Wednesday, November 22, 2006

¡Anulen Concordato con Estado Vaticano!

Señal de Alerta
por Herbert Mujica Rojas
22-11-2006

¡Anulen Concordato con Estado Vaticano!

El Tribunal Constitucional falló porque las dependencias del
ministerio de Salud brinden previsión e información sobre el
Anticonceptivo Oral de Emergencia conocido como píldora del día
siguiente. ¿Se quedarán tranquilos esos que se creen con el derecho de
opinar en torno al tema? Verbi gracia, ¿la Iglesia Católica no volverá
a las andadas de su trasnoche eterna y profundamente entrometida?

En 1979, entre gallos y medianoche, el gobierno militar de entonces
firmó con el Estado Vaticano el Concordato que libera de impuestos a
la Iglesia Católica, provee de facilidades increíbles a esta confesión
y, para colmo de males, consagró que este grupo religioso viva a
expensas del pueblo peruano que sufraga con sus impuestos, los sueldos
de ministros que su jerarquía gana! Las mentiras del capitoste mayor
de la cofradía, Juan Luis Cipriani, quedaron en muy mal pie en días
anteriores cuando dimos cuenta de la esforzada investigación acometida
por Humberto Ramírez.

El ciudadano José Donayre Gamarra fue el primero que, años atrás,
dirigiéndose al Congreso de hamponesca mayoría fujimorista, cuestionó,
en esfuerzo pionero y príncipe, esta manifiesta ilegalidad. Entonces
denunció los sueldos de muchos prelados. Justo es reconocer su
valiente actitud.

El Estado debía mantener independencia absoluta, integral, definitiva
y eterna con cualquier confesión o grey religiosa. Hay grupos
evangélicos que buscan su propio Concordato, es decir, procuran, no la
anulación de este tratado internacional que NO ha sido refrendado por
ningún Congreso, sino que quieren tener las mismas sinecuras que, para
mantener improductivos, paga el pueblo.

Si ningún Poder Legislativo ha dado su acuerdo, y mucho menos
discutido, ese tratado internacional, ¿no tiene vicio insalvable el
convenio de marras? ¿Por causa de qué la ciudadanía tiene que trabajar
para vivir y un grupo de vagos, de múltiples vertientes y –según
ellos- posición política, goza de una circunstancia profundamente
discriminadora con el resto de los habitantes? La Iglesia Católica no
paga impuestos sobre sus millonarias propiedades inmobiliarias,
mineras, suntuarias o hereditarias. ¿No es hora de una gran auditoría
para ajustar los pernos a los evasores?

Ha poco un grupo de ONGs, so pretexto de promover un Estado laico, se
reunió en Lima, dizque con ese propósito. Pero, lo único que debió
haber sido viga fundamental del cuestionamiento que separe al Estado
de la Iglesia Católica, el Concordato, no fue tocado en ningún idioma
u óptica radical que decantase las áreas de influencia de modo claro e
inequívoco. Entonces la pregunta deviene frontal: ¿fue sincera o
paliativa aquella reunión? Mi viva impresión es que todas las
burocratizaciones para justificar dólares foráneos vía turbamultas o
jamborees bobos –y profundamente hipócritas- no sirven para
¡absolutamente nada! Salvo para que algunos funcionarios tengan
facturas y gastos que, acompañados de sus respectivos recibos de
honorarios, demuestren que han "invertido" los copiosos fondos y en
moneda norteamericana.

La conquista del Perú no fue una historia rosa. Fue un evento cruel,
anti-cristiano, codicioso y envilecido por la bajísima moral de los
que arribaron. Fueron expoliadores, algunos con espada y barba y otros
con sotana y también barba y algunas biblias como aquella que el Inca
Atahuallpa arrojó al suelo en demostración digna de asco por un
adminículo que entonces no podía comprender y mucho menos al borde de
lo que fue su posterior asesinato con el garrote. De modo que desde
hace varios cientos de años hay quienes entraron por la ventana, a
sangre, fuego y biblia, a la historia patria. ¡Y nunca han pagado
impuestos!

¿Qué espera el Congreso para poner en su agenda con prioridad
dramática y cívica, el tema de la anulación de este ilícito tratado
internacional que compromete al Estado peruano y a sus sufragantes, 26
millones de hombres y mujeres? La fe es un tema que cada quien puede
escoger y practicar, hasta la Iglesia Católica, la de los tribunales
de la Inquisición y represora per se. Pero hay intromisiones pagadas
con el dinero del contribuyente que no merecen ¡ni un minuto más! ser
padecidas por razón alguna. ¿Qué opinan los legiferantes novísimos? ¿O
tienen miedo a las excomulgaciones que como las bulas, vendían a
granel, los malos funcionarios eclesiales? ¡Bah!

¡Atentos a la historia; las tribunas aplauden lo que suena bien!

¡Ataquemos al poder; el gobierno lo tiene cualquiera!

¡Hay que romper el pacto infame y tácito de hablar a media voz!

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hcmujica.blogspot.com
Skype: hmujica

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