Informe
Señal de Alerta-Herbert Mujica Rojas
12-2-2025
¡Perú y su eterna descomposición moral!
https://senaldealerta.pe/peru-y-su-eterna-descomposicion-moral/
Don Héctor
Vargas Haya, quien accede, una vez más, a entrevista, recuerda esta sentencia:
Rompamos el pacto infame y tácito de hablar a media voz. González Prada, autor
de tan duro juicio, hablaba de frente y sin ambages.
Afirma Vargas Haya: “Perú no tuvo
califas ni sultanes, pero sí terratenientes y hordas militares que acuartelaron
a la República, convertida en feudo, en que impusieron indeseables y
destructoras conductas.
A partir de la República, ya había
aflorado desenfrenada e incontenible, la corrupción en agravio del Erario,
convertido en fuente de asquerosos enriquecimientos, escandalosa delincuencia
pública, que obligó a Bolívar a establecer la pena de muerte contra los que se
enriquecían robándole al Estado y contra los jueces que no aplicaran la ley.
Sostienen los historiadores que la
ley marcial frenó la corrupción, pero sólo tuvo vigencia durante la corta
presencia del Libertador, porque tan pronto se ausentó del Perú, para
reintegrarse a su patria, la aludida ley fue derogada, y la corrupción retornó
con mayor fuerza”.
Recuerda don Héctor: “Y el
implacable, Manuel Atanasio Fuentes, en su fecunda bibliografía, condena la
degeneración política, instaurada en 1854, por el general José Rufino
Echenique, cuyo gobierno fue calificado “el de la orgía presupuestaria”,
derivada de la ilícita conversión de la deuda interna y los bonos de la deuda
externa con los que benefició a su entorno familiar y a sus amigos.
Contra tal grado de corrupción,
Ramón Castilla lo derrocó, pero la corrupción ya se había instalado y resultó
poco menos que imparable”.
“Un siglo después –subraya Vargas
Haya- Porras Barrenechea, decía que la fustigadora prédica y la corriente
positivista, de hace más de cien años, habían producido en la generación
radical, un hondo pesimismo sobre las fuerzas espirituales y la convicción de
que Perú era un país enfermo”.
“En la “Nueva Crónica del Perú,
siglo XX”, editado por el Fondo Editorial del Congreso, año 2000, Pablo Macera y
Santiago Forn, abordan el grado de corrupción política y manifestaciones
somáticas, indicadoras de la crisis moral en el Perú, incompatible con la
civilización, enfermedad que no se mide sólo por el número de actos de corrupción,
sino por la ausencia de voluntad para combatirlos”, indicó don Héctor.
“La gran corrupción ambiente en el
Perú, se halla casi institucionalizada, como desvergonzada práctica
consuetudinaria que, descaradamente, hasta se ha llegado a legalizar mediante
artilugios, como los denominados “lobbys”, creados por ley 28024, de 23 de
junio del 2003 y que, según se sostiene, significan antesala, cabildeo,
opinión, conferencia, para agilizar gestiones, intereses comunes entre el
Estado y los empresarios y promover decisiones
correctas en la concesión de servicios”, recuerda Vargas Haya.
Hace memoria don Héctor y afirma:
“hace décadas, respondiendo a la trillada expresión “en todas partes se cuecen
habas” el poeta César Moro decía: “sí
es verdad, pero la diferencia está que
en el Perú sólo se cuecen habas”.
En su libro “Perú”, el historiador
alemán E. W. Middendorf, expresa que “después de la disolución de la
Confederación Perú-Boliviana, el país cayó en un estado de anarquía, y sólo
bajo el gobierno de Castilla se restableció el orden”, señala Vargas Haya.
“Castilla fue un patriota y aunque
dominante, no era codicioso y su dignidad no le permitió enriquecerse a costa
del Estado, fue su sucesor, el general Rufino Echenique, quien en asuntos de
dinero era diferente, el arreglo de la deuda externa favoreció exclusivamente a
extranjeros, se abultaron las escandalosas irregularidades.
Castilla se valió del descontento
público para derrocarlo. Piérola se aprovechó del gobierno de José Balta, y firmó el lesivo
contrato Dreyfus…” Tomo 2°, página 135ª
Y en su libro “Aletazos del Murciélago”, de 1866,
dice Manuel A. Fuentes, “Así
somos y así seremos: para esto de
cumplir con las leyes, no hay más que llamar a un peruano que se deja sacar
todas las muelas antes que dejar de obedecer una ley…y las autoridades
obedientes con escándalo; para unos es tener una buena colocación y crecida
renta; para otros, ponerse un par de charreteras, ser bravos en tiempo de paz y
pacíficos en tiempo de guerra……. Según ellos, el Estado no es floreciente
cuando no son el primer florón; el orden
está fuera de los rieles cuando no son los locomotores”.
Al culminar este encuentro, Vargas
Haya dice: “El covid-19, puso en evidencia la inmoralidad en la salud pública
que colapsó, carente de oxígeno, camas, unidades de cuidados intensivos, etc.,y
la mortandad, hasta de médicos y auxiliares. Perú registró un número de
infectados y fallecidos que superaba a los de Argentina, Chile, Uruguay,
Paraguay, Colombia, Bolivia y Venezuela juntos”.
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