Realpolitik peruana es una payasada
por Pedro Flecha;
pedroflecha@yahoo.com
20-12-2016
En resumen, la
Realpolitik peruana es una gran payasada que dista mucho de ser un Cirque du
Soleil, apenas una miserable carpa raída de circo itinerante con tres gatos,
cuatro perros y varios payasos/ trapecistas que siempre se llamaban Cucharita y
Mediasuela. Eso, lo sabemos los gallos viejos, que siempre experimentamos que el
llamado Poder Judicial, el Congreso vigente y hasta el actual gabinete de PPK
son, desgraciadamente, de muy similar filiación.
PPK quizás se
cree un llanero solitario pero, aún en ese
escenario le falta Tonto (Ke-mo sah-bee) su compañero y asistente,
mientras le rodean tontos como ministros y parlamentarios. Parecería que PPK se
equivocó de película porque no es el Lone Ranger de los 50s sino camina entre los Walking Deads (zombies)
del Estado, opinólogos, Montesinos y demás estrafalarios.
Tafetanes y adulaciones
La cortesanía
peruana de los últimos 500 años, siempre buscó excusas hacia los sátrapas. Fue
una herencia de la colonia. Decirse bolivariano es negar a San Martin y llamarse
sanmartiniano, es aceptar la histórica cobardía geopolítica de Guayaquil que el
argentino entrega nada menos que al que después sería el dictador Bolívar que
después declaró la guerra al Perú. Esta tierra en la independencia, para ambos,
era una presa y no un objetivo. San Martín y Bolívar, los dos masones, querían
destruirlo. No hay mucha diferencia en nuestros días……. .
Prostitución conservadora
La derecha
apoltronada de siempre vendió todo, no siempre al mejor postor, para comprar
propiedades en Miami que se fueron al tacho el 2008. La curia vaticana,
verdadera dueña del mayor banco peruano en los 70s, en típico estilo Marcinkus,
hizo que los “platanegreros” pitucos perdieran, recientemente, más de 60
millones de dólares, con la pirámide Madoff (no diferente a la de Cornfeld y su
Fondo de Fondos, décadas atrás) ¿Hubieron reclamos? ¡Ninguno!, todos tenían el
rabo embarrado.
¿Hay ahora una circunstancia límite en
Perú? ¡Pues no! Es la miasma acostumbrada de siempre. Es el mismo Perú de
Leguía, Odría y tantos otros. La bosta no es diferente, solo cambian las
moscas. La actual derecha es asquerosamente clásica, vendida, cortesana,
empleada e indigna de ser considerada en serio ¡son bufones! La izquierda es lo
mismo, su única diferencia es que la derecha roba y la izquierda medra; pero el
comportamiento es idéntico. Esta situación, sin embargo, ha hecho renacer
una potencia que progresivamente se está autorganizando darwinisticamente en
los llamados “informales”.
En los 2000
En el 2000 cuando
peléabamos contra el fujimorismo, lo que costara cárcel, arrinconamiento
profesional y exclusión social, ayudaba a una gestión de “profesionales en
apoyo a un cambio” que dirigía Narváez, gran tipo decente y había un psiquiatra
de primera, un hombre ahora muy exitoso e inteligente. Entonces los jóvenes salían
a las calles guiados por artistas rojos, que después vendieron hasta a su madre
por tres peniques. Le dije al psiquiatra “esto me parece una folie a deux”, (término
científico para una psicopatía compartida, donde uno es dominante y el otro
dominado, con eventual cambio de roles).
Dúo maléfico
Mi planteamiento
fue que dos psicópatas incompletos hacían una especie de egregoro maléfico, transmisible
como una epidemia a nivel social. El
psiquiatra me dijo “la viste profesionalmente, tu interpretación es impecable.
Mi siguiente pregunta fue ¿y cuándo acaba?. Su respuesta fue que una “locura de
a dos” termina cuando uno de ellos ¡muere!
Los dos malévolos estan hoy en la cárcel.
Para uno,
Montesinos, es una gloria (no es amigo de sí mismo, no tiene emociones).
El sistema
preserva a Fujimori para que no muera antes de Montesinos. Quizás el sistema
invente, algún día, que Montesinos se “suicide”.
En términos psicológicos
Montesinos es el master y Fujimori el esclavo. Pero el match de fondo, donde
uno muere y el otro canta arias, es fundamental.
Si muere Fujimori
antes, todo el sistema institucional se viene abajo. Si muere Montesinos antes,
todo el sistema económico se viene abajo. Ambos configuran, nos guste o no, la
existencia de un andamiaje de pandemia psicopática social. Sin embargo estos “sistemas” no
son otra cosa que un circo de última.
De hielo filudo
Sin duda
Montesinos es un psicópata clásico, inteligente y manipulador, carente de toda
emoción. Fujimori es otro, pero ignorante, acomplejado y manejable. La follie a
deux (locura de dos) funcionó diez años donde convivieron bajo el mismo techo,
mataron gente, acumularon dineros inaccesibles. Montesinos manejaba los dineros
que, de hecho no le importaban para nada. No sabía gastarlos y por ello
compraba relojes inexhibibles dignos de dictadores africanos y tenía un búnker en
una playa mediocre. Una psicopatía extrema, con poder incluido.
Largo gancho delictivo
Montesinos que es la figura de la
antítesis de libertad y cooperación de la especie, vive y actúa desde sus rejas
en el Callao. Los psicosociales fueron ayer los ladrones de niños para robarles
los ojos en Huaycán; antes fueron las vírgenes que lloran en la Legua y los árboles
cristeros en Javier Prado. Esa fue su fase mediática, ampliamente cubierta por
TV y prensa comprada. Pero fue más allá en extremos violentos como un Canal 2 y
un Tarata implementados por el SIN. Guzmán, otro psicópata, es en el fondo, de
similar factura.
Visión de González Prada
Esto es lo mismo
que dijo, hace mas de 100 años el único filósofo que vale la pena en
Latinoamérica, gran innovador en la literatura y activista, también, con su
rifle, en la invasión bárbara chilena en Lima: el maestro Manuel González
Prada, quien debería ser un ícono como Martí es en Cuba o Lincoln en Estados
Unidos, aquí sigue siendo ignorado.
MGP diría que
cualquier Estado en estas tierras que tienen la esencia de libertad en el
ambiente; donde cualquier idealismo o
practicidad es un insulto a la herencia real.
Al final,
esperemos que sin muertes ni ayayayes de cardenales, garrapatas, beatas, curas
pedófilos y abogados de cualquier cosa, podamos los ciudadanos acordar en las mínimas
confluencias, en la misma base, que la esencia de la humanidad es el acuerdo y
que si fueran, eventualmente, necesarias estructuras de ley, patria o dioses,
deberían surgir de la base misma de nuestra condición existencial. Sin intermediación
ni guía alguna.
¡Anarquismo!
Eso se llama ¡anarquismo!,
(por ponerle un nombre, pues no es un concepto sino libertad en ejercer la
existencia sin miedo alguno).
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