Informe
Señal de Alerta-Herbert Mujica Rojas
14-1-2023
¿Existen aún los partidos políticos?
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Las extraordinarias
demostraciones públicas del pueblo peruano en todo el país, votando con los
pies y marchando en protesta contra el gobierno de Dina Boluarte, abominando
del Congreso y exigiendo elecciones, ya representan un hito en la sufrida
historia nacional.
A la par, como prueba
irrefutable de su lenta y penosa agonía, la ausencia de los partidos políticos
en estas vibrantes expresiones en calles y plazas, testimonia que el tiempo no
pasa por gusto.
En Perú no existen
los partidos políticos. A lo más son clubes electorales listos para infestar el
aparato administrativo del Estado que vive de los impuestos que paga un grupo
de ciudadanos.
Es decir, sus
intereses son egoístas, puntuales, pequeños, miopes, circunscritos a las ansias
de vivir bien sin trabajar y de hacerlo, acometen nichos diminutos y con socios
que no sueltan los mandos o los reconocimientos legales que surten de sinecuras
y dineros.
¿Se entiende el móvil
de las prisas en reinscripciones que aprovechan la buena voluntad de los militantes
que aún conservan la ilusión de años pasados en las calles y en la algarabía de
propósitos cívicos?
Si quienes capitanean
estas reinscripciones son los mismos que lograron la desaparición de su
movimiento, sólo existe la garantía que volverán a desaparecer en la ignominia
que recuerda un paso inmoral y deshonesto por sus administraciones.
Las mafias practican
el secretismo y la omertá (ley del silencio), unos pocos tienen la clave de las
ventajas y granjerías que negocian en base al espacio que cada quien pueda
demostrar. ¿No hemos visto “manifestaciones” hasta ridículas pero con
banderolas, camisetas y respaldo de prensa muy bien pagada para vitorear a
anticarismáticos individuos con largo prontuario en la vida pública? ¿No es
notorio un ex primer ministro que hacía negociados en un hotel sanisidrino?
¿Están, esas taifas
minúsculas, vinculadas al repudio a un gobierno que tiene el dudoso honor de
haber abatido a casi 50 peruanos con disparos de bala? El informe forense es
categórico.
No. Esas pequeñas
pandillas solo quieren un espacio, cualesquiera, y rentas por su adhesión y
“respaldo”. ¡Con el pueblo, nada de nada!
Las realidades a que
paso revista sirven para enderezar un reto a las patotas políticas peruanas:
¿existen como tales o son sociedades de beneficencia para los escogidos y
amigos de estos? En buena cuenta, ¿están los partidos, partidos en mil y un
pedazos inconexos, carentes de un proyecto doctrinario y menos ideológico en
cuanto al Perú como tal y como trabajo político en Latinoamérica?
Si las agrupaciones o
colectividades no tienen opinión sobre temas sustancialmente difíciles y
ríspidos como el asunto de las fronteras con cinco países en un mundo
globalizado, ¿qué esperan para hacerlo? A menos que, sería lamentable, la
globalización también haya enajenado el cerebro de los líderes que ahora creen
que las inversiones solucionan todos los problemas. Y el dios Mercado compone
todo.
Puede parecer un
retintín común y cotidiano. Pero su gravedad es inocultable.
¿Y dónde están los
intelectuales? No pocos son alabarderos de ONGs (organizaciones no
gubernamentales) y viven ¡precisamente!
de no pelearse ni cuestionar al sistema. ¡A lo más consultorías deleznables,
llenas de palabrería y que suman toneladas en los sótanos de los ministerios!
Los ideólogos de
quiosco venden sus estudios al Estado y a los diferentes gobiernos. Nadie usa
sus planes y diseños pero ellos ya cobraron. ¿Quién paga?: el sufrido pueblo
peruano con sus impuestos.
En Perú hemos
inventado realidades y reemplazado la obra sólida y perdurable por el discurso
plazoletero y demagógico de embusteros que a la hora suprema optaron no por el
derrotero heroico de pelear por sus convicciones, sino por abandonar la pelea y
portarse como cobardes. O se suicidan para no afrontar el reto de la justicia
penal.
¿Y los jóvenes?
¿Nuestros sucesivos Estados y gobiernos, pueden garantizarles que tendrán
futuro para emplear lo que aprendieron en las universidades y si son
nacionales, tanto más que obligatorio el Pacto con el Perú?
Años de años
exportamos talentos que vienen de visita al Perú. ¿Ha visto a algún partido,
club o mafia que reclame a esos profesionales la deuda con nuestro país?
Las borrascas de una
nación conformada de manera desarticulada debe terminar. Y hay que empeñarnos
en la tarea de forjar un Perú justo, culto y libre.
Recordemos al Hamlet
de Shakespeare: to be or not to be. That is the question!
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