Informe
Señal de
Alerta-Herbert Mujica Rojas
24-6-2025
¡Cholo calato: ni encuestas tiene!
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El refrán popular
norteño es: ¡cholo calato, ni pleitos tiene!, refiriéndose a la soledad
aterradora de que goza el aludido de ocasión.
Una muestra del
desamparo militante que sufren los clubes electorales, alias partidos
políticos, dio como resultado que 63% de los preguntados, no simpatiza con
ninguno; y, 14% no sabe, no conoce de la existencia de aquellos. ¡Aterrador
porcentaje de 77%!
Entre los clubes
mencionados por simpatía o cercanía, figuran Fuerza Popular, Perú Libre, Acción
Popular, Somos Perú, Renovación Popular, Avanza País y Perú Primero; en el
rubro Otros, el 7%.
La colectividad
más antigua, otrora impulso ciudadano y popular que casi nunca fue menos que el
30% del electorado, el Apra, no figura. ¿Se le ocurriría a alguien la
desopilante idea de “denunciar” una calumnia? Con un volumen electoral
microscópico en su última participación, años atrás, menos de 3%, no parecería
inquietar gran cosa, a nadie.
Quien siembra
vientos, cosecha tempestades.
Unirse al
fujimorismo y terminar de cola de aquellos, parece una factura cuya honra ha
sido carísima. Desdibujados todos los principios morales, marchando en las
calles con desatino manifiesto en pro de causas reaccionarias y conservadoras,
dio el resultado que comentamos.
Caudillos
minúsculos, clowns grotescos, teóricos de pacotilla, dedicaron su tiempo y
escaso cociente intelectual a las coyunturas y componendas descaradas con
elementos cuestionados desde siempre. El pueblo es más sabio que todos los
sabios, ve, repara y ¡castiga!
El militante
decepcionado dejó de ir a los locales, buscó en otras agrupaciones lugar y
oportunidad e indagó por interpretaciones de la realidad que fueron obliteradas
del todo para hablar de las torpes individualidades deslucidas de ganapanes.
Menester
imprescindible a los topos, recordar palabras tempranas del propio Haya de la
Torre, el 8 de diciembre de 1931:
“Quienes han creído que la única misión del aprismo era
llegar a Palacio están equivocados. A Palacio llega cualquiera, porque el
camino de Palacio se compra con oro o se conquista con fusiles. Pero la misión
del aprismo era llegar a la conciencia del pueblo antes que llegar a Palacio. Y
a la conciencia del pueblo no se llega ni con oro ni con fusiles. A la
conciencia del pueblo se llega, como hemos llegado nosotros, con la luz de una
doctrina, con el profundo amor de una causa de justicia, con el ejemplo glorioso
del sacrificio... ¡Sólo cuando se llega al pueblo se gobierna: desde abajo o
desde arriba!”.
Olvidados todos los principios por considerar la política
como una cacería por el mejor puesto, se enajenaron el cariño y devoción de los
militantes, primero; luego de los simpatizantes; y ¡peor aún! de los nuevos
votantes que ¡ni siquiera! muestran algún interés por su agónica estructura.
El porcentaje de
reconocimiento de los otros clubes electorales es bajísimo, demostración
convincente que el impacto o llamado es a todas luces mísero. Si la democracia
se define por el juego y equilibrio interpartidario, en Perú se plantea:
¿quiénes serán entonces los representantes?
Pasó años atrás,
el profesor Castillo juntó varias corrientes y ganó la presidencia a la que un
Congreso mediocre, tozudo, ineficaz, dedicó largos meses en derrumbar sin
conseguirlo. Castillo, con su torpe mensaje de diciembre, se disparó a los
pies.
¡Pensar en que
ayunos de popularidad y representación, los clubes electorales, tienen fuerza
para armar una esperanza unitaria para las elecciones del 2026, parece una
quimera mayúscula!
¿Hay capacidad
para definir, suscribir un plan mínimo y respaldar a quienes puedan perfilar
esperanza de ganar en las urnas?
Escribí en ¿Babel o Agramante? ¡Perú es más caótico! https://bit.ly/3USDxHY
11-5-2024:
“El país
entero contempla con asombro espeluznante cómo las reyertas a puñalada limpia,
entre las instituciones del Estado, producen apresamientos, desautorizaciones,
órdenes contradictorias y la ciudadanía, en la mitad exacta del campo de
batalla, recibe flechazos por angas o por mangas.
Buena parte de la casta “dirigente” concibe al Perú como un
bocado para darle de dentelladas y secar el fruto, léase, no dejar nada por
aprovechar y que las coimas cumplan con su rol corruptor.
¿Cómo aguantó Perú la consistencia pétrea de una perenne
falta de dirección? Desde los rudimentos mismos de la Independencia, cuando no
eran los generales de charreteras muchas veces fabricadas, eran los notables
hispanos o hijos de españoles, los que manejaban a su antojo esta confusión
gigante llamada Perú.
La anarquía tornó en modus operandi y se ha transmitido de
generación en generación que esa es la forma en que hay que vivir, que es
normal y connatural. ¡Y nada más monstruoso que vivir como animales! Tal es la
triste realidad en que navega el cuerpo social peruano.
Los chispazos de inteligencia, rebelión y revolución han
sido muchos a lo largo de nuestra historia pero, bien sea por claudicación o
por aniquilación, estos esfuerzos constructores amainaron y desaparecieron,
dejando al garete a millones de hombres y mujeres dispuestos a prestar su
concurso entusiasta”.
Mientras tanto, ¡Cholo calato: ni encuestas tiene!