Sunday, May 06, 2007

Inglaterra usó a Chile contra el Perú

Inglaterra usó a Chile contra el Perú


La Guerra del Guano y del Salitre (1879-1883)
Plinio

Esquinarila

(plinio2005@gmail.com)

Si epopeya significa, según la Real Academia de la Lengua, "conjunto de hechos gloriosos dignos de ser cantados épicamente", la Guerra del Guano y del Salitre de 1879, mal llamada "guerra del Pacífico", no puede tener ese carácter porque simplemente fue de rapiña. Y es que Inglaterra utilizó a Chile contra el Perú para apropiarse de riquezas salitreras que no eran suyas. Desde esta perspectiva, la sanguinaria ocupación chilena en el Perú no puede ser heroica ni tener contornos de epopeya. No lo decimos solo nosotros, los peruanos, sino historiadores de la talla del inglés Sir Clement Markham, quien escribió cientos de páginas de aquella bestialidad, con apoyo inglés, que llevó "su afán de despojo y confiscación a límites nunca sobrepasados". "En todo lo cual –subraya el autor– se ve el efecto desmoralizador de una política de gloria militar y de conquista".

Por eso que este buen señor Markham auguró que el pueblo peruano, más allá de su quebranto, con seguridad se levantaría de las ruinas. En cambio lo que Chile obtuvo por la fuerza del despojo le sería siempre nociva. Dicho de otra forma, cualquier heroísmo que pudieran haber derrochado los sureños se devaluó con aquella sangrienta e ignominiosa ocupación que el Perú jamás olvidará.
La guerra de 1879 de Chile contra Perú y Bolivia fue preparada en efecto por Inglaterra en apoyo de sus empresas o Casas Gibbs y North, que fueron las beneficiarias en la explotación del salitre arrebatado a peruanos y bolivianos. "En esta guerra Inglaterra envió 7 acorazados que estuvieron frente a la costa peruano-chilena, que si bien se mantuvieron "neutrales", intervendrían si Chile perdía la guerra", dice Santiago Paulovic (*).

El jefe marino de las fuerzas chilenas, Patricio Lynch, sirvió 15 años en el ejército británico, participando incluso en la guerra del opio, nos recuerda por su parte el peruanista mapochino Pedro Godoy.

Los uniformes chilenos fueron confeccionados con tela inglesa, los fusiles usados por soldados chilenos eran ingleses, los barcos y armas chilenas fueron vendidas por Inglaterra a precios simbólicos.

¿Neutralidad?
Inglaterra, recuerda en otro momento Paulovic, bloqueó la venta de armas a Perú y presionó a otros países en la misma dirección. Perú mandó construir dos acorazados en Alemania, el "Sócrates" y el "Diógenes", pero al pasar por el puerto británico de Southampton fueron detenidos, en aplicación de las leyes británicas de "neutralidad"; sin embargo en plena guerra dejaron salir a un barco chileno, construido obviamente por los ingleses, tal como fue publicado en el diario norteamericano New York Herald.

Es más, ya en 1868, es decir once años antes de la guerra, Chile hacía gestiones secretas con el enemigo de entonces, España, apenas concluida la guerra en la que Perú triunfó, defendiendo incluso a Chile, para la adquisición de los barcos "Chacabuco" y "O'Higgins", que deberían ser sacados de sus astilleros por los ingleses.

Posteriormente, como ya es sabido, entre 1874 y 1875, Chile encarga a Inglaterra la construcción de otros dos modernos acorazados, con el agravante que en la sesión secreta del Congreso chileno del 2 de abril de 1879, se dejó constancia que los "preparativos para la guerra fueron organizados con mucha anticipación", es decir en 1868, teniendo el Estado chileno plena certeza de la superioridad de su marina frente a la peruana que estaba "en un estado lastimoso de abandono".

Tanto Inglaterra como Alemania, y en menor medida Francia, apoyaban a Chile, lo que incomodaba a Estados Unidos. Por eso es que en abril de 1882 el secretario de Estado norteamericano James Blaine, como lo publicó LA RAZÓN, ante la comisión de relaciones exteriores del Congreso norteamericano dijo estas memorables palabras: "La guerra del Pacífico es una guerra inglesa contra el Perú con Chile como instrumento".

Hay otras versiones no desmentidas que sostienen que el presidente norteamericano James Abram Garfield (1831-1881), por entonces opuesto a la entrega de territorio peruano a Chile, porque esto beneficiaba a Inglaterra, envío la fragata Lackawanna a la bahía de Arica para que un emisario suyo entable conversaciones de paz con los representantes de Perú, Chile y Bolivia, sin concretar sus propósitos.

Pero antes, según Paulovic, "ocurrió el 'oportuno' asesinato del presidente Garfield, y su sucesor se desentendió del problema. Dicen que extrañamente los documentos a los interrogatorios del asesino Charles Guiteau 'se perdieron'".

Piratería
Para que esto sucediera, años atrás, el estratega chileno Diego Portales tuvo que destruir, ¡con apoyo de peruanos!, en la primera guerra con Chile, en la batalla de Yungay (1839), la Confederación Peruano-Boliviana impulsada por ese gran visionario que fue el general Andrés de Santa Cruz Calahuama. Y tres años antes (1836), sin previa declaratoria de guerra, el mismo mercader Portales ordenó por sorpresa el asalto y captura de la flota más poderosa del Pacífico de entonces, la del Perú confederado, en un típico acto de piratería que la historia oficial ha olvidado.

El cholo Andrés de Santa Cruz había tratado de cumplir, bajo el ropaje de un guerrero de los Andes, de un Manco Inca del siglo XIX, la misión integradora de su tiempo: restaurar, en un nuevo estadio del desarrollo histórico, la unidad pan-andina que se había perdido con el colapso del imperio de los incas, objetivo vital que tanto el ideario de Bolívar cuanto el nuevo expansionismo portaliano tenían que socavar y/o liquidar, cada uno en su tiempo y a su manera: uno con la piratería y otro creando el Estado artificial de Bolivia.

Eran años en que la llamada "anarquía militar" de los guerreros se agotaba primero con Santa Cruz, luego con la muerte del último caudillo de esa época, Ramón Castilla, para dar pase al civilismo mercantil capitalino y costeño, que toma el poder para enriquecerse con las riquezas del guano y para dar pase a esa era de orgía de dispendio en 1872, a escasos siete años de la aciaga guerra, cuando esta casta dominante en la práctica licencia al Ejército y a la Marina, mientras en el país del sur se armaba, siempre con apoyo inglés, desde 1868, como señalamos líneas atrás, es decir once años antes del estallido del conflicto.

Es curioso como la historia oficial se esfuerza en ocultar la responsabilidad de líder político de los mercaderes del guano, el civilista Manuel Pardo, que desoyó las previsiones de Castilla ("si Chile compra un barco, Perú debe comprar dos"), destruyó y persiguió al Ejército, debilitó su ancestral espíritu guerrero, expuso a la patria a merced del expansionismo chileno que buscó pretextos, orquestados en efecto desde Gran Bretaña, para iniciar su guerra de rapiña que ahora pinta de "epopeya".

Traidores
En la Guerra del Guano y del Salitre (1879-1883) ese civilismo limeño se pintó en su verdadera faceta. También los personajes tipo Mariano Ignacio Prado, quien era presidente al inicio de la guerra, pero ante los primeros fracasos, un 19 de diciembre de 1879, se fue a Europa, con el pretexto de comprar armas, llevándose un cuantioso botín de dinero, joyas y objetos de valor recolectado por las Damas de Lima para la defensa del país. Regresó en 1887, sin dar cuenta del dinero y joyas para las armas. Estos detalles poco a poco va "olvidando" la historia oficial, la que sí resalta el papel de uno de sus hijos, que fuera presidente del Perú dos veces: Manuel Prado Ugarteche.

Hubo también un coronel EP, Carlos Agustín Belaúnde, improvisado militar pierolista a quien dieron grado de coronel, el mismo que cuando los oficiales de Arica decidieron la defensa de la plaza por unanimidad, fue el único que se opuso con vehemencia. La historia cuenta que por este comportamiento, don Francisco Bolognesi dispuso su arresto y fue llevado preso al monitor "Manco Cápac", pero antes de la batalla de Arica logró desertar con destino a Moquegua. Uno de sus descendientes sería también presidente dos veces en la segunda mitad del siglo XX.


El "Taita" Cáceres
Quien salvó el honor nacional, en palabras de los mismos chilenos y de historiadores de otras latitudes, fue el caudillaje del coronel Andrés Avelino Cáceres Dorregaray, el "Taita" Cáceres, de actuar brillante en la campaña de Tarapacá al mando de la II División del Ejército del Sur. Combatió en la siguiente campaña de Moquegua, y luego en la de Lima, nuevamente como jefe divisionario, con el mismo rango de coronel. Y es que el grado de general sólo le fue otorgado por la Asamblea de Arequipa, a fines de 1882, siendo vicepresidente provisional don Lizardo Montero.

Los soldados de Cáceres, demás está decir, peleaban con machetes, lanzas, garrotes, piedras y unos pocos con fusiles anticuados. Eran las montoneras y las guerrillas de miles de indios pobres que lo acompañaban al "Taita" en la inmensidad de la cordillera. De los varios ejércitos que formara, la mayoría de sus hombres murieron en su ley, por el Perú. Y con seguridad que el último de sus ejércitos, derrotado con la complicidad de traidores en Humachuco, se hubiera recompuesto, y habría marchado sobre Lima, inexorable, si no fuera porque los chilenos calcularon que prolongar la ocupación era arriesgar el pellejo y obligaron a sus títeres –Iglesias en primer término- a la firma del ignominioso tratado de Ancón.

¿Qué había pasado en el ínterin de la guerra? Que en el curso de la conflagración el espíritu guerrero de los Andes, encarnado en Cáceres, había desplazado al mercantilismo costeño disfrazado políticamente de civilismo.

La reconstrucción
"Finalizada la contienda, fue restaurada la Constitución de 1860 redactada por los discípulos del gran líder conservador Bartolomé Herrera, con su promesa de equilibro, y los empobrecidos mercaderes del campo y la ciudad fueron convocados para sumarse a la obra de la Reconstrucción Nacional. Pero cuando el país había sido saneado de las pesadas reparaciones de la guerra, el alma mercantil en falencia quiso asaltar nuevamente las arcas del Estado y copar el poder para repartirse los pocos dividendos de la convaleciente República", dice Fernán Altuve en cierta parte de su obra "La democracia fuerte".

Pero al final de la guerra no se diga que a Chile le fue de maravillas. Recuérdese que el presidente Juan Manuel Balmaceda quiso nacionalizar el salitre arrebatado a Perú y Bolivia, pero los intereses británicos le organizaron una guerra civil con el general Estanislao del Canto, que había combatido contra el Perú, desangrando a su país, y el mismo Balmaceda terminó suicidándose. Como se ve, ni Chile disfrutó del salitre, el único beneficiario fue Inglaterra. Así pagaron los ingleses a la felonía chilena.

(*) http://foro.loquo.com/viewtopic.php?p=198235

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7 comments:

dorian ruiz rendon said...

interesantes comentarios

ciotto said...

Siempre los mismos mitos, tanto odio le tiene a Chile, que ni siquiera desean reconocer que perdieron contra nosotros??
Prefieren engañarse creyendo que fué Inglaterra quién los venció, para así mantene su dignidad incólume, acaso es indigno perder cuando se luchó con honor??

Internet da para mucho,inclusive para las opiniones tendenciosas como estas. Escribirlas en un libro ya no resulta tan fácil.

Primero se debe aclarar que Chile no ocupó ni un sólo rifle inglés, Chile usó rifles Comblain,Beaumont o Grass.
Patricio Lynch efectivamente sirvió en la armada britanica, pero sólo 7 años; al igual que un capitán peruano, Juan Guillermo More (capitan de la Independencia), el también sirvió en la armada británica. Quizas el apelativo que ustedes usarían sería el de "traidor".
Las inversiones salitreras, previas a la guerra, en la provincia de tarapacá eran en un 50% peruanas, en segundo lugar venian las chilenas, y en tercer lugar las inglesas. En la provincia de Atacama las principales inversiones eran chilenas, no solo en salitre, sino tambien en minas de plata.
La principal compañia involucrada,la "compañia de salitres de antofagasta" era en un 70% de sus acciones, de propiedad chilena.
Al terminar la guerra, tanto John North como William Gibbs compraron las baratisimas acciones salitreras con prestamos otorgados por el banco de Valparaíso, o sea con dineros chilenos, no ingleses.
Las inversiones inglesascomo tales, o sea con dineros de Inglaterra, no vendrían sino años despues a apropiarse de estos negocios. Como ven,nada tuvo que ver Inglaterra como tal, solo hubo participación de ciudadanos ingleses, es dificil pretender que las acciones de un ciudadano puedan involucrar a todo un país.

Los unicos armamentos demostrados que Inglaterra vendió a Chile fueron alrededor de 8 lanchas torpederas, embarcaciones pequeñas, que muy pocas son consideradas dentro de la armada de ninguno de los dos países.
El hecho de que los países europeos no quisieran vender armamento a Perú no fué porque fueran neutrales (igual lo hubiesen vendido), sino que a causa de que Perú estaba en bancarrota y por lo tanto, se había declarado en moratoria unilateral (en 1876). Por esta razón, Perú no tenía crédito, y los países rechazaban estas compras. Fué justamente por este motivo que el presidente Prado decidió ir a comprar armamento a Europa y EEUU, reuniendo para ello, dinero en efectivo.
Aún así , Perú se las arregló para conseguir armamneto de parte de EEUU, quien le vendió 3 lanchas torpederas (una quedó embargada) y armamento como fusiles Remington y Peabody, y granadas palliser para sus barcos (perforaban blindajes). Estos armamentos fueron embarcados en el "neutral" puerto de Panamá. Además Costa Rica , quien tambien era "neutral" entregó armas a Perú como pago por ayuda prestada con anterioridad.Todas estas armas fueron trasportadas en varias ocasiones por los barcos "talisman" y "chalaco".

Hay que revisar la historia con más cuidado, y evitar los apsionamientos quenublan la objetividad.....

Herbert Mujica Rojas said...

Sr. Ciotto:

El artículo que usted comenta, fue escrito por Plinio ESquinarila, editor del diario La Razón. Estoy cierto que usted puede hacer los comentarios que mejor le parezcan, pero debo subrayar que sólo defiendo los que yo escribo con nombre y apellido, en blanco y negro. Sin odios y sí con objetividades y no son pocos. Usted ha comentado uno anterior, pero puede leer decenas precedentes que guardan esa cordura evitando desequilibrios que, como bien dice usted, nublan la razón pero también tienden cortinas de humo sobre un pasado que hay que tener presente como una referencia en sus buenas y malas facetas, las primeras para repetirlas y mejorarlas, y las segundas para analizarlas y evitarlas.

En consecuencia, transmitiré a Esquinarila su comentario del artículo que, repito, no es de mi autoría.

Atentamente,

herbert mujica rojas

Unknown said...

q pena q le digan a los estudiantes chilenos q peru usa de escusa q inglaterra ayudo a chile en realidad fue asi estos maricas se engañan solos

denis said...

CUANDO NO ESTOS ROTOS TARIDORES DE AMERICA Q POR UN PUÑADO DE LENTEJAS SE VENDEN HASTA EL CULO SIEMPRE FUE UN DESCUIDO DE LOS GOBIERNOS DESPUES DE CASTILLA NO HUBO UNA FORMACION MILITAR FERREA NO EXISTIA EN EL PERU ESCUELAS MILITARES ADEMAS LA GRAN MAYORIA DE GENTE QUE PATICIPO DEFENDIENDO LA PATRIA NO ESTABA PERPERADA PARA UNA GUERRA Y OTRO NO SE CONSTRUYERON POLOS DE DESARROLLO EN LA SIERRA PUES TODO EL PODER MILITAR Y ADMINISTRATIVO ESTUBO SIEMPRE EN LA COSTA OTRA HUBIESE SIDO LA HISTORIA SI SE HUBIERA SEGUIDO LA POLITICA DE CASTILLA Y SE HUBIERA LLEBADO AL LOS ROTOS MAPOCHOS A LA SIERRA PUES SIEMPRE VACERES LES AGARRABA DE TONTOS SI GRAU FUE SIEMPRE LA PIEDRA EN EL ZAPATO DE LOS ROTOS PUES CARECES LO ERA TAMBIEN PERO EN LA CAMPAÑA TERRESTRE ESA ES LA VERDAD SI IGLESIAS NO HUBIERA DADA LA DISQUE PAZ QUIZAS LE HUBIERAON MATDODO A TODOS ESTAS RATAS DE MIERDA OTRA HUVIERA SIDO LA HISTORIA Y BOLIVIA SIEMPRE HUBIESE TENIDO SU MAR POR SIEMPRE ADEMAS LOS ROTOS SON PERROS FIELES DE INGLATERRA RECUERDEN EN LA GUERRA DE LAS MALVINAS COMO LE CHUPABAN LA VERGA AQUELLOS FUE UN FAVOR Q SE PAGO DESPUES DE VARIOS SIGLOS SI NO HUBIERA APOYADO INGLATERRA LOS ROTOS NO HUEVIERAN CONSEGUIDO NADA

denis said...

ROTOSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSS TRAIDORES DE AMERICA VENDEN SU CULO A LOS INGLESESSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSS DESIERTO MAS MIERDA = CHILE JAJAJAJAJAJAJA POPO ESTAMOS CHANQUILOS DESPUES DE HABER ROBADO A LO PERUANOS Y BOLIVIANOS CUANDO TENEMO PROBLEMAS LE DAMOS EL CULO A NUESTRO PAPI INGLATERRA GRACIAS POPO INGLATERRA AYUDAME PARA ROBAR MAS AL PERU Y ADUEÑAME DE SU RIQUEZA POPOPO CACHAY POPO ESQUE SOMOS UNOS INDIOS MISERABLES Q NACIMOS EN ESTA TIERRA DE MIERDA
POPOPO AYUDAME PARA EL TRIBUNAL DE HAYA FALLE EN MI FAVOL POPO YA YA PUES PAP INGLATERRA SIIIIII YA POPO TU SI PUEDES

Fausto said...

Estimado herbert si bien es cierto puede q no haya exactitud en algunos datos nadie podrá negar q Chile es un mal vecino, cobardes q incluso con más pertrechos militares huían ante huestes mal alimentadas y pésimamente armadas, me remito a TOMAS CAIVANO y su OBRA LA GUERRA DE PERU CHILE Y BOLIVIA, me solidarizo con su pensamiento y permanezcamos en contacto.