Señal de Alerta
por Herbert Mujica Rojas
6-4-2004
¡Aleluya, Dionisio contra la corrupción!
En carísima publicación (el dinero no es su problema), firmada por los abogados Arsenio Oré y Jorge Avendaño, Dionisio Romero, el banquero de los banqueros, ha proclamado urbi et orbi que está dispuesto a contribuir en la lucha contra la corrupción. ¡Eureka! Esta confesión pública merece un caluroso aplauso porque nos evita una serie de trámites aún pendientes de cumplimiento con el sujeto de marras.
Suponemos entonces que el banquero no tendrá inconveniente en mandarse a hacer en Sabylle Road, emporio de la elegante sastrería londinense, en finísimo casimir británico, un traje a rayas que le permita discurrir como Pedro por su casa en la celda que ya tiene reservada por la comisión de múltiples crímenes contra el país. Si quiere, como ya lo hizo su amigote Almeyda, puede alfombrarla, colocarle aire acondicionado y hasta una red de computadoras para que siga acumulando decenas o millones de dólares desde su nuevo centro de trabajo.
Sus asalariados defensores se desgañitaron anoche en el programa de un mamarracho globalizador en pro de una sala especial para el banquero de los banqueros. ¿No será que ya fletaron, con dólares contantes y sonantes, un consenso para dejar libre de cualquier responsabilidad al amigo de Montesinos que ahora clama por el debido proceso?
Hay que hablar un poco sobre el debido proceso y el respeto que éste le merece al susodicho. Matarani lo consiguió en apenas poco más de 8 millones de dólares y la Comisión que presidió Javier Diez Canseco ha encontrado múltiples irregularidades y es un caso que no está cerrado. Es más, felizmente, el Gobierno Regional que preside Daniel Vera en Arequipa, está dispuesto a acometer contra el desmán flagrante y que debe haberse hecho violando todos los procesos que hoy lloran y afirman reclamar y respetar.
Hace un par de años en Dignidad denunciamos cómo Dionisio Romero había falseado documentos de una tía para hacerse de una fortuna de US$ 150 millones de dólares. Jamás desmintió nada y sólo se acordó de mi mamá en imprecaciones irreproducibles para nuestro culto público. El caso sigue abierto y le tiene al borde de un ataque de nervios.
Al ex-ministro Carlos Boloña por poco le meten, cuan largo es, a la cárcel por el tema del avión que usó Montesinos para fugar del país. Hay que recordar que el dueño todopoderoso de la aeronave es nada menos que Dionisio Romero, el mismo que hoy reclama el debido proceso y una sala especialmente hecha para él porque dicen los picapleitos alquilados que no hay garantías de imparcialidad en el tribunal que actualmente le juzga.
Pero el banquero de los banqueros ha dicho que él va a colaborar en la lucha contra la corrupción, por tanto hay que suponer que no tendrá inconveniente en instalarse por propia y libérrima voluntad tras las rejas. Ese es el hábitat natural de los corruptos que todo lo compran en dólares, desde abogados hasta voluntades de jueces venales y medios simpáticos a cualquier llamado monetario.
¡Aleluya, Dionisio contra la corrupción!
¡Ataquemos al poder; el gobierno lo tiene cualquiera!
Hay que romper el pacto infame y tácito de hablar a media voz.
*Esta columna todos los días a las 7.30 pm. en Radio Cora.
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