Informe
Señal de
Alerta-Herbert Mujica Rojas
17-7-2025
Desmemoriado García Sayán
https://senaldealerta.pe/desmemoriado-garcia-sayan/
Escribió en su
columna, Diego García Sayán, el 11 de los corrientes https://larepublica.pe/opinion/2025/07/11/es-hora-de-recuperar-la-decencia-en-la-politica-por-diego-garcia-sayan-hnews-292700
que lleva por título Es hora de recuperar la decencia en la política:
“En primer lugar, el compromiso nacional de no votar por
ninguno de los partidos representados en el Congreso del Pacto Corrupto. Y
tampoco por ninguno de los(as) actuales congresistas o integrantes del gobierno
del Pacto.
En segundo lugar, para asentar un reemplazo democrático y
transparente al Pacto: vertebrar un Frente Democrático Nacional entre quienes
defienden los valores democráticos.
No sería la primera vez que el Perú enfrenta un camino
semejante. En 1956, la ciudadanía se organizó para terminar con la dictadura de
Odría. Así como en el 2000, la nación derrotó en las calles y en las urnas al
régimen mafioso de Fujimori”.
El Frente Democrático Nacional o pacto político más
importante, contundente y de masas fue el impulsado por la agrupación que llevó
ese nombre y que germinó en Arequipa en 1944 y que tuvo como columna vertebral,
popular y militante, al Partido Aprista, rebautizado Partido del Pueblo.
La primavera democrática duró apenas hasta el 3 de octubre
de 1948, en el lapso que se inició en 1945, habíanse sucedido encontrones,
desavenencias, crímenes, traiciones, cambios ministeriales y es bueno recordar
al desmemoriado García Sayán que su padre, Enrique García Sayán, fue ministro
en 1947, de Bustamante y Rivero.
Cuando la memoria sectaria y anti se apodera del recuento
histórico, resiente su solidez y hasta barre con la meritoria reminiscencia en
torno a don Enrique García Sayán y su protagónico rol en la formulación de la
doctrina peruana de las 200 millas referidas a nuestro mar.
Después del 3 de octubre de 1948, cuando Bustamante ilegaliza al Partido
del Pueblo al que culpa del levantamiento de esa fecha, habiendo pasado por
diciembre de 1945 (encontronazo callejero por la Ley de Imprenta); la
incorporación en enero de 1946 de 3 ministros apristas: César Elías, Manuel
Vásquez Díaz y Luis Rose Ugarte; el asesinato de Francisco Graña Garland en
enero de 1947 lo que originó la renuncia de esos mismos ministros a las
carteras de Fomento, Hacienda y Agricultura; el ausentismo parlamentario de ese
mismo año que dinamitó el funcionamiento del Congreso y su paralización y el
levantamiento del 3 de octubre de 1948 y, luego, el golpe militar del 27 de
octubre y el hundimiento de la largamente acariciada esperanza democrática de
esos años intensos.
En Memorias para un país desmemoriado (Lima 2015, p. 383), Nicanor
Mujica transcribe un párrafo del libro Haya y el Apra de Luis Alberto
Sánchez (Lima, 1980, p. 345):
“Bustamante resultó un hombre enigmático. Su gran preocupación fue no
aparecer jamás sometido al partido mayoritario que lo eligiera ni aceptar
sugestiones de Haya. Su independencia se manifestaba diciendo “no” a todo lo
aprista y diciendo “sí” a todo lo antiaprista. Bustamante tenía unos decisivos
celos del APRA.. Su prurito de herir a Haya y al PAP facilitaron el fracaso de
uno de los más importantes y promisorios esfuerzos para implantar una auténtica
democracia en el Perú”.
Prosigue Mujica haciendo recensión de trabajos de estudiosos: “en su
interesante obra sobre el Frente Democrático Nacional (De Bustamante a Odría: fracaso
del Frente Democrático Nacional, Lima 1983), resume la actuación de
cada uno de los principales actores políticos de ese período:
En realidad, es visible que parte de la oligarquía no se encontraba
dispuesta a darle ninguna oportunidad al APRA y, por lo tanto, al sistema
democrático. Este fue el caso de El Comercio y la familia Miró Quesada, quienes
desde un inicio trataron de fomentar los aspectos totalitarios del APRA con fin
de desacreditarla.
Mientras tanto, los exportadores, encabezados por Gildemeister y Beltrán,
tan pronto como se dieron cuenta de que sus intereses económicos serían
afectados, iniciaron una campaña destinada a desestabilizar el gobierno,
empleando todos los medios a su alcance y sin reparar en sus implicancias
morales. Finalmente, otros sectores de la oligarquía rechazaron por principio
la existencia de sindicatos (Portocarrero, p. 216).
Para concluir que:
La oligarquía no sentía ningún compromiso con los valores democráticos y
careció de una vocación de diálogo y transacción (Portocarrero, p.217).
Empero, estima que el APRA careció de realismo para enfrentar la
situación:
Uno de los enigmas más misteriosos de la historia política del Perú y en
particular del Apra lo constituye la no candidatura presidencial de Víctor Raúl
Haya de la Torre en 1945 en el liderazgo del Frente Democrático Nacional.
¿Tenía las condiciones el fundador del Apra para ser el adalid? Pocas
dudas, si alguna, se albergan sobre este particular.
Haya había conducido la resistencia en las catacumbas, 1933-1945, al
Partido Aprista. Desde escondites múltiples, en todo el país, la lucha contra
los gobiernos de Benavides y de Prado constituyeron la crónica de protestas,
encarcelamientos, prisiones, deportaciones y lamentables muertes, sobre todo,
de los militantes y cuadros apristas a quienes no se dio paz ni tregua.
Multitud de hechos, sucesos importantes y un antes de 1945 y un después de
1948 como para olvidarlo sin caer en pequeñez miope. La historia también merece
su invocación puntual, exacta, sin ojerizas o exacerbaciones. Debieran
aprenderlo varios.
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