Religiosos piden disolución de Sodalicio
Los/as
firmantes, sacerdotes y religiosos/as, nos dirigimos a Su Santidad el Papa
Francisco, a la Conferencia Episcopal Peruana y a la opinión pública en
general:
En los últimos 6 meses,
diversas y constantes noticias vienen acusando a muchos miembros del Sodalitium Christianae Vitae por abusos
sexuales, y maltrato físico y psicológico contra menores y adolescentes
mediante los cuales lograron su adhesión a la institución, generando una
dependencia enfermiza de sujeción a la voluntad del superior, situaciones
semejantes al “secuestro” y a la destrucción traumática del núcleo familiar,
debido a que provocan la pérdida de la libertad de conciencia y la de
discernimiento.
Estos hechos, que involucran al Sodalicio de Vida Cristiana y a su
fundador, Luis Fernando Figari,
fueron reconocidos por la Presidencia de la Conferencia Episcopal Peruana en un
comunicado emitido el 2 de noviembre de 2015.[1]
El Papa Francisco se expresó
de manera contundente en contra de estas situaciones de abuso el día 7 de julio
de 2014 en la homilía que pronunció en Santa Marta, ante algunas víctimas de
abusos sexuales por parte del Clero, con las siguientes palabras:
“Esta es mi angustia y el dolor
por el hecho de que algunos sacerdotes y obispos hayan violado la inocencia de
menores y su propia vocación sacerdotal al abusar sexualmente de ellos. Es algo
más que actos reprobables. Es como un culto sacrílego porque esos chicos y esas
chicas le fueron confiados al carisma sacerdotal para llevarlos a Dios, y ellos
los sacrificaron al ídolo de su concupiscencia. Profanan la imagen misma de
Dios a cuya imagen hemos sido creados”.[2]
Por otra parte, conociendo
plenamente de los atropellos realizados en la Prelatura de Ayaviri y en la
Diócesis de Piura a partir del nombramiento de Obispos pertenecientes a esta
Institución, y expresando nuestro apoyo al Papa Francisco y a la Conferencia
Episcopal Peruana, animados por el Espíritu “libre y liberador”, como hijos e
hijas del Señor consagrados/as a su servicio por el Reino, y en plena comunión
eclesial,
Presentamos nuestros
siguientes pedidos:
1.
Intervención y disolución del Sodalitium Christianae Vitae por el Vaticano
Visto los acontecimientos que vienen sucediendo
desde hace muchos años en Perú, pedimos la Intervención de la Santa Sede de
manera inmediata; que se realicen las investigaciones respectivas, que se
busquen testimonios y, conociendo con certeza de los abusos sexuales cometidos
y del autoritarismo ejercido en diversos lugares, se proceda a la disolución de
la institución, dejando a las autoridades civiles competentes las
investigaciones propias del ámbito legal y a la Iglesia las que compete a su
labor.
2.
Sanción para todas las autoridades implicadas del
Sodalitium Christianae Vitae
Solicitamos sean suspendidos los sacerdotes implicados
del Sodalitium con el procedimiento correspondiente sin dejar libradas al azar
situaciones individuales como si fueran responsabilidades personales cuando la
misma Institución está viciada ideológicamente desde su fundación
el 8 de diciembre de 1971 por el actual acusado de abusos sexuales Luis Fernando Figari.
Los que callan en la Iglesia se transforman
en cómplices de lo que sucedió y sucede en ella. Por eso solicitamos la sanción
debida y separación de sus cargos a los que la Iglesia les brindó posibilidades
de servicio y abusaron de ello. Hacemos referencia directa al Obispo de Piura José Antonio Eguren Anselmi y al de Ayaviri Kay Martin Schmalhausen Panizo,[3] ambos designados en medio
de escándalos por abusos cometidos y ambos implicados en actos de claro
autoritarismo en sus respectivas jurisdicciones denigrando a la Iglesia.
3.
Prohibición de incorporar nuevas vocaciones al
Sodalitium.
Es un hecho que la formación de nuevos
aspirantes al Sodalitium era y es una formación pervertida y “torcida” de lo
que se considera la animación verdadera de las personas en un discernimiento
claro y de acuerdo a los lineamientos de la Iglesia. Por ello solicitamos la
prohibición inmediata para admitir nuevas vocaciones y nuevas ordenaciones
ministeriales, tanto como la incorporación de vocaciones a sus ramas femeninas:
la Fraternidad Mariana de la Reconciliación y las Siervas del Plan de Dios.
4.
Reparación a las
víctimas y sus familias.
El acompañamiento
a las víctimas es fundamental, ya sea para las que ya no pertenecen al
Sodalitium y se retiraron, como a las que todavía se encuentran en la institución,
porque es responsabilidad de la Iglesia dar testimonio de buen samaritano.
Solicitamos reparación con los medios de acompañamiento tanto como con una
indemnización y reparación económica por daños y perjuicios para las víctimas y
sus familias, lo que debe salir de las mismas propiedades que la institución
adquirió de manera irregular.
Hacemos nuestras las palabras de Jesús, El de
Nazaret: “Dejen que los
niños vengan a mí, y no se lo impidan, porque el reino de los cielos es de
quienes son como ellos”(Mt. 19,14).Y esta
fuerte sentencia: “Ay del que escandalice
a uno de estos más pequeños, sería preferible que le
ataran al cuello una piedra de molino y lo hundieran en el fondo del mar” (Mt.18,6). Nosotros creemos fielmente en que los más pobres y
necesitados deben ser sujetos de transformación y causa de nuestros
compromisos.
Finalmente
reiteramos nuestro compromiso indoblegable a la causa del Reino y a buscar
indesmayablemente vivir de acuerdo al ejemplo de Jesús.
Nota: Las otras
firmas de respaldo al Pronunciamiento, más de 800, se registran en:
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