Informe
Señal de Alerta-Herbert Mujica Rojas
25-2-2025
Mar de Grau al Escudo Nacional
https://senaldealerta.pe/mar-de-grau-al-escudo-nacional-3/
“De los
tres símbolos que figuran en el Escudo Nacional del Perú, la vicuña representa
a los camélidos andinos, el árbol de la quina aún posee utilidades medicinales
pero la cornucopia o cuerno de la abundancia llama a polémica por
¡precisamente! jamás haber representado una democrática riqueza que abarcara en
sus confines a las mayorías nacionales.
Ni en 1825
cuando el Congreso Constituyente de entonces la aprobó, ni el 31-3-1950 cuando
se ratificara su conformación vigente. En la campaña electoral de reprobable
ausencia de ideas, acaso esta iniciativa concite algún interés”, escribí en Mar de Grau al Escudo Nacional el
29-3-2011 http://www.voltairenet.org/article169149.html
Del texto
mencionado extraemos líneas esenciales. En estos lustros transcurridos,
comportamientos extraños y claramente apátridas han permitido que puertos
nacionales de los cuales la soberanía nacional es indiscutible, resientan argumentos
leguleyos, la influencia de poderosos bufetes capaces de reinterpretar
cualquier tema legal y obsequiar a potencias foráneas lo que es nuestro.
Decíamos en
el 2011 y que reiteramos hoy:
“¿No es el
Mar de Grau en algo más de 2600 kilómetros de litoral, fuente de riqueza
ictiológica, minera, acuífera, generadora de hidrocarburos y dignificadora del
trabajo, nuestra 4ta Región Natural? De considerarse así, entonces ¿por causa
de qué no encuentra su representación gráfica y de adentramiento cívico en hombres
y mujeres a lo largo y ancho del Perú?
De norte a
sur, de Tumbes a Tacna, cientos de playas y decenas de puertos (hoy gracias al
entreguismo de los últimos 25 años, en manos ajenas), son escenarios de
múltiples jornadas en que hombres y mujeres contribuyen con la despensa
cotidiana, en el deporte de aventura, en la pesca artesanal e industrial, en la
exploración y explotación minera, es decir, la inmensa franja costera del
Océano Pacífico, nuestro Mar de Grau, es una región de riqueza hasta hoy incalculable
y a la que han puesto puntería las grandes transnacionales con sus tratados y
avances de toda índole, la Convención del Mar por ejemplo que nos constreñiría
a 12 millas y consagraría la intromisión a partir de ese límite de depredadores
de alto nivel tecnológico y potente poder económico para premiar a sus
operadores nativos.
Si la
cornucopia simboliza más bien la inequitativa circunstancia republicana en que
minorías poco ilustradas, cuasi ignaras pero profundamente racistas hasta para
despreciar el brazo hercúleo y vernacular del humilde hombre y mujer de abajo
¿para qué seguir manteniendo un gráfico inconveniente y hasta extraño?
Los
emblemas deben poseer como premisa fundamental la reivindicación o ambición de
las sociedades y pueblos. En este caso, la desigualdad constituyó la norma
nunca cuestionada hasta nuestros días.
Infiérese,
con meridiana claridad que si nuestra 4ta Región Natural es el Mar de Grau,
entonces su uso en el Escudo Nacional, en reemplazo de esa cornucopia griega
que jamás fue cuerno de ninguna abundancia igualadora, deviene como un
reconocimiento palmario, inequívoco y jubiloso al pueblo y refiere que su
dignidad está siempre de pie, teniéndolo de ahora en adelante como su símbolo
en el Escudo.
Nótese que
la mediocridad política impide la polémica ideológica y la discusión
doctrinaria. No sólo en torno a formas de liderazgo del país sino también en la
imagen de una visión de país más justo y democrático. Es preciso aprehender que
la democracia es el gobierno de los más y no de los menos.
En Perú,
desde siempre, han sido patotas delincuenciales, minorías y grupúsculos
rufianescos, los que han piloteado la nave del gobierno desde 1821 a la fecha.
¿De qué otro modo se explica que las grandes empresas posean contratos de
estabilidad jurídica que les permiten evadir impuestos y exportar capitales que
necesitan ser reinvertidos en Perú?
El Mar de
Grau, su grandeza que recuerda al héroe epónimo, su feracidad en recursos
múltiples y, sobre todo y en los tiempos que vienen, despensa y tambo, ruta y
camino, patrimonio maravilloso, debe constituirse, en lugar de la cornucopia,
en el nuevo-viejo símbolo del Escudo Nacional”.
En tiempos
en que el debate y la polémica han dado paso al ejercicio gestual, puramente
mímico, sin creación fértil o ideas con alguna lógica, bien vale la pena
contemplar el cambio, fuente y raíz de todas las revoluciones.
Amén.
¡Atentos a
la historia, las tribunas aplauden lo que suena bien!
¡Ataquemos
al poder, el gobierno lo tiene cualquiera!
¡Rompamos
el pacto infame y tácito de hablar a media voz!
¡Sólo el
talento salvará al Perú!
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