Sunday, June 16, 2019

Mi papá Miguel con los pies en la Tierra con humildad y sin soberbia


Mi papá Miguel con los pies en la Tierra con humildad y sin soberbia
por Zully Pinchi Ramírez; zullyarlene39@gmail.com

16-6-2019

La arena con la que intento armar un corazón con unas piezas de plastilina, en un taller de arte y pintura en Madrid, detienen el tiempo y pienso en ti Miguel, mi papá.

Mi mente vuela y te imagino a finales de los años cincuenta, con unos cinco años, con tu mochila llena de libros, cuadernos y plumones para colorear, con tu lonchera llena de dulces, un poco de jamón con queso y alguna fruta para saborear.

Tu mirada de niño tierno y pícaro a la vez, contando las horas para salir al recreo a correr y a jugar con las canicas, el trompo, los soldaditos y cochecitos, riéndote en todo momento para aplacar alguna tristeza que guardabas en el corazón, de todas formas te veo en un viaje al pasado, con tu camisita blanca y tu vaquero azul.

Tu alegría y risa suenan como el mar, tus cabellos ondulados, tus ojitos marrones de cristal, se te ve lindo en tu carita de niñito travieso angelical, cantando tu canción favorita: Saca al alacrán abuelita, mira que me agarra y me pica, el alacrán cran cran, el alacrán cran cran,  ay, ay, ay, me va a picar.

En tus años mozos de estudiante en el colegio te tocaba ser alumno de tu papá, que era un ilustre maestro, supongo que cuando tenías alguna exposición o examen, te debías esforzar más de lo normal, ya que él tenía mayor expectativa contigo, de todas formas sé que más de una vez, lo has de haber hecho sentir muy orgulloso a mi abuelito Diómedes, tal como él también lo hizo con su padre, Pedro. Toda una generación de hombres trabajadores, empresarios emprendedores, que no se dieron por vencidos y que han dejado el legado de los Pinchi en el Perú.

En tu época de universitario, mi madre me contó, que eras muy estudioso, inteligente, además de guapo, que existieron muchas jóvenes impresionadas con tu liderazgo y ella, tu fan número 1, una niña bonita que ganó el certamen de belleza de Miss Cachimba, esa es la manera como llaman a las señoritas que cursan el primer año de la carrera. Elsa flechó tu alma y no paraste hasta conquistarla y quién diría que gracias a esa unión estamos en este mundo, mis hermanos y yo. De ese matrimonio juvenil y loco pero con mucho amor, ya llevas 47 años caminando a su lado, en las buenas y malas, en la salud y enfermedad, en los tiempos adversos y de prosperidad.

Tu forma de ver la vida, de caerte y levantarte, de las muy pocas veces que te he visto llorar, siempre tú, dándome fuerza y ánimo. A veces con dureza, otras con ternura, en ocasiones llegaba a pensar que no me entendías, pero ahora soy yo quien trata de comprenderte en todo momento, tú eres mi padre y ¿quién soy yo para juzgarte? Gracias a tu disciplina hoy soy lo que soy. Me conmueve ver qué has logrado tanto en tu vida y sigues siendo tan humilde, sin complicaciones ni ostentaciones. Qué ejemplo, el tuyo, papá, de tener siempre los pies en la tierra y echar fuera la soberbia y codicia.

Te quiero tanto papá, que a veces la distancia rompe mi dominio propio y a solas no puedo evitar las lágrimas, por no poder correr como niña a tus brazos, en busca de un consejo, en busca de un súper hombre que pueda salvarme de la maldad humana.

Dicen que detrás de un gran hombre hay una gran mujer, pero hoy me he preguntado ¿quién es aquél que está detrás de una mujer que de las cenizas ha logrado renacer y resplandecer?. Ahora lo he entendido, detrás, al costado y delante de mí, está aquel niñito bueno, sensible  que casi sesenta y tantos años después, es un hombre que me ama tal cual soy, es Miguel mi papá.








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