Informe
Señal de Alerta-Herbert
Mujica Rojas
19-8-2025
Plutocracia, constante de traidores
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Importante recordar que
para Basadre “Desde el punto de vista de la historia social del Perú la
significación del guano estuvo, principalmente: a) En la acentuación del
carácter costeño de la vida republicana; b) En la gestación de la fatídica
bancarrota fiscal, después de una rápida y falaz bonanza dentro de la cual
surgió uno de los más extraordinarios casos de dilapidación y prodigalidad que
hayan existido en país alguno; y, c) En el encumbramiento, después de 1860, de
una nueva clase social basada en
¿Nota el lector cómo han
pasado los años, se han muerto los antiguos agiotistas pero las costumbres de
exacción, monra y robo al Estado han permanecido sin mayor variación y hoy
continúan ocurriendo estos desórdenes bajo nombres y modalidades hasta más sofisticadas?
¿No están los nietos,
bisnietos, tataranietos hoy presentes de forma directa o indirecta
-testaferratos profesionales- en la toma de decisiones de todos los gobiernos
desde hace 204 años?
La plutocracia, lleva
inscrita en su prontuario, una vil constante de traidores que hoy se llaman
técnicos cuando, a lo más, son obedientes empleados de grandes empresas a las
que no importa nada el Perú, sólo ganar dinero y hacerse millonarios en menos
de 5 años.
En el Perú de nuestros
días los que más tienen, son los que menos impuestos pagan porque para eso
sirven las tropas de abogángsteres muy ocupados en disimular sus activos fijos
y barnizar sus pasivos.
Y los miedos, con
publicidad compra-conciencia, sólo dan cuenta de lo que dicen sus
auspiciadores. Todo lo demás, lo callan ominosamente. La prosperidad falaz de
que hablaba Basadre proyecta sus contornos siniestros otra vez.
Más aún. Dice Basadre: “La
paz pública hubiera ayudado a ordenar las cosas; pero, por el contrario, los
bandos políticos, sucesivamente victoriosos, fueron dañinos para el Erario. Se
sucedieron empréstitos voluntarios o forzosos, ventas de propiedades del
Estado, expropiaciones, emisión de vales y billetes de crédito público y otras
medidas análogas. Creció así la deuda pública; hubo dificultades para atender
mensualmente a los empleados, el ejército, de número crecido, necesitó ser
pagado de preferencia; las listas pasivas aumentaron en exceso; se pidió dinero
prestado muchas veces en condiciones usurarias.”
Escribe Jorge Basadre en
Historia de
El guano, por lo demás,
fertilizó y fecundó la tierra en muchas zonas del mundo; y no, en gran escala,
las del Perú. La mentalidad que dominó en los hombres públicos en esta
República fue la del heredero que súbitamente se encuentra dueño de un tesoro y
que, manirroto, lo despilfarra sin meditar en el futuro.”
“Los consignatarios
crearon el puente entre los depósitos de guano y sus mercados y acudieron con
recursos al Estado cuando, y dentro de una excesiva frecuencia, fueron llamados
a prestar esa ayuda. La sociedad diseñada en 1842 tuvo una lamentable desaparición;
y se llegó a definir, antes bien, una clara división de intereses y de
responsabilidades. El Estado era propietario del guano hasta el momento en que
era vendido. Los consignatarios actuaban como sus agentes, fletando por cuenta
y riesgo de él los buques necesarios para conducir el abono a los lugares donde
se efectuaba el expendio; y cobraban las comisiones y los gastos respectivos.
Fue como un alquiler de servicios.
Los consignatarios
cargaron, embarcaron, movilizaron, guardaron y vendieron el guano por cuenta
del Estado, y recibieron el pago correspondiente a esa labor. Víctima de una
cruel pobreza,
“No pudo esperar el pago
del guano por sus compradores o consumidores normales; y solicitó adelantos en
efectivo de quienes lo transportaban. Así absorbió, prematuramente, con abonos
de intereses y amortizaciones, sus propios beneficios. Los anticipos fueron
hechos adelantando los productos de la venta del fertilizante y deduciendo los
intereses respectivos. A su vez, los consignatarios aprovecharon estas
oportunidades para obtener prórrogas de los plazos y de las demás cláusulas
pactadas. Al mismo tiempo, obtuvieron que el Estado recibiera a la par, como
parte del dinero prestado, títulos de la deuda externa cuyo valor en el mercado
era más o menos reducido”.
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