Los libros, mis amigos
por Herbert Mujica Rojas
23-3-2009
PRESENTACIÓN DEL LIBRO DE MARCO MARTOS
por Walter O. Seminario M.*; wseminar@hotmail.com
Viernes 25 de abril, 2008
Lugar: Auditorio de la Biblioteca de la Facultad de Ciencias de la
Comunicación, Turismo y Psicología de la USMP
Hora 7.30 p.m.
Participación de Carlos Gatti/ Walter Seminario / Marco Martos
Marco Martos, poeta y maestro ha puesto a andar una obra que hacía
mucho tiempo burbujeaba en las marmitas de su intelecto. Anunciada
hace varios años, los amigos y entendidos aguardaban con expectativa
esta publicación. Por la morosidad de la entrega, algunos temían, que
Belcebú estuviese estorbando la aparición del libro, porque según
relata Jung, al comentar una obra de Joyce, la peor sanción y tormento
que puede aplicar el Maligno a sus víctimas, es hacerlos esperar.
No obstante, celebramos el nuevo libro, como una manifestación
demiúrgica de quien posee el talento poético. No es expresión extraña
la que he usado, ciertos especialistas y también los no versados, la
llaman inspiración, no estoy de acuerdo, ella es espontánea,
episódica, circunstancial; el vate, por lo contrario, es el trabajador
de la palabra, de la métrica, el tempo, el ritmo, la rima, la imagen y
claro está, el don que ejercita, es consecuencia de la técnica, la
perseverancia y principalmente, de la reflexión.
La ocasión es oportuna para agradecer el auspicio de la Universidad
San Martín de Porres que manteniendo la vieja tradición de épocas
pretéritas, cuando los escritores, filósofos y científicos convocaban
a sus amigos y colegas para leer y comentar sus trabajos, enriquecían
la vida intelectual del lugar, dándoles prestancia, valor y fama a
quienes intervenían en tales eventos. En este mes de las Letras, la
Facultad de Ciencias de la Comunicación, Turismo y Psicología, ofrece
sus aulas para darle la bienvenida al autor, al poeta, y a su última
obra, que la comunidad recibe con beneplácito porque siente que uno de
sus miembros, con sus aportes, le da nobleza y madurez a la tarea
intelectual del país.
El referente del trabajo es Dante Alighieri, figura del Medioevo,
artista, político, creyente firme, teólogo, peregrino, filósofo,
combatiente, pero fundamentalmente, poeta, cultor del "bello stilo".
Es el florentino de Vita Nuova y La Commedia, el adversario de
Bonifacio VIII. El personaje que por muchos años ha atrapado el
interés, la meditación y la pasión de Marco, nuestro amigo, generando
el texto que hoy presenta, "Dante y Virgilio iban oscuros en la
profunda noche". Un libro de poesía.
Antes de continuar deseo señalar que mi actividad profesional no es la
literatura, sino la filosofía, por ello, desde ahora, anuncio, que no
es mi propósito incurrir en caso similar al sucedido con el filósofo
inglés Bertrand Russell, cuando alguien le preguntó a qué se debía
que, habiendo escrito y hablado sobre tantos asuntos, no hubiera
escrito o hablado una sola línea sobre estética, contestó sin ambages:
"Sencillamente porque no sé nada de estética…., aunque reconozco,
agregó, que ésta no es buena excusa, pues mis amigos me dicen que mi
ignorancia nunca me ha impedido escribir y hablar sobre otros temas".
Por lo tanto, mi participación se realiza desde la perspectiva del
lector que busca informarse sobre su circunstancia, entretenerse en el
momento de ocio y sobre todo conocer y entender cómo piensan y sienten
otras personas. La virtud de la poesía es justamente proporcionar
imágenes, aspectos de sensibilidad y en gran parte acercarnos a la
dimensión íntima que caracteriza al ser humano. La literatura, es la
vía cultural que con sus recursos expresivos permite con gracia o
severidad saber cómo somos.
Manuel Kant, el pensador alemán de las Críticas, sostenía que todo el
ámbito de la filosofía, en un sentido general, se reduce a cuatro
preguntas, las tres primeras plantean: ¿Qué puedo conocer? ¿Qué debo
hacer? y ¿Qué me cabe esperar?, todas ellas nos conducen a la postrera
interrogación: ¿Qué es el hombre?
Martos, utiliza la poesía para comunicarnos cómo es la realidad, no
hace epistemología, pero retrata los lugares, los hechos y describe
situaciones. Por otro lado, ha declarado que la poesía en sí misma es
una ética y la actitud de expresarse e involucrarse en el hecho
poético es una actitud ética. Y en este caso, su trabajo sobre Dante,
con frecuencia orienta su inquietud sobre el destino humano. La
síntesis es llevarnos a considerar su propuesta sobre el ser humano.
Este es el itinerario que Marco, sutilmente sugiere que tengamos en
cuenta. Ese es el sentido de su comunicación.
Parte de una evidencia contundente: "lo más valioso del hombre es el
lenguaje, y dentro de él, la poesía expresa la esencia de todo lo
humano". De este modo, comparte la posición de José Saramago cuando el
premio Nobel portugués, dice: "No conozco una herramienta más rica y
capaz que la lengua. Y esto no significa que hay que ser elegante en
la dicción. Hablar bien es una señal de pensar bien. Cuando usas el
cerebro para reflexionar sobre una idea tienes las palabras que
necesitas, porque pensamos con palabras. Si las palabras son de buena
calidad, eso ayudará al pensamiento. En mi opinión, hay que seguir
leyendo a los clásicos y recuperar la lectura en voz alta".
¿Cuánta afinidad existe entre los autores? Es una simple pregunta.
Apenas iniciada la obra, antes del Proemio, invoca Martos a los
clásicos, apela a ellos laudatoriamente, con voz alta anuncia el
sugestivo título de su primer poema, Pájaros:
Homero, Virgilio, Dante y Petrarca
son pájaros de alto vuelo,
se difuminan en el amanecer
de la celeste inmensidad
y bisbisean como pájaros
el lenguaje de los hombres,
pero son hombres también
que hablan como pájaros
el lenguaje de los cielos.
El escritor clásico es paradigma de técnica y motivación, de serenidad
y solvencia, nada de estridencia ni mal gusto, por eso, musitan. El
amanecer y la inmensidad emocionan, pero no engendran alarde. Dibuja
con la palabra los sentimientos humanos, las pasiones que impulsan,
los hechos que deciden acciones, los que enmarcan proyectos, no deja
de lado los hechos triviales, que los hace comprensibles,
significativos y perdurables. Tiene ideales, no sólo en el sentido
ético, sino en cuanto tiene la capacidad de descubrir mundos posibles,
aún no mostrados ni cultivados, pero si propuestos para la
delimitación y desarrollo.
Animados por exordio tan estimulante, la lectura busca comprometernos
en el examen meticuloso de los pliegues, simas, collados y fisuras de
la existencia humana. La expectativa suscitada, es fruto de la madurez
literaria de un autor que enaltece cada vez más su vocación.
Bien sabemos que la indagación que podamos hacer sobre la problemática
del hombre tiene mayor consistencia si es asistida por alguien que
oriente con cuidado el rumbo de nuestra pesquisa. Alighieri se amparó
en Publio Virgilio, el amigo de Augusto y Mecenas. Lo llamó "santo
guía", pese a que su acompañamiento no duró todo el viaje. De igual
manera, Martos, tiene necesidad también de alguien que le dé
dirección, aliento y seguridad, busca a Dante. Distingue el motivo;
con énfasis expresa que, el florentino:
dibuja las pasiones de la gente
con palabras precisas de la mente
y los gestos exactos que no enmienda.
Asimismo, creo pertinente expresar que considero que todo escritor que
escribe sobre otro escritor, no estaría en condiciones de "decirnos"
algo valioso sobre él, si no pensase o sintiese como el autor a quien
convoca en su trabajo. Es un esfuerzo, quizás de su autenticidad y
sinceridad, no se trata por tanto de malabares retóricos o ingenio
exhibicionista, sino dedicada y coherente actitud de presentación de
un personaje en el atrio adecuado para un encuentro con él.
Los afanes de Martos son sinceros, con la voz de Dante hace suya la
solicitud de auxilio que éste le formula a Virgilio en el Poema 2 del
Infierno, al declarar:
Oh, tú maestro de mis noches blancas,
de ti aprendo estilo, a ti te copio,
miro el extraño mundo y hago el acopio
de la historia que tú explicas y arrancas.
Eres lombardo, mantuano bien nacido,
cantor de las hazañas del troyano
Eneas, con sus hombres tan ufano
llegando a conquistar a hermosa Dido.
Líbrame del tormento que me aflige,
líbrame de estas fieras tan feroces,
líbrame de las otras que dan coces,
líbrame del gran mal que se colige.
Ayúdame a escribir como bien quiero.
Por escribir mejor ya vivo y muero.
La expresividad del poeta que ahora comentamos, refleja distintas
áreas de su capacidad como intérprete del espíritu de los hombres. El
mundo es extraño, asumimos la visión de los procesos históricos
conforme acopiamos la información recibida, cantamos las hazañas de
los hombres, como también esperamos, de los autores, con su claridad,
visión y dones, nos ayuden a superar los tormentos que al corazón
perturban. En el mismo poema, advertimos el anhelo de realización a
que todo hombre aspira: "Ayúdame a escribir como bien quiero / Por
escribir mejor ya vivo y muero. Y lo manifiesta con la más
caracterizada ilustración con que sus críticos señalan, asume la
influencia estilística de la poesía española del siglo de oro.
El ingreso al Infierno, aquella dimensión donde la esperanza es
estéril, en el Poema 3, nos ubica en una situación precisa e
irrefutable, Alighieri al describirlo dice:
Malvados que padecen. El infierno
es tiempo con su historia secreta,
finísima palabra lo concreta
en el pálido gris, nocturno averno.
No hay duda que deslizar una noción diferente a la que indica Martos,
es extraviarse, Infierno quiere decir "Malvados que padecen". De
manera vehemente, en un acceso de ira lo había declarado Mefistófeles
en el "Fausto": "Por las llamas del infierno y por un amor desdeñado,
quisiera saber algo peor aún para poder blasfemar por ello".
No obstante, reconocemos que el mundo de la palabra y sus direcciones
no deja de ser complejo, muestra imágenes que van más allá de los
significados conceptuales que comúnmente poseen. Los autores, en su
acción creadora, les dan el uso que la construcción poética requiere.
Por ello, Marco, en sus inquietudes teológicas arriesga un concepto
que él o comentaristas mejor enterados, supongo, intentarán explicar.
Me refiero a la expresión: "El infierno / es tiempo con su historia
secreta, / finísima palabra lo concreta / en el pálido gris, nocturno
averno.
El empeño que impulsan a Martos y Virgilio es conocer el Infierno y el
Purgatorio, en otras palabras, la exploración del alma de los hombres,
sus deseos, ansias, limitaciones, confusiones, debilidades, proezas,
reivindicaciones, etc. Requiere, versación, prudencia, juicio recto,
serenidad. La indagación es peligrosa, agobiante, es un desafío a la
mesura. El primer campo es el Infierno, de ahí que, Marco se percata
que: perdido en la tiniebla / osa buscar aventura que le impida /
quedarse en lo terreno de la niebla. Por eso ha recurrido a quien,
desde el mundo pagano profetizó la llegada del Redentor de los
hombres. Así quedó estampado en la Égloga IV.
Es una travesía donde desfilan traidores, ladrones, violentos,
herejes, fraudulentos, soberbios, simoníacos, rufianes, jueces
indiferentes, suplantadores, etc. Pero el hecho que así sean
reconocidos en aquel medio, no es un cuadro que pertenezca solamente
al mundo antiguo, Martos sabe que la semilla o agente que hace
vulnerable al hombre, a todos afecta, Dante lo representó en la onza,
el león y la loba. El hombre actual no es inmune, prudentemente Marco
no los menciona, se ocultan tras nombres del pasado.
En entrevistas, talleres de poesía y desde la cátedra, Martos insiste:
"La poesía no es sólo concentración del lenguaje, o de su gran rigor
interno, es un escalofrío que penetra las verdades universales
ofreciéndolas de un modo peculiar. Además, la poesía conserva el
perfume de la oralidad".
Elocuente es el Poema 10, "Los Herejes" donde se nos invita a apreciar
los matices del sonido así como la disquisición filosófica que
emprende sobre el destino humano, Martos, revisa una vieja teoría
materialista planteada por el epicureismo helénico y extendido hasta
el Renacimiento.
Epicuro con todos sus secuaces
dice que el alma con el cuerpo muere
y todo aquello que otro nos dijere
es oscura mentira de disfraces.
Sufren, lloran, meditan esas almas
en negros cementerios condenadas
a quedarse en lo eterno encadenadas
pagado grave error, aunque son calmas.
Cavalcanti se queda horrorizado
cuando entiende que Guido, su hijo, es muerto,
Dante musita que aquello es muy cierto,
no hay forma de volver lo terminado.
Farinata adivina que en Florencia
expulsarán a Dante sin clemencia.
El tenebroso mundo infernal ha sido superado, el poeta nos traslada al
ámbito de la purificación, convoca a la musa de la lírica y la
elocuencia de modo que en su primer Poema en el Purgatorio canta:
Alza velas la nave de mi ingenio,
protegida por Calíope, musa,
deja atrás la algarabía más confusa,
Virgilio, maestro, me aguza el genio.
Puedo mirar en otro polo estrellas
que solo vieron las primeras gentes,
las mismas me parecen diferentes
contempladas por mis ojos, más bellas.
No obstante no deja de insistir en lo que habíamos indicado
anteriormente acerca de la naturaleza humana. La fragilidad de los
hijos de Adán los conduce a examinar lo externo, lo ajeno, lo efímero,
lo reluciente como lo esencial, la meta o la felicidad. La suerte, la
superstición. Esa es la tentación.
Resueltamente indica cuales son las cualidades principales del hombre:
la inteligencia, la voluntad, la libertad, la reflexión. Examinemos lo
que postula en el poema 16: "Dante dialoga con Marco Lombardo":
Impera el vicio. El mundo corrompido
echa la culpa a los mismos astros
o a la naturaleza de los rastros
de la enseñanza con poco sentido.
-Los hombres buscan las causas de sus males
mirando lo que sucede en el cielo,
como si los planetas con su celo
guiaran a los seres animales.
Con voluntad e inteligencia el hombre,
puede actuar como guste, bien o mal,
probar azúcar hoy, mañana sal,
o ser un héroe que a todos asombre.
Dios otorgó a los hombres albedrío
para escoger lo recto, no el desvío.
La literatura no sólo es estética, es fontana de sabiduría, de
mejoramiento, de realización, cumple también función pedagógica porque
estimula al conocimiento y aunque parezca paradójico, por las
licencias que se toman los poetas, crea disciplina no sólo en quien
escribe, sino en el lector que por interés procura desentrañar lo que
el escritor comunica. A veces la enseñanza es directa, otras veces
demanda exégesis. En el Poema 24, Martos encuentra una expresión
certera:
El destino del hombre no es caverna
que no pueda variar amor divino
que cada quien llevamos tal linterna.
Lo dice un ángel, es decir, el amigo leal, el compañero de todos los
días, el que apoya nuestro proyecto vital, el que sonríe cuando
cumplimos, el que siempre nos da oportunidades.
Donde Marco consolida su actitud pedagógica es en el Poema 25, "Elogio
de la castidad". Virgilio, lo urge a Dante para que inquiera sobre
temas de trascendencia, diciéndole:
Dispara tu palabra necesaria
arroja tu paloma mensajera,
haz, Alighieri tu pregunta varia
El filósofo, con la formación escolástica del momento interroga:
¿Puede adelgazarse toda gente
en un lugar tranquilo sin comida
donde todo es la sombra diligente
del cuerpo que ya muerto nunca olvida?
La respuesta, muy elaborada compendia razón y fe, fuentes del saber:
La creación del cuerpo tan humano
depende de la sangre que se anida
en las venas que se ven en la mano
y van al corazón lo más derecho
como una red sin alimento vano.
Cuando el cerebro del feto queda hecho,
Dios infunde nuestra alma intelectiva
que camina con la vida todo un trecho
y sigue con la muerte muy activa.
Cuando la Parca corta nuestra vida,
corta nuestra vida vegetativa,
no existe entonces nada que le impida
acabar con la vida sensitiva.
Libre por fin de aquella dura brida,
sigue el alma su vida intelectiva.
Entonces el Primer Motor camina
con gozo a la naturaleza activa,
ofrece la virtud que difumina
todo error proveniente del pasado
y así el alma mejor dura y afina.
Piensa en el rayo del sol tan amado
que se mezcla con la vid y hace vino,
bebemos de este modo lo estimado,
sangre de Jesucristo tan divino.
Así peroró Estacio como sabio,
mientras seguíamos nuestro destino.
Ya en el Paraíso, con Beatriz y Estacio, se nos ocurre preguntar ¿Cuál
es la meta para el hombre? La autorrealización. Así lo dice una
escuela importante de la psicología. Y, ¿para el Poeta? En el Poema,
Invocación a Apolo, Marco dice:
¡Oh divina Poesía! si vienes
con tu fuego y tu gracia para darme
los más secretos encantos que tienes,
me verás acudir para acodarme
a tu árbol querido, cuando tú ordenes,
ganando el laurel sin jamás callarme.
Recuerdo al reino bienaventurado,
lo escribo como lo vi, no adobado.
Apolo, padre de la Poesía,
pocas veces se recoge el laurel
del triunfo como César que vencía
o como el poeta con su cincel.
Cuando algún escritor se confía
en ti para ganar su fresca miel,
ayúdalo en su orgulloso deseo,
convierte su voz en un aleteo.
La jornada por el mundo de ultratumba, de los que no tienen esperanza,
de los que purgan sus faltas y de los elegidos, ha sido fatigosa, a
veces dolorosa, pero también exultante. Marco nos ha hecho descender
por círculos de aflicción. Nos ha llevado por mesetas donde se expían
las culpas y al finalizar. al reino de los bienaventurados y del
Padre. Si tuviese que mencionar una palabra que defina esta obra,
sería revitalizante. Sólo hay una objeción que mencionar: en esta
panorámica existencial, muchos personajes han aparecido, ha sido
irremediable, es el costo del gran esfuerzo de nuestro autor por ser
fiel a su maestro.
Quiero poner fin a esta intervención citando una breve historia que el
trigésimo presidente de los Estados Unidos de América, John Calvin
Coolidge solía relatar. Es una anécdota muy simple, pero llena de
sustancia. Según él, un campesino escuchó durante horas el discurso de
un político. Cuando le preguntaron de qué había hablado el orador, el
hombre respondió: «No lo sé, no lo ha dicho". Francamente espero no
haber sustituido a aquel orador.
*Don Walter Seminario M., profesor entre maestros de múltiples
generaciones escolares en los últimos 35-40 años, reingresa a una
dinámica de amistad profunda y sus altas calidades intelectuales se
distinguen fácilmente. Enhorabuena. (NdE)