Wednesday, December 04, 2024

¡Fusilemos a banqueros estafadores!

 

Informe

Señal de Alerta-Herbert Mujica Rojas

4-12-2024

 


¡Fusilemos a banqueros estafadores!

https://senaldealerta.pe/fusilemos-a-banqueros-estafadores/

https://tinyurl.com/8dze7yb6

 

En China se aplicará la ley capital a un banquero que birló la fe de sus clientes y se apropió vía malas artes, de la suma aproximada de US$ 17 millones de dólares.

 

En Vietnam, una banquera vinculada al sector inmobiliario, alentó una farra gigantesca que resultó en un faenón por algo más de US$ 27 mil millones de dólares. Y también será ejecutada, aunque ha interpuesto apelación pero tendrá, para obtenerla, que pagar el reintegro de ¾ partes de lo robado. La cosa está difícil para aquella.

 

Tempranamente Simón Bolívar planteó para los rateros la pena de muerte y el delito de traición a la patria para los delincuentes que ya los había entonces en los años alborales de la lucha de la independencia. Como es obvio, no le hicieron caso.

 

En un mundo global, sin perjuicio de la diferencia de idiomas, razas, credos o distancias, porque el asalto es el mismo, siempre en perjuicio de clientes con buena fe, es menester y obligatorio, imitar las buenas costumbres y los castigos.

 

La pregunta deviene obligatoria. ¿Es Perú un campo fértil para el hallazgo de estafas, asaltos, robos, huecos profundos en las cuentas fiscales e impunidad, de generación en generación, para elementos vinculados a bancos, financieras, mutuales, cooperativas, inmobiliarias y toda clase de asociaciones con fines de lucro? La respuesta es superlativamente positiva. ¡Claro que sí!

 

El escándalo que es el abuso de los bancos con toda clase de clientes, individuales y corporativos, se podría consignar en 100 tomos y no se acabaría el detalle de los procesos judiciales para desplumar a los usuarios y los discursos inflamados de los abogángsteres al servicio monetizado de sus empleadores banqueros.

 

¡Riqueza, cuántos crímenes se cometen en tu nombre!

 

¿Cuántas veces los poderosos banqueros se hicieron instalar salas judiciales exclusivas, con jueces amigos y fletados en dólares o euros, ahora último con bitcoins, y celosos cuidadores de los fallos favorables o lo más amigables legales?

 

Baste con hacer memoria. Desde hace décadas mantienen a simplones en el Congreso, en los ministerios, en los bancos centrales, en toda entidad que tenga que ver con el manejo financiero y económico del país y su influencia se traduce en leyes con aranceles bajos o ridiculos para los productos que importan y que luego convierten a valor agregado con precios escandalosos y nadie los saca de la ingesta popular que cree que esas recetas son las “mejores”.

 

No es suficiente con los aranceles. Escamotean, ponen zancadillas a cualquier producto que el usuario podría comprar a menor precio y con mayor calidad, para eso los abogados son útiles en grado sumo y juegan avituallados por la plata sucia del mandón que los alquila y bautizan a sus sueldos como “honorarios de éxito”.

 

Verbi gracia. ¿Alguien puede elaborar la relación de los últimos 100 asaltos electrónicos en los principales bancos contra clientes de esas mismas instituciones y que, amable y cínicamente, procuran no reconocer los bancos?

 

Un amigo sacó con su tarjeta, una suma en soles modesta, S/ 100. Pero en el mismo momento recibió la llamada de su sectorista que le avisó que ya se habían aprobado los S/ 10 mil soles de su “préstamo”. El cliente estaba sorprendido y negó cualquier transacción.

 

Lo que ocurrió fue impresionante. Alguien en el mismo banco, aprovechando la conexión electrónica del cliente (S/ 100 modestos soles) gestionó un préstamo y lo cobró en Iquitos a nombre del usuario en mención.

 

O sea, en castellano mondo y lirondo, nuestro buen amigo en el lapso de 15 minutos, ya era deudor de un “préstamo” al banco por S/ 10 mil, estaba en una oficina del mismo banco en Lima y sólo se apercibió de la estafa por pura suerte.

 

Como es obvio, el banco quiso desmarcarse del asunto y dio por toda versión que el cliente no había usado correctamente su tarjeta. O sea, los muy sinverguenzas pretendieron que el usuario se quedara con la deuda hechizamente gestionada por gente del mismo banco y la pagara. Poco faltó para que incendiaran el banco, mi amigo es fiero y encarnizado y sabe defenderse muy bien.

 

¿A qué cantidad de clientes se ha estafado en forma parecida o igual en los bancos principales? Si usted no tiene seguro sobre sus tarjetas debe ir a llorar a la playa ¡nadie va a reponerle un dinero que no pidió pero que además el banco le obligará a reintegrar!

 

¿No cae de perlas que a los estafadores bancarios los pasen por las armas? Francamente no merecen convivir con el resto de mortales honestos y prolijos.

 

¿Qué espera el Congreso para discutir este plan en torno a la siniestralidad bancaria y proteger a los electores y fusilar a los infractores que además deben ser declarados traidores a la patria?

 

En lugar de echar babas sobre auténticas tonterías, acaso un gran debate nacional arrojaría resultados magníficos como revelaciones espectaculares de cómo roban, asaltan, mienten y engañan esos amigos de lo ajeno.