Informe
Señal de Alerta-Herbert Mujica Rojas
25-10-2025
Guimaray: 201 años de República
https://senaldealerta.pe/guimaray-201-anos-de-republica/
Encontré en el archivo, el conceptuoso texto del escritor e investigador
Joan Guimaray y que llevó el sugestivo título de 201 años de República,
21-7-2022, https://bit.ly/3IQKiT1
y del
cual transcribimos párrafos esenciales destacando su vigencia en los días
actuales.
-“Cumplimos 201
años de vida republicana caminando casi a tientas, sin un destino seguro, ni
horizonte fijo y sin rumbo previsto.
-En más de dos
centurias de creación de la república, no hemos aprendido a entendernos entre
peruanos, ni hemos intentado descubrir la causa de nuestros grandes problemas,
tampoco, nos hemos interesado por tratar de confluir en objetivos comunes,
ponernos de acuerdo en metas generales y coincidir en fines colectivos.
-Es decir, en más
de dos siglos de vida republicana, ni siquiera hemos podido establecer con
meridiana claridad, las grandes vigas maestras o las principales columnas guías
hacia el desarrollo.
-Nuestro primitivo
letargo, nuestra natural idiocia y nuestra arraigada indiferencia nos han hecho
eludir la noble tarea de construirnos como prójimos, de formarnos como
ciudadanos, de integrarnos como una sola nación y de reconocernos como
republicanos.
-Nunca hemos tenido
una clara idea de país, mucho menos la noción de patria. Pero eso sí, hemos
sido civilistas por ambición, pierolistas por codicia, militaristas por avidez,
alanistas por voracidad, fujimoristas por conveniencia.
-Y aún hoy, a pesar
del anacronismo que encarna “Perú libre”, y pese al fermento de ignorancia y
cinismo que tenazmente personifica Castillo, un poco más del veinte por ciento
de nosotros, todavía confiamos en este gobierno: unos por nesciencia, otros por
negocios, algunos por credulidad sin juicio pero, creo que ninguno por amor al
Perú.
-En más de
doscientos años, no hemos podido liberarnos de nuestras horrorosas taras.
-Seguimos siendo
esclavos de nuestros alarmantes vicios. Y sin que nos demos cuenta, hasta
nuestra nesciencia, en lugar de decrecer, va haciéndose cada vez más densa,
intensa y espantosa.
-Pues, la educación
que pudo habernos despertado la dormida esencia fue desplazada por una mediana
instrucción. La escuela que pudo habernos desarrollado la agudeza, terminó
colapsada.
-Y, la universidad
que nos pudo haber dado algo de luces en estricto cumplimiento de su noble
esencia de origen que viene a ser el studium generale o la enseñanza de la
sabiduría, ahora ha quedado reducida a una simple entidad comercial, mercantil
y utilitaria.
-En las dos últimas
décadas hemos tenido hasta dos presidentes que en la etapa de la campaña
electoral ofrecían “revolucionar la educación” para construir el país. Sin
embargo, por la falta de ideas, la carencia de teorías y por padecer de
ignorancia supina, ambos terminaron su período, sin cumplir sus promesas, pero
hediendo a impureza y sumergidos en el más fétido océano de la corrupción.
-Aunque es verdad,
que hubo pequeños aumentos salariales para los docentes y algo de desayuno para
escolares más pequeños, pero ninguna de esas decisiones, significa revolución
educativa.
-El problema mayor
o el asunto principal que aún no hemos podido entender o resolver hasta ahora,
para dar solución a los otros problemas menores del país, es el de no haber
comprendido en tantos años, la real importancia de la educación desde su
principio etimológico y a partir de su origen conceptual, diferenciándola de la
simple instrucción a la que está dedicada la escuela y la universidad.
-Pues el día que
logremos entender que por su naturaleza metafísica, la educación es distinta de
la instrucción, nos daremos categórica cuenta de su verdadero valor, de su
ilimitada trascendencia y de su infinita dimensión.
-Entonces, nuestras
cabezas empezarán a ordenarse siguiendo el juicio lógico, el criterio ético y
el sentido estético. Y como consecuencia, irán surgiendo prójimos con ideas
razonables para construir el país, y conciudadanos con nobles proyectos para el
desarrollo de la patria.
-Aunque claro está,
que quizá no desaparezcan las izquierdas ni las derechas, pero transformadas
por la educación, ya no serán como las de ahora: cromagnones de un lado y
neanderthales del otro.
-Pero si
perentoriamente no ponemos en revisión el concepto de la educación, y si luego
no salimos a las calles y plazas a hacernos escuchar para emprender el cambio,
que no nos quepa la menor duda de que nuestros hijos y nietos arribarán al
tricentenario, no sólo con los mismos problemas del bicentenario, sino también,
con similares autoridades: mitómanas, cleptómanas, hipócritas, felonas, cínicas
e ignaras”.
Voces como la de
Guimaray alertan sobre los peligros de continuar por rutas trilladas,
envilecidas por la complicidad de castas dominantes y profundamente miopes.
Enhorabuena pues reivindicar textos que soliviantan el derecho a la insurgencia
y a la protesta agitando las conciencias en la lucha por un Perú libre, justo,
digno y culto.
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