Monday, August 05, 2024

¡Paredón moral y guerra contra corruptos!

 

Informe

Señal de Alerta-Herbert Mujica Rojas

5-8-2024

 


¡Paredón moral y guerra contra corruptos!

https://senaldealerta.pe/paredon-moral-y-guerra-contra-corruptos/#google_vignette

https://tinyurl.com/2y9x383h

 

El pueblo es más sabio que todos los sabios.

 

Y gratifica con sus votos o flagela con su indiferencia. ¿No hemos visto, olvidados y despreciados a no pocos aspirantes a presidente sospechosos de uñas largas y estafas muy bien urdidas, despeñarse cuesta abajo la rodada?

 

¿Cómo se puede castigar a los funcionarios públicos que roban los dineros del Estado?, ¿de qué modo escarmentamos a ex mandatarios de la República, congresistas, gerentes, altos funcionarios, acostumbrados a las coimas y a la estafa con contratos o licitaciones con dedicatoria, nombre y apellido?

 

Una parlamentaria, amiga del chisme y de delincuentes conocidos, fue expulsada entre rechiflas y mofas de una discoteca. No hubo plan o concertación ¡su sola presencia gatilló indignaciones y gritos reprobatorios!

 

No basta, de ninguna manera, el Código Penal o el Civil. Quien tiene dinero, influencia, amigos y compadres, suele eludir mañosamente los castigos, carcelerías o detenciones. O son muy benignas o no se aplican porque aquí en Perú hay banqueros que se han hecho confeccionar salas penales especiales para ellos y, por supuesto, ¡jamás son inculpados!

 

En los tiempos del fujimorismo, esa turba que hizo del saqueo del Estado una vocación permanente y capaz hasta de delinquir con la ropa usada que nos venía donada del exterior, aventuré la expresión de Paredón Moral para los cacos. ¿No están “pugnando” porque a Kenya le obsequien casi S/ 16 mil soles como ex presidente?

 

Quien le robe al Estado merece el Paredón Moral que incluiría su foto con nombre y apellido en las páginas web de todos los ministerios y dependencias públicas. Más aún deberían llevar un DNI especial con la inscripción Robó al Estado de modo que si se salvan de la cárcel, no podrán hacer lo mismo cuando deban identificarse.

 

¿Qué hace un ratero de cuello blanco, apellido “honorable”, auto del año y con faltriqueras nutridas de muchos billetes?: compra jueces al peso, soborna policías y acuerda con los buena gente que deciden “cómo” asumir su castigo. Luego de algunos años en que sus cuentas no son tocadas y ¡mucho menos! el producto de sus robos –casas, acciones, inversiones, siempre a nombre de terceros o cuartos- que permanecen inmunes a cualquier pesquisa, se “sombrea” y vuelve a la cosa pública.

 

Para los saurios las líneas precedentes son blasfemia porque señala exactamente sus prácticas mafiosas.

 

¿Cuántos cabecillas de los clubes electorales, alias partidos políticos, están libres de procesos penales, administrativos y sus signos exteriores de riqueza les delatan como dueños de riquezas inexplicables?

 

¡Por eso el declive inexorable de las patotas políticas que muestran sus desverguenzas sin pizca de arrepentimiento!

 

¿Qué hacemos cuando el réprobo supera los años de carcelería y su “deuda” con la sociedad? El formalismo legalista defendido por los abogados suculentamente avituallados por sus clientes, denota que ya se cumplió el ciclo.

 

Lo antedicho choca con una lacerante realidad: ¿y qué hacemos con tantos infames que buscan en el Congreso o en la presidencia el blindaje para robos de mayor amplitud y espectro criminal?

 

Años atrás ¿no fue un grupo juvenil el que echó basura a la casa de una legisladora fujimorista que aventuró la tesis que muchas víctimas del terrorismo de Estado, se habían hecho daño a sí mismas?

 

El profundo decaimiento de los valores morales de honestidad y consecuencia, limpieza en la cosa pública e idoneidad para entrar limpios y salir de igual manera, ha generado una república que permite que desde la presidencia de la República, en connivencia con el ministerio de Cultura, se mutile un libro, se borren textos de autores y ¡no pase nada!

 

Como a buena parte de la intelectualidad (o, lo que así se llame), no se le toca, entonces no dicen ni chis ni mus, pero si hasta las conciencias están alquiladas, entonces también merecen el Paredón Moral. ¡Y sanseacabó!

 

En el norte hay un dicho muy popular: el que nació para panzón, aunque lo fajen.

 

El que nació con indiscutible vocación de asaltante, bandido y depredador, jamás logrará que sus discursos (algunos eufónicamente muy buenos), disimulen la rapiña de recursos para él, sus descendientes y testaferros y provenientes del dinero sucio.

 

El castigo tiene que servir y es allí donde el concepto de Paredón Moral adquiere ribetes de enorme carga cívica y de reprimenda para los delincuentes.

 

El que roba el dinero público, en efectivo o en especie, se gana la prohibición vitalicia de volver a contratar con el Estado ¡de capitán a paje!

 

El Paredón Moral es más fuerte que las puniciones hechizas que no pocas veces otorga la legislación penal.