Evangelina contra el lodo y los chanchos de siempre
25-3-2017
Me chocó que una mujer increíble
se atribuyera una debilidad cultural (Dios) y no honor a su espíritu de
especie. Esto es el verdadero problema de una cuasi-cultura racista, pedófila,
melindrosa, que es una esclavitud social desde hace 500 años. Esa
extraordinaria mujer, Evangelina Chamorro, que sacó su instinto de supervivencia
en una situación límite lo atribuyó a un diosito (no sé si evangélico o
católico).
En lógica elemental, si salvó de
morir y lo logró por invocar a un diosito ¡ese diosito es un hijo de la
guayaba!
En Arequipa, un regidor
fujimontesinista y evangélico, imbécil genético, dice que los huaicos son el
castigo de su diosito por la “ideología de género” y que por eso no cayeron en
su ciudad. Bueno ¡ya cayeron! Versiones incontestadas narran que lugareños,
históricamente, desde Túpac Yupanqui, pasando por los traidores de Pocsi,
declinaron la defensa de la ciudad y cuya única oposición fueron mujeres que
tomaron las armas en la guerra contra Chile.
Esta extraordinaria mujer que ha
dado una lección de coraje y decisión a todos los peruanos, atribuye a un
diosito su gesta heroica.
Los cuervos o los “pastores”
deben haberse juntado en su cama de hospital para diluir su probable escasa
cultura.
Para los católicos y evangélicos
fanáticos, Evangelina es un riesgo.
Su gesta está en todos los
medios del mundo como un ejemplo de absoluto ejercicio del instinto de
supervivencia y validación de la progenie como proyección (muy darwinista). Y
eso es dinamita en el trasero de tantos católicos, cristianos y librepensadores
de sentina.
A Evangelina, sin duda, le
lavaron el cerebro, posiblemente con una amenaza de no retonarle los chanchos
surfistas en el huaico y eso era todo su capital.
La pregunta simple es que
pasaron más de diez días que los chanchos y reses que surfearon en el huaico, sobrevivieron.
He allí la amenaza para cualquier sistema social. En una sociedad recíproca,
que la hubo y no la ejercemos, por mínimo sentido humano, debieron haber puesto
en la puerta del hospital, sus chanchos, sin cobro alguno, como tributo a su
entereza.
La conferencia de prensa de
Evangelina, para gallos viejos como yo, fue el chantaje de una víctima.
Poco importa que fuera católico
o evangélico (fanatismos idénticos). Con coacción económico-social-cultural, la
arrinconaron. En pocas palabras: si dices el rollo...te devuelvo tus chanchos.
Evangelina es de la estirpe de
la Moyano asesinada. Su condición económica, sin sus chanchos que son su
capital y la supervivencia de su familia, definitivamente ha sido manipulada,
para que diga que invocó a un “diosito” para salvarse, cuando fueron su pura
fuerza espiritual y física las claves.
Y si hubiera un diosito
recursivo sería un psicópata perfecto.
Evangelina con sus chanchos y
sus hijas en casa, no necesita a los diositos.
El sentido de culpa de los
cuervos de toda laya con el affaire perverso de pedofilia sodálite y el pastor
cubano, son suficiente basura.
Evangelina incomoda a los
miserables y es un hueso duro de roer, con su inteligencia de especie y natural,
para políticos, religiosos y pelotudos pitucos o aspirantes.
Y lo propio para quiénes no han
tocado la médula del heroísmo humano de Evangelina porque su mercenarismo, en
dólares o euros, les impele a seguir mirándose el ombligo.
Evangelina, mujer y heroína del
pueblo, protagonizó un momento estelar contemporáneo de la historia popular del
Perú.
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