El libro del mar
del Estado Plurinacional de Bolivia* (I)
por
Juan Carlos Herrera Tello; jcherrerat@yahoo.com
19-1-2015
El
“Libro
del Mar” del Estado Plurinacional de Bolivia consta de los siguientes
capítulos: Antecedentes Históricos y la Pérdida del Litoral; Los Compromisos de
Chile para Negociar un Acceso Soberano; Presidentes, Cancilleres y Embajadores
de Chile que se Comprometieron a Negociar un Acceso Soberano al Mar; Los Últimos
Gobiernos de Chile y su Enfoque Hacía Bolivia; La Demanda ante la C.I.J. y Las
Consecuencias del Enclaustramiento.
La
Introducción que está firmada por el Ministro de RREE del Estado Plurinacional
de Bolivia, parte del falso por el cual Bolivia al nacer a la vida
independiente tuvo acceso al mar, y con ello niega la existencia de las Reales
Ordenes de 1803 y 1805 donde el Rey de España determinaba que el Partido de
Atacama es agregado al Virreinato del Perú, ocultando que el Virreinato peruano
y la Capitanía General de Chile siempre limitaron. El resto la misma perorata
de siempre, y ningún atisbo de que gracias a la política internacional del
Estado que impulsaron, es que se llegó a una conflagración bélica en 1879.
En
lo que corresponde a los “Antecedentes Históricos” repiten
que la entonces Audiencia de Charcas, con Atacama incluida, fue agregada al
Virreinato del Río de La Plata, lo cual es un despropósito ya que aquel virreinato
trasandino jamás tuvo costa en el Pacífico. Si nos ciñéramos al Uti Possidetis
de 1810, veremos con claridad que Atacama formaba parte del virreinato peruano.
Los
tratados de 1866 y 1874 son una muestra que Chile reconocía la soberanía de la
ya fenecida República de Bolivia, pero así mismo estos tratados le daban
derecho a Chile sobre frutos y productos sobre una considerable zona del
antiguo litoral boliviano.
Lo
que causa vergüenza ajena, es que un gobierno que se dice serio, trate de
sorprender a la comunidad internacional propagando medias verdades y hasta
mentiras como es el caso del origen del impuesto de los 10 centavos. En el “Libro
del Mar” se anota que “En 1877 un terremoto seguido de un maremoto,
arrasó la costa boliviana… en 1878 una terrible sequía asoló el territorio
boliviano. Como consecuencia de estos desastres naturales el gobierno de
Bolivia solicitó a la empresa anglo-chilena Compañía de Salitres y Ferrocarril
de Antofagasta el pago de 10 centavos por quintal de salitre exportado”.
Cuando en realidad el impuesto no nace por una emergencia natural, sino por una
transacción realizada en 1873. El Decreto de la entonces República de Bolivia
dice: “Se aprueba la transacción celebrada por el Ejecutivo de 27 de
noviembre de 1873 con el apoderado de la compañía anónima de salitres y
ferrocarriles de Antofagasta a condición de hacer efectivo como mínimo un
impuesto de 10 centavos en quintal de salitres exportados”. ¿Dónde está
el terremoto o el maremoto o la sequía?
Nuevamente,
falseando la historia, se asegura en este llamado “Libro del Mar” que “sin
recurrir al mecanismo del arbitraje previamente acordado, Chile invadió
militarmente el puerto de Antofagasta” y es preciso preguntar: ¿las dos
solicitudes para un arbitraje que propuso Chile a los bolivianos respecto al
alza del impuesto a lo que estaban prohibidos? ¿Creerán que eso no se conoce?
¿tanto subestiman a los que leen aquel texto?
Por
otro lado conocemos los peruanos, que para defender nuestra soberanía presentamos
batalla, allí están Arica, Miraflores, San Juan, Chorrillos y no obstante
aniquilados nuestros ejércitos y sin marina empezamos la resistencia. Nuestro
aliado, nuestra “hermana” Bolivia, ahora dice que: “El Pacto de Tregua de 1884 fue
impuesto por Chile, porque este país los amenazaba con continuar la guerra al
interior de su territorio”. Entonces el Perú se desangró, fue arrasado
todo su aparato productivo, y saqueados todos sus medios de prosperidad, y capitulamos
solo cuando ya no se podía hacer más.
Bolivia,
por escritos de sus mismos representantes, reconoce que no quisieron luchar
hasta el final, porque si no la guerra continuaba al interior de su país. Pero
acá no acaba la “sinceridad” de nuestra hermana, sino que se agrega que al
hacer un Pacto de Tregua, Chile le aseguraba un puerto y se lo entregaba cuando
“se
definiera la situación de Tacna y Arica y Chile pudiera disponer de esos
territorios sometidos a su soberanía. El Tratado de Transferencia de 1895 da
cuenta de esa intención”. Es decir, Bolivia reconoce que pretendía los
territorios peruanos que fueron usurpados en una guerra, guerra a la que el
Perú entró por ser aliado de Bolivia, y éste último aceptaba el fruto del
despojo. Después de tantos años de cerrada la cuestión sobre Tacna y Arica, el
Estado Plurinacional de Bolivia, revive con estupor para el Perú, aquella forma
sinuosa de hacer política internacional.
Finalmente
en lo que corresponde a este “capítulo”, la interpretación de los
plurinacionalistas bolivianos, es que el Tratado de 1904 es un “Tratado
cuyo cumplimiento es aun parcial no resolvió las consecuencias del encierro ni
puso punto final a las negociaciones entre Bolivia y Chile sobre un acceso
soberano al mar”. Semejante despropósito desnaturaliza la intención que
tiene la demanda, la misma que es de sentar a Chile a una
negociación (de buena fe) para que el altiplano obtenga una salida al océano.
En su demanda los plurinacionalistas, no mencionan para nada al Tratado de
1904, y lo consolidan, entonces hacen mal en tratar de desprestigiar dicho acuerdo
en este “Libro del Mar” que es una publicación oficial y que se
contraviene con el texto de su reclamo que han realizado en contra de Chile.
Nos
encargaremos en otras entregas, del resto de los capítulos de este llamado
“Libro del Mar” para así determinar las pretensiones del Estado Plurinacional
de Bolivia y si éstas son en alguna medida para involucrarnos.
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