabe que ¡Los pueblos que olvidan su historia, están condenados a repetirla! El problema es que en el Perú, los "condenados a repetirla", serán solamente el pueblo. ¡Los políticos culpables, huirán, como siempre…!
El presidente García ¿conocerá la historia? Parecería que nunca ha oído hablar de una perversa guerra que nos hizo Chile con el apoyo inglés. Es que cuando llega al poder por segunda vez, en lugar de preocuparse por la seguridad nacional, como haría cualquier presidente responsable, se dedica a acosar a los peruanos que ponen el pecho, esos que llegado el momento, saldrán a inmolarse con las manos vacías, por su capricho.
Olvidando que es el Jefe Supremo, anuncia que "no es amigo" de los militares y policías, y no quiere darles armas. ¡Como si las armas fueran para ellos!
Se opone al gasto de los miserables 650 millones de US$ asignados para repotenciar el armamento obsoleto, que no es reemplazado ni conservado operativo, desde 1980. Para dar gusto a los caviares que lo mangonean, ordena que será a lo largo de 5 años, cuando Chile gasta esa suma cada 4 meses.
En fin, entre 1980 y 2006, no teníamos "un problema" con Chile, pero los enemigos del sur se armaban por su plan de no respetar el laudo de La Haya, pues, sabían que teníamos la razón y que si acudíamos a ese alto Tribunal, ganaríamos. ¡Los chilenos lo sabían y se armaban para no respetarlo!
Estimado lector, Ud. sabe que un gobernante responsable, si decide plantear una reclamación contra un país siempre agresivo y que se está armando, lo menos que puede hacer es averiguar cómo andábamos en la seguridad nacional. García debió ordenar un agresivo gasto para recuperar la condición de disuasión –no para atacar a nadie- solamente para detener cualquier intento de agresión, ordenando el préstamo de 4 mil millones de US$ de los fondos de reservas internacionales, para ser devueltos por el Fondo de Defensa, según tenga los ingresos de Ley, y comprar misiles anti tanques y anti aéreos, torpedos y radares. ¡Poco, pero efectivo!
Ahora, va con las manos vacías, sin ningún respaldo, a sentarse a discutir problemas que atañen a nuestra seguridad y a hablar de nuestros recursos, frente a quienes acuden con un garrote en la mano. El Canciller debería informarle que los representantes de los Estados se sientan a hacer tratos con el respaldo de sus ejércitos. El problema no está para ir a salir en la foto.
Volviendo a lo de "viaje inconveniente", ya sabemos qué documentos ha firmado, pero vemos varias frases que los chilenos se encargarán de "traducir" en su momento, como han hecho con los "acuerdos de pesca" de 1952 y 1954, que para ellos son "tratados de límites". Teniendo esos viejos ejemplos, no podemos ni debemos ser tan ingenuos. Le hacen ir, le dan cuerda y suelta una frase que ya está grabada para el próximo alegato de Chile ante La Haya: "Nuestro principal objetivo no es ganar o perder un litigio; es superar un tema y superarlo para siempre"; además, siempre sucios, lo "chuponean" y lo difunden al mundo. ¡Ya estará planteada la Nota de protesta, ¿no?!.
Se sabía de qué le hablarían. El Canciller chileno, Moreno, un día antes del viaje hablaba de "concretar una integración energética" y dijo: "Creemos que en todas las cosas que sean de beneficio mutuo, tenemos que avanzar, y naturalmente, en este campo hay un beneficio mutuo". ¿Beneficio mutuo? ¿Qué obtenemos a cambio de nuestro gas? ¿Dónde está lo mutuo?
Además, como tienen el garrote, se reafirma desafiante, y dice: "Tenemos un tema en el cual tenemos una diferencia de opinión importante con Perú, pero eso tiene un camino para resolverse y estamos poniendo toda nuestra dedicación y esfuerzo para que queden bien cautelados los derechos chilenos". Pero García les dice que no le importa perder o ganar. Pobre Perú.
Hablando de los papeles firmados, remarcando el hecho de que no debió ir y no firmar nada. Los peruanos creemos que el Perú no debe firmar nada, mientras no se pronuncie La Haya. El gobierno saliente no tiene ningún derecho para hipotecar el futuro de la Patria. Esperamos que todos los candidatos al sillón de Pizarro se pronuncien oponiéndose.
Por otro lado, ¿Qué es eso de "la integración energética", como figura en el documento firmado? Se habla de un "Acuerdo marco de integración energética que establezca las normas generales para los intercambios de energía entre ambos países". ¡Cuidado! Repito ¡Cuidado! Mejor que sea el próximo gobierno, para que envíe peruanos responsables… Que no vaya ningún caviar a buscarse una condecoración chilena.
Además, ahora que han gastado 20 mil millones de US$ y nosotros ni los 650 miserables millones, se compromete a la "homologación para la medición de gastos en Defensa". ¡Ahora que ya gastaron, no nos van a dejar gastar alguito!
Este viaje me recuerda dos reuniones de Hitler, cuando bien armado, empezó a mangonear. Cuando decidió apoderarse de Austria, invitó al Canciller austriaco a Alemania, y dicen los historiadores que "le tiende una emboscada política, lo presiona y terminan firmando un tratado, que a la postre significó el fin de la independencia de Austria".
Otro que viaja a la cueva del león, en los días que Inglaterra y Francia no querían enfrentarse a Hitler, es el canciller inglés Chamberlain, quien firma un tratado de paz con Hitler, con una serie de claudicaciones, y vuelve a Inglaterra radiante de felicidad, agitando los papeles del tratado: "Tenemos la paz, tenemos la paz". Los ingleses y los franceses celebran alborozados en las calles, pero Churchill indignado dice en la Cámara: "Inglaterra tenía para escoger entre la deshonra y la guerra, escogió la deshonra y tendrá guerra".
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