Friday, July 05, 2024

¡Con cabecillas NO hay renovación!

 

Informe

Señal de Alerta-Herbert Mujica Rojas

5-7-2024

 


¡Con cabecillas NO hay renovación!

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Esta primera semana de julio ha sido feraz en comunicaciones, percepciones y convicciones. Entre las últimas, hay que romper el pacto infame y tácito de hablar a media voz y proclamar que con los cabecillas que “lideran” los clubes electorales, no hay posibilidad alguna de regeneración política.

 

Su modus vivendi, siempre en desacuerdo con sus ingresos, ya es parte de varias generaciones y sin ese estilo, edificado sobre el tráfico de influencias en el Ejecutivo, Legislativo o Judicial, no pueden vivir. Y lo que es peor, dejar vivir al resto que basa en la verdad honesta su desempeño público.

 

Lo que más distingue a muchos hombres y mujeres en la cosa pública, en los días que corren desde decenios atrás, es que aquellos exhiben preseas –en realidad condenas y veredictos- obtenidas en juicios penales, civiles, acciones reñidas con las buenas costumbres y la honradez y ostentan la capitanía de genuinas pandillas con un solo designio: esquilmar el puesto en el que ocasionalmente están. Ahora o nunca, parecen decir.

 

Miles de servidores públicos, llegados al sitial, zahieren con sus malas acciones el dinero público que pasa a ser parte del bolsillo de genuinos ladrones vía contratos con nombre y apellido, buenas pro otorgadas con maña, licitaciones con un solo postor, en síntesis, termitas que atacan un dinero sagrado y de origen popular.

 

La teoría dice que a más diplomas, cursos, especialidades, doctorados, mayor la eficacia para contribuir en la marcha de la administración pública. La realidad nos muestra que no pocos, atiborrados de horas de estudio aquí y en el extranjero, son los más grandes y científicos pillos que zamaquean la precarísima estructura burocrática del Estado.

 

Por ejemplo –y así lo dijo, meses atrás, el estudioso social Ernesto Mori en conferencia virtual- ¿de qué es autónomo el Banco Central de Reserva, del Estado peruano, de quienes contribuyen a su mantenimiento y presencia, hombres y mujeres del pueblo? ¿Por qué nadie cuestiona este Estado dentro de otro Estado al que se reputa como intocable y hasta infalible?

 

En Perú hay un mito interesado: a más “reconocimientos” y “honoris causa”, diplomas y medallas, mayor “capacidad” y “eficiencia”. Entonces ¿por qué funciona tan mal la maquinaria del Estado en todas sus reparticiones?

 

¿No han sido acaso diplomados con muchas menciones honoríficas, los más deleznables asaltantes del Estado peruano?

 

Los líderes no son tales y los cabecillas de plagas que saquean al Estado sí lo son. De tal suerte que ni ¡siquiera! existe la más mínima posibilidad de pensar cómo exigir al empleado público honradez, buen trato y excelente servicio.

 

Con esos “amigos” ¿para qué quiere el pueblo peruano, enemigos?

 

¿Entrenan los mal llamados “partidos políticos”, en realidad vulgares clubes electorales, a sus “cuadros” para ser honorabilísimos servidores del Estado en cualquier dependencia aquí en la Costa, o en la Selva o la Sierra?

 

Si la política se mide por resultados, no parece que ocurriera aquello porque hasta donde se sabe, hay langostas que han confundido al ente estatal con una ubre gigante a la que hay exprimir mientras dure el cargo.

 

Una conclusión imbatible es que con los cabecillas actuales, con su ciclo depredador largamente vencido, NO hay ninguna posibilidad de regeneración de la política peruana. Y reto a que alguien demuestre lo contrario.

 

Con muy honorables excepciones, el de allá traficó con influencias y se hizo rico. El de acullá tiene su dinero sucio en cuentas cifradas y en Europa. Los de más acá poseen propiedades inmobiliarias de altísimo valor, cuyo sufragio es imposible imaginar con los sueldos que ganaban. Viajes, excursiones, vehículos, casas de campo y de playa, asociación a clubes exclusivos.

 

Recordemos con Ricardo Palma: cura que no tiene cerería ¿de dónde pecata mía, si no es de la sacristía?

 

¿Por qué la ciudadanía no comprende que es la que manda, porque paga a los burócratas que mal sirven en los ministerios o en cualquier dependencia del Estado?

 

Mientras que esa mentalidad de esclavos dependientes de arquetipos que el sistema impone (meritocracia de facciones, casi siempre analfabetos pero con prontuarios más o menos gruesos), Perú no atisbará siquiera los barruntos de la categoría de Nación.

 

¡Ni mencionar el renacimiento de la política o de toda la organización social del Estado peruano y nuevas reglas! Los cabecillas son mafiosos y egoístas.

 

Somos rebaños que votan por los más malos y los más perversos y los delincuentes hallan en esta hermosa tierra, el más rentable campo donde inmiscuirse para hacer lo único que saben hacer: ¡robar!

 

Thursday, July 04, 2024

¡Crimen no paga, la mentira sí!

 

Informe

Señal de Alerta-Herbert Mujica Rojas

4-7-2024

 


¡Crimen no paga, la mentira sí!

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De repente, como predican los moralistas de novela, el crimen no paga.

 

La mentira sí paga. ¿No es cierto acaso que débiles mentales, idiotas consuetudinarios, nulidades intelectuales repetidoras de lugares comunes, pasan en Perú como faros de cultura, estrategas, analistas, sabios, amautas, líderes luchadores y demás monsergas?

 

¿No son aquellos vividores profesionales de dineros raros, los que se halagan entre ellos, se invitan a sí mismos, rotan por los poquísimos programas políticos y hasta escriben “libros” para justificar los apoyos que reciben del exterior?

 

¿No estamos viendo en los días corrientes a conocidos tramposos lavadores de dinero que lloriquean proclamando su inocencia y al amparo de los alegatos de sus abogados igual o más delincuentes?

 

Si hay algo que la gente repudia, odia a muerte, considera abyecto y criminal, pero que está presente en un amplio porcentaje, por encima del 90% de todo escenario de esta naturaleza, es la mentira, monda y lironda, que sí paga y lo hace con dólares contantes y sonantes.

 

La mentira sufraga propaganda engañosa, transforma a vulgares estafadores y delincuentes todoterreno en hombres de Estado, comunicadores, analistas, sabios sociales, expertos en gobernanza, etc y etc.

 

Ni los clubes electorales, alias partidos políticos, ni la sociedad o el Congreso o ningún organismo de control, de cualquier especie o pelaje, tienen poder, real o formal, para pulverizar los elementos podridos porque toda la mentira que es el Perú “democrático” tiene ¡absolutamente corroída sus bases morales!

 

La política posee vectores, los políticos. Pero ¿qué aprenden, como lección príncipe, y fundamental, estos ciudadanos?: ¡a mentir!

 

Sin la mentira coyuntural o perenne, no son tales, carecen de capacidad de convicción y están huérfanos de “argumentos”. Por ejemplo muy simple, una experiencia que conozco de cerca. La iniciativa de crear una agencia de noticias alternativa, libre, independiente, valiente, que reemplace la basura cotidiana que las pandillas de poder lanzan al mercado para que la gente crea sus “verdades”, recibe apoyo entusiástico, vítores de todo tipo.

 

¡Pero a la hora (de los loros), de emprender la marcha triunfal de sufragar sus primeros arrestos ¡entonces, los soportes virtuales, los paladines ofertantes de fondos, arrugan, mienten cualquier cosa, retiran su estímulo y, lo que es peor, demuestran que jamás tuvieron franqueza ni interés, sólo cobardía franca y pusilánime!

 

Reiteradas veces escuché entusiásticos cantos y respaldos pero a la hora de cruzar el Rubicón, hasta la fractura de la cola del gato, servía de pretexto para huir del compromiso. ¡Y eso que los que firmaban eran otros y a esos los enjuician por quítame estas pajas!

 

A nadie parece extrañar que los candidatos, una vez en la presidencia, digan ¡todo lo contrario! desde el podio de mando, a cuanto ofrecieron pocos meses atrás.

 

La mentira ha deshecho y castrado cualquier reclamo porque todo el tejido político se basa en engaños por conveniencia y la trama discurre por do ut des, en la que si alguien quiere figuración, sueldo fijo a fin de mes y una parte de la torta, entonces debe callar y no hacer olas que malogren o cuestionen la putrefacción que, aunque pestífera, es políticamente correcta.

 

¿Puede darse crédito a la sociedad civil? Así gustan de llamarse los consorcios o grupos de amigotes o proffesional beggars –mendigos profesionales- agrupados en ONGs (Organizaciones No Gubernamentales) que son islotes que custodian intereses financiados, en la mayoría de los casos, por USAID o fundaciones como la Ford con ligazones marcadas con la CIA y con otras entidades, siempre dentro del esquema geopolítico de dominación estadounidense.

 

Los que ayer denostaban del dólar imperialista, hoy cobran del mismo, protegen líneas de inversión creadoras o proseguidoras de los grandes problemas porque de ese modo perpetúan las donaciones abundantes y dolarizadas.

 

El propio James Petras, sociólogo norteamericano, les ha llamado empresarios de la pobreza lo que equivale a traficantes y piratas de nuevo cuño. Es probable que un porcentaje muy ínfimo crea realmente en los derechos humanos o en las numerosísimas fachadas de que hacen gala en la prensa, pero en su lamentable vasta mayoría forman parte de un funcional modelo de opresión pagada en los miedos de comunicación que difunden mentiras que a fuer de repetidas tornan en “verdades” aceptadas acríticamente.

 

La mentira es profundamente envilecedora; embrutece y socava la moral de un pueblo y de su dinámica colectiva. Hay que combatir el negocio de la mentira que es practicada como una política de Estado. Y es una realidad que no puede disimularse. No por más tiempo.

 

Wednesday, July 03, 2024

¡Insufribles y mañosas apps!

 

Informe

Señal de Alerta-Herbert Mujica Rojas

3-7-2024

 


¡Insufribles y mañosas apps!

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-App (abreviatura del término inglés application), es una herramienta de software que se puede utilizar en dispositivos móviles, tablets y computadoras después de instalarla. Su finalidad es ayudar al usuario a realizar algo, ya sea de forma profesional como para su ocio o como entretenimiento.

 

-Mañoso: que tiene maña, hábil, diestro, apañado, habilidoso, industrioso, experimentado, experto, ácido.

 

Estuve ayer hora y media (90 minutos), en la aplicación de una proveedora de servicios de telefonía, cable e internet y con la esperanza de registrar un severo reclamo porque cobran por 200 mbs de velocidad pero sólo tengo la mitad. ¡Fue imposible!

 

Dice la literatura que la aplicación alivia el trámite, es rápido, en línea y más preciso porque los responsables toman debida nota y “solucionan” el problema. De seguro que debe ser así pero primero hay que superar la vía crucis o trabalengua que es la malhadada app.

 

Subrayemos primero que las app reemplazan y hacen inútil el soporte humano vía telefónica. Es un robot quien contesta o un formulario de lo más enrevesado el que le proponen llenar y para lo cual consignan múltiples códigos: internet; internet fijo con teléfono fijo; cable, internet, móvil; abonado o usuario; dni (con fecha de expedición) y 100 textos más.

 

¿Le ayudan cuando el sistema no va para atrás ni para adelante porque no reconoce lo que usted marcó? ¡De ninguna manera y con eso se cumple el cínico objetivo de la app: ¡ahuyentar a los usuarios que reclaman por lo que pagan!

 

La gran empresa de telecomunicaciones deja de contratar personal e impulsa la app pero ¿cuál el cometido de este software? Muy simple: aburrir al cliente que carece literalmente de paciencia y tiempo y tampoco tiene que ser un adivino para acertar con las múltiples opciones.

 

¡Cuánto menos reclamos, más “eficiencia” y menos complicaciones para las telecomunicadoras! Pagan menos, automatizan los servicios y simulan un servicio que es muy malo.

 

La tecnología no siempre está al servicio del trabajador. Normalmente le reemplaza y le hace inútil porque su fuerza de trabajo no provee de ningún quehacer rentado. O sea la desocupación es un mal muy visible en esta clase de empresas.

 

Charlé con dos empleados que venden celulares y que son patrocinados por las grandes firmas de telefonía. El régimen no puede ser más inhumano: entran a las 9 am. y, salvo los 30 minutos de refrigerio (a su costo), permanecen hasta las 10 pm., cierran su caja y se retiran a las 10.40, hasta el siguiente día.

 

El cínico aconsejará darse por bien pagado porque, “al menos”, tiene chamba. El lector reparará que la explotación vuelve a las andadas como en las atroces imágenes de Dickens en la Inglaterra de su siglo.

 

¿Cuánto gana el operario? Por toda la jornada durante 30 días, incluidos sábados y domingos, la suma de S/ 1200 que obviamente no le alcanza. Además, tampoco está con su familia, no departe con sus hijos a los que no ve casi nunca, pero los grilletes lo aprisionan a eso, o a seguir buscando empleo que escaso a ultranza, sí que es.

 

Usted puede quejarse de las empresas de telefonía, a veces le solucionan la bronca y reparan el daño. Pero ocurre también lo contrario, conozco el caso de una firma ibérica que cortó el teléfono fijo y a los meses remitió un reclamo por el pago del servicio ¡que ellos mismos habían retirado!

 

Otra estafa la constituye la aceptación de la oferta de más velocidad en navegación de internet, usted da el sí, paga la tarifa alzada pero ¡el servicio más rápido no llega nunca!

Si usted se atrasa ¡un día! en el servicio regular, le cortan la línea a la mala y no hay pero que valga.

 

El abuso de la posición de dominio de estas firmas es flagrante, como lo es que la deprimente atención al usuario sea la regla y por excepción, se cumple a cabalidad con el cliente.

 

¿Hacen algo las autoridades? ¿Se preocupan los políticos de amparar las decenas de miles de quejas de los usuarios?

 

¿Cuánto ganan estas empresas con sus “servicios” deficientes de telefonía fija y móvil, con internet, con cable (plagado de publicidad)? ¿No son estas las corporaciones que pagan luego de 24 años, los impuestos a la renta, mañosamente judicializados por los abogángsterse a su servicio y que se llaman “grandes estudios legales”?

 

Esas apps mañosas están hechas para cansar, aburrir, encolerizar y, por último, hacer desistir al cliente de su reclamo. Una protesta menos, es un dolor de cabeza superado para estos desvergonzados que aún no aprenden que el respeto es fundamental en la venta y posventa de servicios tan importantes.