Friday, June 27, 2025

¡Hampones con rabo de dinosaurio!

 

Informe

Señal de Alerta-Herbert Mujica Rojas

27-6-2025

 


¡Hampones con rabo de dinosaurio!

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No es rabo de paja, el que exhiben con impudicia escandalosa, múltiples delincuentes en las esferas estatales y privadas de la vida cotidiana del Perú, es rabo o cola de dinosaurio. Que, todos lo sabemos, eran largos y pesados.

 

Abogángsteres conocidos por ser todoterreno: han delinquido en lo penal, en lo civil, en toda clase de ámbitos han ejercido su vocación estafando, robando, haciendo del dinero del contribuyente feraz alivio a sus apetitos, fungen de sabios y conocedores de todas las materias.

 

El raro privilegio de tener en Perú a ladrones con rabo de dinosaurio, no constituye una distinción que nos enorgullezca. Tenemos truhanes, malhechores y rateros habilísimos para saquear al Estado o desde el ámbito privado, al público.

 

¿Qué diferencia a un pícaro de cuello y corbata, de esos que viajan con frecuencia, gastan dinero de los contribuyentes, no pelean nada por el Perú y acumulan millaje en los aviones, con los cacos y monreros criminales que transitan por todas las calles del Perú?

 

¿No pululan en los miedos de comunicación “árbitros” especializados en que Perú pierda todos sus procesos? ¿O “defensores” de la constitucionalidad que dicen babas al por mayor?

 

¿Hay algún escalafón entre el carterista de la calle, con técnicas refinadas, soporte de autos con el motor prendido, mudas de ropa listas a usarse según “requerimiento” y los grandes togados de cuello y corbata, excursiones al por mayor, diplomas y felicitaciones, cursitos de medio pelo y mediocres que han fabricado una imagen inventando y mintiendo?

 

¡Francamente nada! Son idénticos, sólo que unos son más galanos e instruidos que los otros. Frecuentan otros ambientes, se relacionan en niveles distintos, pero a la hora de echar mano a la mercadería ajena, causan los mismos estropicios.

 

¡Claro que en cuanto a depredar y pervertir la vida diaria, ambas sub especies, son parte cancerosa del cuerpo social del país! Estos malos individuos son ¡ladrones a dedicación exclusiva!

 

Los analistas superficiales, esos intelectuales de quiosco que leen folletos mal traducidos y cobran por sus adefesios con precios altos, suelen atribuir la corrupción al gobierno inmoral de Alberto Kenya Fujimori. Según ellos, antes la que existió fue poco notable.

 

Los “descubridores” de la historia tienen mente selectiva, amnésica y podrían cambiar de veredicto en 360 grados ¡todo depende de la cantidad de billetes en la transacción!

 

El primer signo de perversión, llamemos de mala fe, engaño y lesión mortal, fue el timo que le hicieron a Atahualpa. Las promesas ibéricas se derrumbaron con la pena del garrote a la que fue sometido el inca postrero. Por lo menos hay allí huella indeleble de la falsía.

 

La historia es recurrente y no tiene, por desgracia, nada de nueva. Se reitera cada vez que un gobierno se va y otro llega, así siempre hay un pacto tácito de “no agresión” y arreglo para que las cosas “funcionen”.

 

¿Qué gobierno ha enjuiciado y penalizado los escándalos más estentóreos del anterior? ¿Y en los municipios o gobiernos regionales? El pacto infame de la inocencia se negocia sin vergüenza. Las pitanzas y piltrafas van a la prensa y a los lectores que anhelan “justicia”.

 

¿Cómo escarmentar a los ladrones que hay en la administración pública? Los cargos los tienen de abuelos a nietos y la gran mayoría se protege entre sí. El espíritu de cuerpo, válido para las grandes empresas colectivas y sociales, es una coraza de impunidad y hermandad en el delito y en el robo.

 

Si uno cae, arrastra, en larga cadena al subsiguiente, por tanto, para que nadie afronte la desgracia, ¡ninguno debe ser culpable! ¿Serán más importantes los carnés partidarios o los compadrazgos taimados a la hora de poner en la picota a los pillos?

 

¿No hemos visto en los días corrientes, cómo, rateros conocidos, venales sobresalientes, han mostrado en qué trinchera están y porqué?

 

¿Cómo se escudriñan las veleidades, a veces muy sospechosas, de todos esos funcionarios ministeriales que negociaron el TLC con Gringolandia; las diversas concesiones plenas en irregularidades y el otorgamiento de contratos de estabilidad tributaria o privatizaciones del gobierno actual y de los anteriores?

 

Como principio debería establecerse que los crímenes contra el Estado no prescriben y que todo lo mal obtenido debe ser retenido o expropiado. Además ¡ningún hombre o mujer que haya tenido cargos de importancia, podrá trabajar para empresas vinculadas a capítulos, nacionales o extranjeros, que hubieran requerido de su participación burocrática, por lo menos en 10 años!

 

¿Y cómo castigar a los delincuentes? A veces las cárceles son insuficientes. Sostengo que a los cacos debía enviárseles a limpiar baños, arreglar jardines, barrer pistas y calles, cuidar cruceros peatonales u ordenar las colas de los microbuses, siempre con su credencial del ministerio o dependencia a la que perteneció, al pecho, para que su identidad esté a la vista y hasta que completen el tiempo para su jubilación.

 

Además, debía descontarse la reparación civil que el Estado imponga al mal servidor. El látigo moral ¡es mucho más efectivo que leyes dadas por pandillas hábiles en buscar cortapisas y amenguar los castigos!

 

Cuando en Perú se logre escarmentar en sitios públicos, a los malos parlamentarios, pésimos diplomáticos, abogángsteres, funcionarios ministeriales antipatrióticos, periodistas venales y a sueldo de las gavillas o transnacionales, y botarles de restaurantes, cines, clubes o de lo que fuere, entonces el país conseguirá una catarsis extraordinaria que mostrará ¡cómo se flagela en Perú a los delincuentes! Y si tienen rabo de dinosaurio ¡tanto mejor!