Informe
Señal
de Alerta-Herbert Mujica Rojas
13-8-2025
Verdades sobre Trapecio de Leticia
https://senaldealerta.pe/verdades-sobre-trapecio-de-leticia/#google_vignette
El 19-1-2007,
en el artículo Los peruanoides y la verdad sobre el Trapecio de Leticia https://www.voltairenet.org/article144724.html
el embajador Félix C. Calderón aportó luces a un tema que requiere ciencia y
frialdad en el recuento histórico.
A
propósito del libro Los Peruanoides de Pedro Villanueva Urquijo, subrayó
acontecimientos importantes. Leamos partes esenciales del antecitado trabajo de
Félix C. Calderón.
-Interés
especial reviste, en este acápite, la revelación que hace el autor acerca de
las intenciones bélicas de tres países vecinos a fin de resolver por la fuerza
los problemas fronterizos que confrontaban con el Perú y que la incuria,
incompetencia o pusilanimidad de los gobernantes peruanos que precedieron a
Leguía hizo que se tradujera en una clamorosa precariedad vía status quo,
modus vivendi o sencillamente negociaciones infructuosas.
-Nos dice
Villanueva Urquijo que cuando “el Sr. Lozano (Colombia) tocó la puerta de
nuestra Cancillería no venía en actitud amistosa. Solapadamente nos traía un
conflicto.
-La misión
del Sr. Fabio Lozano y Lozano, no era pues, una misión sencilla. Sí lo era de trascendencia
(en cursivas en el original). O el Perú se entendía amistosamente (Idem),
o se le agredía en conjunto (sic), a fin de someterlo por la fuerza e
imponerle con las bayonetas la obligación de aceptar mutilaciones territoriales
caprichosas.”
-El
trueque de Leticia
-En primer
lugar, Leguía aceptó con renuencia la propuesta de Lozano, mientras involucraba
a Estados Unidos en la ejecución del artículo III del Tratado de Ancón.
-En
segundo lugar, concluida la negociación y firmado el tratado el 24 de marzo de
1922, Leguía procuró retardar sine die su aprobación por el Congreso
peruano, interesado como estaba en desactivar la amenaza tripartita sin dejar
de recuperar Tacna y Arica.
-En tercer
lugar, se falta a la verdad cuando se dice que Leguía cedió Leticia. El modus vivendi que siguió en 1911 al
incidente de
-Adicionalmente,
el tratado de límites colombo-ecuatoriano de 1916, mediante el cual ambos
países se repartieron virtualmente la margen izquierda del Marañón-Amazonas, no
hizo más que complicarle las cosas al Perú, por cuanto Ecuador le reconoció a
Colombia en virtud de ese tratado una porción territorial en la margen
septentrional del Amazonas que en la actualidad iría desde Pebas o Pijuayal en
el Perú hasta la frontera con el Brasil.
-La obra
trascendente del presidente Leguía consistió en dividir a los aliados
ocasionales para negociar por separado con ambos, dentro de una coyuntura muy
difícil como fue la negociación preliminar con Chile sobre el arbitraje.
-Primero
con Colombia, aceptando, en 1922, la cesión de Leticia a cambio de recibir como
contrapartida el triángulo de Sucumbios, valiosa franja territorial de
importancia estratégica para el Perú porque lo colocaba, por el este, muy cerca
de Quito, y de trueque, pues años más tarde, fue vital ese pequeño pedazo de
territorio en la negociación del Protocolo de Río de Janeiro de 1942. (
-Y, a los
dos años, con el Ecuador, porque se concluyó el 21 de junio de 1924, el
Protocolo Castro Oyanguren-Ponce, en virtud del cual los dos Estados se
comprometieron bonna fide a
establecer el procedimiento para llegar más adelante a una solución definitiva
de su controversia limítrofe.
-Conviene
recordar a este respecto que meses después de suscribirse en Lima el Tratado
Salomón-Lozano y el Protocolo de Arbitraje y Acta Complementaria con Chile, el
24 de marzo y el 20 de julio de 1922, respectivamente, el Gobierno peruano
informó reservadamente a su enviado en Bogotá, el 19 de setiembre de ese año,
de su intención de gestionar la
modificación de la línea de frontera aceptada en el Tratado
Salomón-Lozano.
-Con
posterioridad, el 11 de noviembre de 1924, el Gobierno brasileño alcanzó a
Torre Tagle un memorando en el que señalaba que con el acceso colombiano al
Amazonas, de conformidad con el Tratado Salomón-Lozano, se había modificado el status territorial del río Amazonas sin
haber oído al Brasil.
-El Perú
que no veía con malos ojos esa objeción y que pudo haber estado en su génesis,
propuso una negociación tripartita en Washington. Y no es pura coincidencia que
la solución a este último impasse se
diera a través de un procès verbal suscrito por los representantes de los tres
países el mismo día que el Presidente Coolidge firmara el laudo arbitral, el 4
de marzo de 1925.
-En pocas
palabras, no hubo entreguismo ni mucho menos traición en la supuesta cesión de
Leticia. Lo que sí hubo fue un inteligente trueque, y hace muy bien Villanueva
Urquijo en recordárnoslo; pues eso le permitió a Leguía, a continuación,
recuperar Tacna, y con ello darle al Perú cuatro fronteras, tras la magistral
faena que libró como presidente, entre agosto y septiembre de 1909, para
delimitar las fronteras con Bolivia y Brasil”.
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