Señal de
Alerta
por
Herbert Mujica Rojas
28-9-2006
¿Torre Tagle mártir? ¡No, un traidor!*
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En Perú,
las cosas de puro repetidas se olvidan. Pero también afincan en el imaginario
popular y se dan por ciertas aunque sean ¡absolutamente falsas! Por ejemplo, el
martes cumplióse aniversario de la muerte de José Bernardo de Tagle y en casi
todas las radios nacionales se dijo: “apresado por los españoles en el Real
Felipe”. Y la verdad, monda y lironda, sucia y descarnada es ¡muy diferente!
Escribe
Jorge Basadre en Historia de
“En una
carta que, desde el Callao, escribió al marino Blanco Encalada (22 de enero de
1825), Torre Tagle le pidió que “en nombre de Chile le entregase un asilo bajo
su bandera como el que generosamente me concedieran jefes españoles,
distinguiéndose entre ellos en toda clase de consideraciones conmigo, el señor
Rodil.
¿Fue, en
realidad, un asilado entre los españoles o un aliado de ellos? La segunda de
estas posibilidades parece afirmada en un papel al redactor de su manifiesto,
Juan de Berindoaga (cuya reproducción fotográfica ha publicado Luis Alayza y
Paz Soldán). Allí dice, con palabras que lo acusan, que ansía evitar la
desconfianza de los españoles ante él y busca, más bien, que estén contentos,
“mucho más –agregaba- cuando yo, convencido de la canalla que constituye la
patria, he resuelto en mi corazón ser tan español como D. Fernando”. Con este
comprobante no parecen insinceras las frases insertas en el último párrafo del
manifiesto de 1824 en la parte que, después de solicitarle al Perú que no
tolerase que en su recinto se levantasen templos a la tiranía bajo la sombra de
la libertad, concluye afirmando que “de la unión sincera y franca de peruanos y
españoles todo bien debe esperarse; de Bolívar, la desolación y la muerte”. Y
para no dejar la menor duda, el párrafo anterior había empezado con esta frase:
“Unido ya el ejército nacional mi suerte será siempre la suya”. Frase que
recibe lúgubre significado con la muerte de Torre Tagle, su esposa y un hijo
menor, en las circunstancias más espantosas, en el Callao, en los últimos días
de la resistencia española. Con ella parecen coincidir, por otra parte, una
hoja suelta con un ataque feroz a Bolívar, que apareció bajo su firma y que
circuló además por haber sido reproducida en el Boletín del ejército realista,
así como una carta, fechada en Lima el 17 de abril de 1824, dirigida al general
José Canterac y más tarde incorporada al proceso de Berindoaga, en la que se
pide que se permita al guerrillero Ninavilca unirse a los españoles.
Berindoaga, en el suplemento de su manifiesto, lo presentó como gozando de
favor entre los jefes del Callao. Pero en su comunicación a Blanco Encalada,
mencionada anteriormente, afirmó Torre Tagle ser solo un asilado. No ocupó
ningún cargo político, administrativo o militar a las órdenes del virrey o de
sus generales y la versión de sus descendientes es que murió en el Callao el 26
de setiembre de 1825, estando preso con su familia.”
Basadre,
galano al fin y al cabo, sereno formal y rigurosamente frío, no cruza el
Rubicón para llamar al pan, pan y al traidor, traidor con todas sus letras.
Como no somos Basadre y no tenemos por qué seguir aquellas conductas tan
moderadas, declinamos tales comportamientos. Y a este miserable que fue José
Bernardo de Torre Tagle hay que llamarlo por su nombre: ¡traidor a secas! Se
solidarizó con los ibéricos, siempre invasores e intrusos, estuvo con ellos de
corazón e ideas, afincó en el Real Felipe arrastrando a su familia en la acción
proditora.
Y la
diplomacia peruana tiene el baldón inexcusable de llamar a su edificio
principal Torre Tagle como sinónimo de su think tank, usina de ideas y
estrategias. Ni ideas ni estrategias, sólo claudicaciones vergonzosas y elusivas
de una real integración con el Perú profundo y con el hombre y mujer de abajo,
aquél que se levanta al amanecer y duerme los sueños de una justicia que jamás
verá porque así lo consagraron delincuentes y pillos que son, básicamente, los
que han regido los destinos de este país. ¿Hará un referéndum interno y sincero
el grupo sano de diplomáticos talentosos que aún persiste con su presencia en
Cancillería para cambiar de nombre y borrar de su fachada la simbólica
convocatoria al alma de un traidor como Torre Tagle? ¿Será posible semejante
revolución?
La
historia del Perú es básicamente gesta maquillada y cosmética de poderosos que
han impedido a toda costa que el pueblo se entere cómo durante las guerras sus
ancestros alineaban siempre con las tropas invasoras y pasadas las
belicosidades, presentaban, casi de inmediato, como hoy, sus saludos al
vencedor insolente. Holgazanes y cobardes, los poderosos no supieron sino vivir
del guano y las consignaciones, del timo y del cohecho culpable contra los
sagrados intereses de las mayorías nacionales. Hoy viven de la minería, de la
contaminación del medio ambiente, del asesinato del proyecto de vida de 26
millones de peruanos; proclaman la seguridad cooperativa y la gerencia por
objetivos, impulsan homologaciones en gastos de armas cuando los vecinos ya nos
llevan 100 años de ventaja y entonces seremos como dice el patriota Alfonso
Benavides Correa: “una presa apetecible”. Contra esa falsificación masiva y
abyecta, furiosa en su plagio y cicatera en sus luces, insurgen las nuevas
juventudes con el propósito fundamental, nacional y nacionalista de la
revolución peruana.
¡Atentos
a la historia; las tribunas aplauden lo que suena bien!
¡Ataquemos
al poder; el gobierno lo tiene cualquiera!
¡Rompamos
el pacto infame y tácito de hablar a media voz!
…………………………….
*Publicado originalmente en la Red Voltaire el 28-9-2006 http://www.voltairenet.org/Torre-Tagle-martir-No-un-traidor
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