La rebeldía de controlar los sentimientos y comprender su
complejidad
29-3-2020
Las emociones son agitaciones del ánimo producidas por
ideas, recuerdos, apetitos, deseos, sentimientos o pasiones. Y las
percepciones, lo que nosotros sentimos sobre los acontecimientos o sucesos que
nos pasan en nuestras vidas.
Todo esto, en algunas oportunidades, nos hace sentir que la
Tierra se abre y que la vida se nos acaba, poniéndose todo al revés, lo que nos
produce un dolor tan intenso, hasta nos duele el alma y no somos capaces de ver
otras opciones de salida que minimicen la pena tan aguda.
Nada es más real que entender que nos movemos en un mundo de
afectos, es decir, los afectos constituyen el universo personal de nosotros
mismos.
Hoy en día no sabemos experimentar la rebeldía de no poder
controlar nuestros sentimientos ni podemos comprender su complejidad.
“El descubrimiento de la libertad interior es importante
para la maduración de la persona que en sus primeras edades puede identificar
obligación con coección y el deber de la pérdida de la libertad. Pero al ir
madurando se aprende que hay actuaciones que llevan a un desarrollo más pleno y
que otras te alejan de él por que no es raro sentir que lo que apetece no
siempre conviene ya que una libertad sin sentido es una libertad vacía”. Alcázar
Cano.
Se agravan estos sucesos cuando se experimenta una situación
dolorosa motivada por una tercera persona la que tenemos al lado, quien toma
decisiones que no son acertadas y que nos afecta directamente y que sería
necesario hacerle entender que no esta haciendo lo mejor para nuestra
situación.
Llanto, dolor, frustración, desesperanza. Desasosiego,
decepción, impotencia, soledad y, claro, es fácil entrar en un estado de victimización
del que será muy dificil salir si no reorganizamos o reestructuramos estas
situaciones de otras formas, buscando conceptos distintos que nos inoculen el
trabajo mental idóneo para salir de la crisis.
Los pensamientos que solemos tener pensando en una
responsabilidad externa a nosotros mismos. Cada persona es la única responsable
de su vida por los actos que viva y decida y no debemos dejar que otro con su
comportamiento, nos ponga la vida, patas arriba.
La mente emocional ante cualquier detalle, activa en el
presente los sentimientos que acompañaron los sucesos en el pasado, sabiendo
que las reacciones emocionales son tan difusas que no percibimos el hecho
objetivo por el que estamos reaccionando.
Tal vez no sería necesario pasar por varias sesiones de
terapia, si fuéramos capaces de “Una vez que tienes el valor de mirar al mal,
cara a cara, de verlos por lo que realmente es y de darle su verdadero nombre,
carece de poder sobre ti y puedes eliminarlo”.
No siendo concientes de lo que está pasando no lograremos
convertir en palabras lo que sentimos, no siendo conscientes de que si conseguimos
esto, daremos un gran paso hacia el control de nuestros sentimientos.
Para ello se requiere energía, valor, voluntad,
inteligencia, deseos y amor.
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*Psicoterapeuta.
Próximo consultorio: 995 006 364, 944 433 166, (01)
303 1413
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