Informe
Señal de
Alerta-Herbert Mujica Rojas
21-7-2024
¿Clase política? ¡NO! ¡Política sin clase!
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Rotundo, enérgico con sus 97 años a cuestas y
directo, don Héctor Vargas Haya
admoniza: ¿clase política? ¡NO! ¡Política sin clase! Quien así se expresa ha
sido diputado en varias oportunidades y además presidió la Cámara Baja. Es autor
de una treintena de libros, algunos de los cuales causaron conmoción en Perú,
recordemos un título: Contrabando.
“Uno de los más trascendentales temas
actuales es la degeneración política. Además de la corrupción, el grave riesgo
que corre el país, convertido en una irresponsable fábrica de proyectos de ley,
extraídos de la manga, proyectos de estampida, que no responden a ningún
criterio técnico y responsable, como sí lo era antes, cuando nadie se atrevía a
formular “proyectos” arbitrariamente, porque todos respondían a criterios
técnicos y aprobados en asambleas responsables de partidos políticos”, subraya
Vargas Haya.
Hombre de partido, el suyo, Apra, sufre un
deterioro impresionante, al grado que carece de cualquier representatividad en
la vida pública del país.
Sobre el particular, don Héctor no hesita en advertir:
“hoy ya no existen partidos, sino bancadas o clanes de amigos que se juntan en
la bodega de la esquina. Todo cuanto se avanzó políticamente ha sido
destruido. Cada persona a la que se le ocurre cualquier cosa o
simplemente responde a intereses personales, lanza su disparate y se
“procesa”.
Es obvio inferir de las duras condenas de
Vargas Haya, que “las leyes, actualmente, son el producto irresponsables de
estampida, sin ningún criterio técnico. Se están creando, peligrosamente, universidades
“chatarra”, a nivel de simples planteles escolares. No se toma en cuenta el
gravísimo peligro que significa fabricar universidades a la vuelta de cada
esquina. Como si se tratara de abrir bodegas, sin tener en cuenta la escasez de
catedráticos, entendidos en el real significado y nivel de tan elevada
responsabilidad.”
“Antaño, en mi época, cuando
el Congreso funcionaba con dos cámaras, 180 diputados y 60 senadores, el
presupuesto del Congreso no llegaba ni al tercio de lo que hoy gasta el
Parlamento con sólo 130 congresistas”, revela Vargas Haya.
Las matemáticas y sus guarismos no mienten. Si
antes se usaba la tercera parte del dinero de los contribuyentes, y Vargas Haya
que fue presidente de Diputados, sabe de la materia, teniendo a 240
parlamentarios (180 diputados y 60 senadores), ¿cómo se explica el desperdicio
actual de recursos? Tanto boato, alharaca viajera, turismo desenfrenado y
mediocridad irrebatible, son parte de consideraciones condenatorias hacia lo
que hoy existe.
“No hay clase política, sino política sin clase.
El Congreso se ha convertido en una gigantesca agencia de empleos, en la que cada
legiferante es un patrón, es decir una fuente de corruptelas impresionante”,
prosigue su denuncia don Héctor.
No pocas veces, desde esta humilde columna,
hemos llamado bandas, patotas, capillas, taifas, a los delincuentes que desde
las tarimas públicas (pagadas con el dinero del pueblo contribuyente), hacen de
las suyas y malgastan recursos insuficientes pero sagrados.
Escuchar en la entrevista, las expresiones de
Héctor Vargas Haya, nos debiera hacer reivindicar que aún hay (pocos, pero son),
personas respetables cuya ejecutoria en la vida pública, trasuntan lecturas
integrales y ejemplares.
Continúa Vargas Haya: “Me permito sugerirle un ligero inventario de la realidad criolla,
que le brindará impresionantes resultados respecto de la conducta de las
personas, entre las que, sin prescindir de veteranos podridos, abundan precoces
especialistas en la prematura especialización en la rapiña: los actuales
integrantes de bandas criminales en casi todas las instancias del aparato
estatal: jóvenes varones y damas elegantes, llenos de vida que están
demostrando gran capacidad “académica” para el delito en sus diversas
modalidades”.
Don Héctor subraya: “Viejos fueron los líderes del partido en el que bregué. Viejos
fueron sus tradicionales líderes, que murieron en la pobreza, liderados por
Haya de la Torre que no poseía ni un centímetro de tierra”.
Con enérgica pasión proclama: “No fueron viejos los que durante la agitada y penosa vida
republicana le robaron al país, lo asaltaron, haciendo mal uso de las armas que
la Patria les concedió para defenderla y no para mancillarla”.
No todo lo que brilla es oro, informa Vargas Haya: “Jóvenes y repletos de salud que
financiaron campañas mediante organizaciones criminales fueron y son los que
increíblemente disfrutan de adeptos, cuyo dramático lema es “Roba pero hace
obra”. No fueron viejos los que actualmente purgan condenas ni lo son las
empingorotadas damas y varones en los poderes públicos que están demostrando
una impresionante capacidad para el delito”.
Muchas gracias don Héctor Vargas Haya.
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