El filisteísmo de
Martín Tanaka
por Samuel Morales
Chavarría; samuel_morales_ch@yahoo.com
6-12-2016
¿Qué es un filisteo? preguntaba Lenin, respondiendo: “Es una
tripa llena con miedo de quedarse vacía”.
Labrándose un lugar bajo el sol, cuando los tiempos se
tornan amenazantes por el cataclismo Trump, ahora que la pródiga billetera de
Soros andará preguntándose ¿para qué sirvió tanta ONG?, ¿para qué tanto think tank?,
Martín Tanaka, conspicuo miembro de una de las tantas ONG alimentadas por el imperio,
nos acaba de brindar un ejemplo clásico de filisteísmo. Él,
siempre tan acostumbrado al justo medio, que ha hecho del equilibrio un
arte eximio, transitando siempre de lo plausible al es probable, del vaso medio
vacío al medio lleno, nos ha abrumado el pasado domingo (La República, “Castro
y Cuba”, 4/12/16) con un juicio enfático, desmesurado por provenir de él, a
propósito del fallecimiento de Fidel Castro Ruz. Nos ha dicho con el índice
doctoral en alto y a modo de colofón, que: “Algunos rescatan como herencia
valorable de Castro el idealismo y los sueños que despertó; yo pienso que ese
es precisamente el tamaño de su fracaso y lo negativo de su legado: destrozar,
dilapidar y tergiversar los sueños de varias generaciones”. Y en líneas
anteriores, consonante con su nueva personalidad enfática: “La tragedia para mí
fue que, mientras el mundo viró a lo largo de la década de los años ochenta
hacia el liberalismo político y económico, en Cuba, Castro impuso la política
de “rectificación” hacia formas más estatistas y controlistas …”.
Empecemos primero, rescatando entre esos “Algunos” a uno de
los gigantes de los pueblos. Me refiero a Nelson Mandela, quien luego de ser
liberado tras 18 años de prisión, lo primero que hizo fue visitar Cuba para :
“Hemos venido hoy aquí (a expresar) el reconocimiento de nuestra gran deuda con
el pueblo cubano…” (y más adelante) “Qué país jamás ha necesitado la ayuda de
Cuba y no la ha recibido”, o, “Qué otro país tiene una historia de comportamiento
altruista como Cuba ha mostrado por la población de Africa”.
Citemos también entre los “algunos” a Mac Maharaj,
secretario adjunto del proceso de negociación para acabar con el apartheid de
1991 a 1994 y ministro de Transporte durante el gobierno de Nelson Mandela, quien,
recibió preparación cubana poco antes de comandar la Operación Vula del
Congreso Nacional Africano: “Recuerdo la presteza sin reservas con la que respondía
a nuestras peticiones para ayudar a mi misión en Sudáfrica…”, “No tenía la
postura de una persona que quiere que su presencia y poder se sientan. Sentí
que me hacía mejor persona en su
compañía…mejor en el sentido de jamás dejar de querer mejorar la vida de los
demás”.
Lo segundo: ¿Así que el mundo giró no? Como si estuviéramos
hablando de la rotación de la Tierra en lugar de un fenómeno político y
económico, impuesto a cañonazos y bombardeos a todo aquel que no quisiera
aceptar someterse al dictado imperial que, como sabemos, consiste en que todo
el mundo produce bienes y servicios, a excepción del Imperio que sólo
produce dólares con los que compra esos
bienes y servicios. Que este orden sea aceptado como natural y haya servido
como camouflage para ponernos al servicio de Fujimori, durante larguísimos 10
años con seguridad es plausible para los pragmáticos de turno. Pero día
llegará, cuando se abra la documentación USA, que comprobaremos que no hubo
siquiera muestras de pragmatismo alguno, sino sumisión completa al Imperio. Si Aldo
Moro, siendo un personaje de relieve mundial, estadista de nota, fue carajeado
impunemente por Kissinger cuando pretendió llevar a cabo su famosa apertura a
sinistra; y muerto ahí nomás por supuestamente las Brigadas Rojas, habremos de
imaginar lo que le dijo a Fujimori,
cuando escuchó aquello del “no shock”.
Cosas de la vida, lo que no puede entender Martín Tanaka, se
lo explica Rosa María Palacios, otra liberal pero pareciera con exceso de glóbulos
rojos en la sangre quien, el mismo día y en el mismo periódico señala: “Como dice
el vals de Chabuca Granda, “Gallo Camarón¨, se anhela vivir venciendo, pero si
se ha de morir, se ha de morir matando. Sólo los cobardes pueden vivir sin
entenderlo”.
Y a todo esto, ¿qué fue de las dos alas del Frente Amplio?;
¿acaso aprendiendo los buenos modales del establishment cholo?
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