Señal
de Alerta
por
Herbert Mujica Rojas
21-12-2004
¡Sólo diez minutos para pensar en el
Perú!*
Navidad
suele ser una fiesta en que algunos gozan, sobre todo los comerciantes que
venden más; celebración plena en remembranzas y vuelven a aparecer contornos
familiares de padres, hermanos, hijos e hijas, amores y desamores, que ya no
están y ciertamente es un instante para la reflexión. Yo pido, mejor sugiero,
más bien imploro, ¡sólo diez minutos
para pensar en el Perú!
¡Sólo diez minutos para el niño que
camina por las calles! ¡Sólo diez minutos por todos aquellos que no escogieron
dónde nacer y no pidieron venir al mundo por la banalidad erótica de algunos
irresponsables! ¡Sólo diez minutos por un país, que son muchos países a la vez,
porque el peruano de Iquitos casi no tiene que ver con el de Tacna y el de Puno
con el de Talara!
¡Sólo diez minutos para pensar en el Perú!
Este
país está preso de pandillas que luchan canibalescamente entre sí para
repartirse hilachas y despojos porque ya es poco lo que queda. En todos los
órdenes los buitres carroñeros evolucionan sobre los cadáveres producto de un
diseño perverso que todo lo privatiza porque hay la creencia vulgar que cuanto
más exportamos más ganamos. ¿Quién o quiénes? ¿No será que cuánto más
exportamos, nos encasillamos en un modelo chato que perjudica la
industrialización que trae valor agregado y nos saca de un monopolio de pobreza
inverso y clásico?
¡Sólo diez minutos para pensar en el Perú!
¿Qué
diferencia hay entre el ladrón de cascos ligeros y aquél que usa corbata y saco
y regala el país vía decretos leyes o contratos de concesión tramposos a
empresas insignificantes? ¡Ninguna! Tanto monta, monta tanto, Isabel como
Fernando. ¿Es posible distinguir entre el monrero que roba por placer y porque
ese es su quehacer criminal y quién o quiénes montan campañas para sostener que
la solución del Perú es un TLC sumiso a los Estados Unidos? Para mí un
ladronzuelo callejero tiene poca diferencia, si alguna, con los tecnócratas
vendepatria que hay en los ministerios.
¡Sólo diez minutos para pensar en el Perú!
¿Es
el trabajo esclavo, aquél que no se paga, una situación digna para los
empleados y trabajadores que deben laborar, diez, catorce, dieciocho horas
diarias por el mismo sueldo y bajo la amenaza de despido en un país donde hay
escasez de empleo, algo que enorgullezca? ¿Quien cumple semejante barbaridad,
es tonto o cómplice? Me atrevo a pensar que las dos cosas. Tonto porque no
entiende que hay una dignidad que defender y cómplice porque su debilidad le
hace preferir un estadio inferior y humillante a cuidar lo que es suyo, hijos,
hijas, amores, padres y otras querencias.
¡En
esta Navidad, para tirios y troyanos, adversarios y amigos, detractores y
admiradores, un abrazo fraterno pensando en el Perú, amando al Perú, procurando
hacer de esta patria Madre y no madrastra de sus hijos!
¡Feliz
Navidad! ¡Y no lo olvide, sólo diez
minutos para pensar en el Perú!
Amén.
¡Atentos
a la historia; las tribunas aplauden lo que suena bien!
¡Ataquemos
al poder; el gobierno lo tiene cualquiera!
¡Rompamos
el pacto infame y tácito de hablar a media voz!
hcmujica.blogspot.com
Skype:
hmujica
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*Publicado
originalmente en la Red Voltaire el 21-12-2004 http://www.voltairenet.org/Solo-diez-minutos?var_mode=calcul
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