¡AllinKawsay! El retorno de los Qhapaq Inka
por Javier Lajo;
javierlajo@hotmail.com
16-7-2015
En esta primera entrega de la saga
¡AllinKawsay!, titulada El Retorno de Los Qhapaq-Inka, se
narra la marcha del Shanti y sus discípulos: Arnawan y Saraku, para trasladar
una antigua y sagrada reliquia Inka desde Tiwanaku hasta el Paititi, en la
selva del Cusco. Es en éste “peregrinaje”, a través del gran camino de los
Qhapaq o “El Camino de los Justos”, donde transcurrirán grandes aventuras,
llenas de tradición, misterio, romance y peligro. Pero será también, aquel
camino sagrado, un magistral laboratorio capaz de instruirles una insospechada
sabiduría milenaria. Allí, el Shanti, un Pureq-Paqho (Sacerdote-caminante)
transmitirá a sus pupilos el secreto del manejo y uso maestro del “vínculo” que
la humanidad guardaba y mantenía con la Pachamama y cómo criaban el equilibrio
Intin-Pacha-Runa, con el cual la sociedad Inka recreaba el “AllinKawsay” que es
la manera correcta y justa de “vivir y existir en plenitud” de la naturaleza,
la sociedad, del hombre y la mujer.
Sólo una pequeña élite, como la que integraba
el Shanti–protagonista de la novela- y sus maestros y discípulos sabrían que este
episodio del choque de Caxamarka y sus entretelones, fue el desenlace de un
episodio más de una larga y milenaria contienda psíquica y física de
civilizaciones, que tampoco terminó allí, sino que continúa, con protagonistas
que a veces emergen de la clandestinidad de un feroz sometimiento colonial, que
ya va durando poco más de 500 años. Protagonistas como el mismo Shanti, un
viejo y querido Paqho o curandero,
habitante y líder de las comunidades de la Isla del Sol en el lago Titicaca, al
cual le fue encomendada una noble misión y debido a la cual había padecido la
persecución y la tortura en manos de la
religión de los wiracochascuyas motivaciones secretas en este relato y en
otros próximos, poco a poco nos serán reveladas.
El Shanti, instruido en la escuela de los últimos
Hamuyiris–Amautas o Maestros Qhapaq, que
sobrevivieron a la persecución y masacre ejecutada por los hermanos Pizarro
luego de la invasión europea al Tawantinsuyu– sabía, y así lo recuerda nuestro
relato, que Atawallpa, el último Inka, no fue ejecutado en Cajamarca, sino que
fue secuestrado y en total secreto llevado al Vaticano, a Roma, en donde sería
interrogado por el mismo Papa Clemente VII, en razón que para la monarquía
invasora y para el Vaticano, el Inkareyvalía
mil veces más vivo que muerto. Allí se da el último combate verbal entre los
Papas (Pontífices de los descendientes de Noe) y los Inkas (Pontífices de los
pueblos americanos que supervivieron al “Diluvio Universal” o “UnuPachakuti”
último), es decir, se da la última confrontación de estos viejos contendientes
post-diluvianos o “cabezas” de dos
“ordenes” diferentes que oponían al Dios cristiano contra (la I-dolatría de) “Intin”
o “la globalidad centralizada pan-andina” del Dios “I” del pueblo Puquina,
que fueron los alarifes y constructores de Tiwanaku y del QhapaqÑan. Es en este
trance, en pleno Siglo XVI, donde el “Inkarey”
Atawallpa lanza desde Europa su estrategia de resistencia a la invasión, el
TaquiOnqoy y dirige sus últimas
órdenes -–de disolver el poder de los
Ayllus y Panakas en el “agua sucia” de la dominación colonial-- dejando
preparado el terreno para el retorno de los Qhapaq-Inka,
los que con su sabiduría intentarán –en las sagas posteriores- recomponer el equilibrio del mundo; de
ese equilibrio basado en el Munay Inka y
su Watana o vínculo Intin-Pacha-Runa, a través de esepoderoso instrumento
que es el QhapaqÑan o Camino de los
Justos, un increíble alineamiento de Ushnus-Intiwatanas
que motivados por el ritualismo de los pueblos andinos, “amarran” la incidencia
de la energía solar para la re-producción del AllinKawsay o el fenómeno de la
“Vida en su esplendor” para todos los pueblos del mundo. Nuestro
protagonista y curandero el Shanti, su hijo Arnawan y Saraku, solo son la punta
de la madeja de esa continuidad, de la resistencia Inka, que nunca se quebró.
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