Señal de Alerta
por Herbert Mujica Rojas
14-7-2006
Perú: la imbecilización de un pueblo*
Más de 25 infantes mueren
de frío en Puno y miles padecen enfermedades respiratorias y ¡todo está bien!
En Cajamarca, 3 mil galones de petróleo son derramados a un río, lo contamina y
mata miles de truchas e infectan la ingesta de los pueblos aledaños y ¡todo
está bien! Un forajido, empleadito insolente de Hunt Oil advierte que si se
revisan los contratos-ley o mal llamados de estabilidad jurídica, es decir de
licencia para robar legalmente, están en peligro US$ 9 mil millones de dólares
en inversiones, configurando un vulgar chantaje ¡y todo está bien! Un
gasoducto-estafa en Camisea, con menos de dos años de construcción falla ¡cinco
veces! y ¡todo está bien! Es más, los medios destacan la “lucha” por la
supervivencia de un perro Rottweiler pero ¡no dan cuenta de nada de lo
antedicho o lo minimizan, ni de su gravedad y se produce ¡una perversa consigna
de imbecilización de un pueblo!
¿Qué hacen nuestros
políticos? Comencemos con aquellos a quienes la responsabilidad alcanza
inmediatamente: el señor García Pérez está muy ocupado en la construcción de su
gobierno, por tanto, no “tiene tiempo”. ¿Qué tan válida es esta excusa? ¿no va
a ser el presidente de todos los peruanos? ¿o hay peruanos de primera, segunda,
tercera o cuarta clase? O sea, ¿el aprismo burocrático se divorcia del aprista
de la calle que padece desde la base todo este cúmulo de injusticias que,
además, comparte con el ciudadano no partidarizado? ¿Qué clase de disparate es
el que está ocurriendo?
¿A qué se debe la mudez
inexplicable de Ollanta Humala? ¿O cree que sólo hay que hablar cuando hay comicios?
Mal hace si así lo entiende. Las elecciones se ganan o se pierden. Hay que ser
firme en la defensa de los fueros populares y estos se comprueban en las
fragorosas fracturas que atenazan el cuerpo social peruano. Ganar justas sólo
para el deleite onanista de tener ujieres y prensa, no es más que la
demostración pueril que la estupidez se enseñorea en todos los que están en la
cosa pública.
¿No sabe la diplomacia
nacional cómo se comportan los bloques parlamentarios en Gringolandia? Decir
ahora que no hay ninguna seguridad, no la hubo nunca, que ese cuerpo
legislativo ratifique el TLC con Perú, suena a ridícula excusa, maniobra
pobrísima digna de quién o quiénes tienen el ridículo como norma fundamental de
sus tristes vidas. Nótese que en los resúmenes y agendas que publican los
principales diarios norteamericanos no hubo ¡ni una línea! dedicada al
mandatario peruano o a sus propósitos. Además, el TLC para Estados Unidos con
Perú, tiene una importancia cuasi deleznable en guarismos fríos y puntuales.
Entonces, ¿qué ha sido esta gira tan costosa como pintoresca pero de muy dudoso
éxito?
¿Qué han aprendido los
“políticos” noveles? ¡Todo lo malo de los tradicionales! Engolan la voz,
disimulan con toneladas de estupideces las barbaridades cotidianas y enfundan
los despropósitos en graves declaraciones de naderías extraordinarias! Pero
¡eso sí! son firmes y devotos como convictos cobradores de la ubre del Estado.
¡Y qué sueldos! ¿Cómo puede decirse, sin pecar de tarado ilustre, que US$ 13
millones de dólares para maquillar la imagen presidencial, es un asunto normal
o entendible? ¡Hay que ser sumamente infeliz y descastado para espetar un
insulto de estos decibeles a un pueblo que padece pobreza extrema!
La imbecilización de un
pueblo como el peruano tiene en los medios de comunicación a su vector más
característico y abominable. La verdad no es lo que ocurre realmente; la verdad
es aquella que los grupos de poder quieren que se asuma como legítima. Es
decir, si hay que “luchar” por la vida de un perro Rottweiler y olvidar el
experimento que se hace con bebes en los hospitales nacionales, con ministra de
Salud justificando a los cobayos humanos, o que hay que evitar que la opinión
pública se preocupe por 3 mil galones de petróleo derramados en un río de
Cajamarca, todo vale. Y como los políticos no dicen nada porque su mundo de
tranquila paz y cobranza mensual, no debe ser alterado, entonces, la miseria y
pobreza del pueblo es mucho más letal y desgarradora.
¡Atentos a la historia;
las tribunas aplauden lo que suena bien!
¡Ataquemos al poder; el
gobierno lo tiene cualquiera!
¡Hay que romper el pacto
infame y tácito de hablar a media voz!
hcmujica.blogspot.com
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*Publicado originalmente en la Red Voltaire
el 14-7-2006 https://www.voltairenet.org/article141953.html
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