Informe
Señal de
Alerta-Herbert Mujica Rojas
11-9-2025
¡Urgentísima ofensiva cultural peruana en el Caribe!
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El emocionante espectáculo duró algo más de dos horas. Con
30 grados de calor, público por decenas y predominantemente latinoamericano, el
reconocimiento de nuestros hermanos en el habla, el sentimiento y en la
búsqueda de soluciones, en el Caribe lo único que faltó fue la música peruana
aunque un numeroso grupo de connacionales sí vivamos, de lejos, a la Patria.
Acaso, y ojalá misiones anteriores acometieran este
imperativo, el establecimiento de la riqueza cultural, histórica y de
significativa presencia en el continente haya sido iniciativa de cónsules,
embajadores, peruanos en el exterior.
En República Dominicana hay varios resorts, que es un tipo
de alojamiento que ofrece, más allá de hospedaje y alimentos, lugares de
relajación y recreación. Lo más cercano a la traducción del término resort es
complejo turístico.
Los dueños son norteamericanos y españoles que descubrieron
un recurso magnífico, el Mar Caribe y la amabilidad de entonada voz y enrevesada
dicción dominicana en hombres mujeres cordialísimos y sonrientes todo el
tiempo.
No sé exactamente si la retribución en impuestos de estos
balnearios es altamente significativa para Dominicana. Sí vi que hay cientos o
miles de jóvenes que trabajan en estos lugares y que salen de madrugada y
vuelven cada fin de semana con el sueldo para mantener a sus familias. Tampoco
sé si el pago de su trabajo, es justo.
En el fragor del antecitado concierto, mientras me deleitaba
con La Cumparsita argentina, que mereció más cuidadosa coreografía, me
trasladaba al Alma llanera venezolana y luego, al ritmo ineludible y contagioso
de los merengues dominicanos. El público abandonaba los asientos y simplemente
se ponía a bailar.
Quien haya visitado el Caribe sabe que el contoneo, afán,
enamoramiento entre parejas es altamente sensual y divertido y aunque es apenas
un baile, aquí se hace con tanta agilidad y elegancia que es un ballet rápido
donde ambos destacan. Y el merecido ron con gaseosa calma el esfuerzo.
En esos 60 minutos esperé oír El Cóndor Pasa, la revista de
marineras y tonderos, fotos de nuestras ruinas peruanas incas y preíncas y me
di con la sorpresa que nunca llegó aquel momento. Todos los ciudadanos a
quienes revelé mi procedencia, respondían: “Perú, Macchu Picchu”.
Fue la quinta vez que estuve en República Dominicana.
Anotemos de paso, que un grupo inteligente de empresarios
atribuye a las bondades exquisitas de la cocina peruana, fórmulas milagrosas
que atraen reconocimiento en todo el orbe y que también dan “felicidad” al
pueblo peruano, sofisma contra el que me alzo mondo y lirondo para reconocer
que es un negocio bien planteado y nada más.
Se me ocurre que una ofensiva cultural diplomática, mixta
privado-estatal, con atractivos tributarios y estímulos múltiples, puede
involucrar a los peruanos a tomar parte en esta mesa servida.
En un trabajo del embajador Manuel Rodríguez, Del
cónsul-prefecto al cónsul servidor-público, 2003, encuentro unas definiciones
valiosas:
“Así cristalizó un estilo o paradigma de función consular
que se puede caracterizar como el correspondiente al Cónsul-prefecto. Bajo este
esquema se planteaba la relación entre el cónsul y los peruanos en el exterior
como una de estilo propio del Estado autoritario. En esta relación “el servicio
público se difumina, se pierde y se subordina a esa visión jerarquizada
autoritaria, alejada de lo que en un régimen de Estado de Derecho y democrático
significa el servicio público”.
Se hizo imperativo y de modo categórico perfilar un nuevo
estilo y paradigma: Cónsul-Servidor Público, sustentado evidentemente en una
política exterior innovadora de protección a los nacionales que residen en el
extranjero.
En este esquema que coincide con la restitución del Estado
de Derecho y que debe prevalecer en cualquier circunstancia, el funcionario
consular se debe a la ciudadanía y tiene ante sí, como tareas fundamentales:
-Brindar protección y asistencia a los peruanos en el
exterior.
-Ofrecer los servicios de manera eficiente y oportuna a
través de la reforma consular.
-Ser un agente de vinculación cultural y económica de los
peruanos con su país en general y con las sus comunidades de origen en
particular.
Desaparece así, el funcionario consular como un agente
pasivo que observa con distancia burocrática e insensible, los procesos que
atañen a las comunidades peruanas en el exterior”.
¿No son perfectamente compatibles la avanzada cultural y
diplomática en el Caribe, con miras a una tarea de hermandad, negocio limpio,
puestos de trabajo y ampliación de nuestras fronteras constructivas y con el
desplazamiento de hombres y mujeres en la edificación de una Para nosotros la
Patria es América, al decir de Simón Bolívar?
¿Qué tienen algunos países como atractivos? Playa, música,
baile, misterio, lunas llenas, ensueño de mares genuinamente pacíficos, pero
también calores con promedios de 35 grados o más. Al salir de Lima llevé una
casaca más o menos gruesa. Al llegar los dominicanos me dijeron con cierto
desdén: “aquí nadie usa eso”. Mi campera fue hecha para el frío de Lima no para
usarla en el Caribe.
No vi ceviche, lomo saltado, arroz con pollo, pescados al
estilo peruano en ningún restaurante.
¿Apuesta por este camino de trabajo y diversión y con fondo
de música y movimiento?