Informe
Señal de Alerta-Herbert Mujica Rojas
21-12-2025
¡Diez minutos para pensar en el Perú!
https://senaldealerta.pe/diez-minutos-para-pensar-en-el-peru/
Acaso la invocación
parezca demasiado escueta para referirnos a nuestro país. La pregunta es
¿pensamos en la Patria lo suficiente? Tomemos en cuenta las siguientes
reflexiones.
Duros, como muchas veces
de su azarosa historia, los tiempos que vive el Perú. Nosotros los ciudadanos
hacemos lo que sea por obtener días y horas de algún júbilo y esperanza en las
fechas por venir.
Navidad suele ser una
fiesta en que algunos gozan, sobre todo los comerciantes que venden algo más;
celebración plena en remembranzas y vuelven a aparecer contornos familiares de
padres, hermanos, hijos e hijas, amores y desamores, que ya no están y
ciertamente es un instante para la reflexión. Yo pido, mejor sugiero, más bien
imploro, ¡sólo diez minutos para pensar
en el Perú!
Este, nuestro país, tiene
el raro privilegio degradante de prohijar rateros, ladrones, asesinos,
asaltantes de dinero y también de la fe pública desde hace casi 200 años,
cierto que con diplomas, preseas, homenajes que se hacen hacer entre ellos y
méritos de los que carecen.
Unos sinverguenzas
golpistas desde que accedieron al Congreso sólo se dedicaron a sabotear e
impulsar la vacancia del ex presidente Pedro Castillo que ahora ya no está,
pero los caraduras pretenden quedarse con sus sueldos altos y honores,
protocolos y privilegios hasta el 2026. ¡Y no se dan por enterados del absoluto
repudio ciudadano!
Son esos mismos caraduras,
menos de 130 en Plaza Bolívar que torcieron la voluntad de más de 16 millones
de peruanos que el 2018 en referéndum mostraron su repudio a la reelección
congresal y dijeron NO al Senado.
¡Sólo diez minutos para pensar en el niño que camina por las calles!
¡Sólo diez minutos por todos aquellos que no escogieron dónde nacer y no pidieron
venir al mundo por la banalidad erótica de algunos irresponsables! ¡Sólo diez
minutos por un país, que son muchos países a la vez, porque el peruano de
Iquitos casi no tiene que ver con el de Tacna y el de Puno con el de Talara!
¡Sólo diez minutos para pensar en el Perú!
Este país está preso de
pandillas que luchan canibalescamente entre sí para repartirse hilachas y
despojos. En todos los órdenes los buitres carroñeros evolucionan sobre los
cadáveres producto de un diseño perverso que todo lo privatiza porque hay la
creencia vulgar que cuanto más exportamos más ganamos. ¿Quién o quiénes? ¿No
será que cuánto más exportamos, nos encasillamos en un modelo chato que
perjudica la industrialización que trae valor agregado y nos saca de un
monopolio de pobreza inverso y clásico?
Y cuando la represión
obsequia balazos, bombas lacrimógenas, contra hermanos y compatricios hay
hienas humanas que celebran la muerte trágica de quienes protestan porque los
motejan de subversivos o terroristas. ¿Cómo se puede llegar a tanta miseria?
¿No hay un proyecto de ley
que pretende que los pistoleros que disparan con uniforme con el pretexto de
defender el orden público, no puedan ser enjuiciados por sus crímenes? ¿Y el
autor es un asco converso que ayer decía rojo, viajaba por todo el mundo, hacía
libritos y hoy, luego de 180 mil razones monetarias, cambió la franja hacia la
desverguenza y el cinismo?
¡Sólo diez minutos para pensar en el Perú!
¿Qué diferencia hay entre
el ladrón de cascos ligeros y aquél que usa corbata y saco y regala el país vía
decretos leyes o contratos de concesión tramposos a empresas insignificantes?
¡Ninguna! Tanto monta, monta tanto, Isabel como Fernando.
¿Es posible distinguir
entre el monrero que roba por placer y porque ese es su quehacer criminal y
quién o quiénes montan campañas para sostener que la solución del Perú es
regalar infraestructura como puertos a privados de otro estado asiático
poderoso?
Para mí, un ladronzuelo
callejero tiene poca diferencia, si alguna, con los tecnócratas vendepatria que
hay en los ministerios. O en los visitantes asiduos del Departamento de Estado
y cumplen con sus directivas ajenas a nuestro país.
Los vendepatria son
traidores que se disfrazan de tecnócratas o especialistas y en realidad son
fenicios que buscan la coimisión (coima y comisión) a troche y moche.
¡Sólo diez minutos para pensar en el Perú!
¿Es el trabajo esclavo,
aquél que no se paga, una situación digna para los empleados y trabajadores que
deben laborar, diez, catorce, dieciocho horas diarias por el mismo sueldo y
bajo la amenaza de despido en un país donde hay escasez de empleo, algo que
enorgullezca? Quien cumple semejante barbaridad ¿es tonto o cómplice? Me atrevo
a pensar que las dos cosas.
¿Cuál la justicia en Perú
si casi 7 u 8 millones de peruanos saben que salen de sus casas pero nunca
tienen la certeza que retornarán y tampoco si conseguirán los recursos de los
oficios que se inventan?
Para colmo esas empresas
multinacionales contratan abogángsteres para no pagar impuestos o dilatar la
honra hasta que prescriben los juicios y ¡NO pagan nada!
¡En esta Navidad, para
tirios y troyanos, adversarios y amigos, detractores y admiradores, un abrazo
fraterno pensando en el Perú, amando al Perú, procurando hacer de esta patria
Madre y no madrastra de sus hijos!
¡Feliz Navidad! ¡Y no lo olvide, sólo diez minutos para
pensar en el Perú!
Amén.









