El salario como demagogia
por Germán Lench Cáceres; germanlench@gmail.com
20-1-2016
Nuevamente se encuentra en debate la oferta política o caballito
de batalla en elecciones: “el incremento del salario mínimo” que actualmente es
de S/ 750, siendo el segundo más más bajo de región después de Bolivia; para
que llegue a S/ 900 ó S/ 1,000 mensuales.
Según diversas opiniones a favor y en contra, unos dicen que
ocasionaría el incremento de la informalidad de las pequeñas y mediana empresas
(PYMES), porque ocasiona mayores costos empresariales y que sería inoportuno en
estos momentos de desaceleración de la economía y genera desempleo en vez de lo
contrario, y otros que es aceptable por el incremento de la inflación y el
incremento de la productividad ya que su actualización está atrasada.
Pensamos que es cierto que el salario mínimo nacional es bajo para
ayudar a costear la canasta familiar y su aumento tendría un impacto positivo
en la economía familiar, porque incrementa la demanda de bienes y servicios
mejorando el nivel de ventas y ganancias de las pequeñas y medianas empresas y
acelera el círculo económico; adicionalmente, genera satisfacción en los
trabajadores y coadyuva a la estabilidad social. Sin embargo cuando se promulga
la medida, se nota que las pequeñas y medianas empresas casi nunca cumplen con
pagar el nuevo salario fijado por norma; no solamente por ausencia de una
adecuada fiscalización estatal, sino que existe una mano de obra excedente no
calificada proveniente del campo en el mercado.
No olvidemos que la migración del campo a la ciudad ha generado
que en el mejor de los casos los “campesinos sub empleados” contribuyan
marginalmente a la producción total, y que la competencia de esta reserva
laboral mantiene los salarios bajos inclusive si la economía se enriquece, tal como
lo sostenía el Premio Nobel en Economía W.
Arthur Lewis.
De esto debe tomar nota el Consejo Nacional de Trabajo, lo que se
debe intentar hacer con carácter de urgente, es elaborar un Plan Estratégico
Nacional (Estado-Privado) que se implemente en el mediano y largo plazo y que
tenga como finalidad, entre otros, mejorar la distribución de los recursos para
aumentar el nivel de vida de los trabajadores.
Sin
embargo tampoco, debemos olvidar al pensador Robert Owen quien decía que: “La clase trabajadora puede ser
perjudicada, degradada u oprimida de tres maneras: descuidándolos en la
infancia, cuando se los sobrecarga de trabajo o cuando se les paga bajos
salarios por su trabajo.”
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