Tres ejemplos de avance de la ciencia en el mundo
por Plinio Esquinarila; plinio2005@gmail.com
3-8-2018
La misión Gaia, el telescopio que reemplazará al
Hubble y la China
La
más grande sonda astrométrica ya surca el espacio en la era de la arqueología galáctica, dicen
los astrónomos
En el avance en la conquista del espacio hay tres
hechos que entre abril y mayo de este año han llenado de júbilo
a la comunidad científica
internacional: la misión Gaia de la Agencia Espacial
Europea (ESA por sus siglas en inglés), el gradual reemplazo del
telescopio Hubble por el James Webb y la participación cada vez mayor
de China en la carrera espacial al anunciar la construcción
de una base habitada por humanos en la Luna con proyecciones a Marte.
Vayamos por partes. Gaia es la sonda
astrométrica más grande jamás creada que mide la posición, velocidad
y distancia de las estrellas en el universo con tal precisión que, si estuviera
en la Tierra, podría medir el movimiento de una moneda
sobre la superficie de la Luna, indica la web en
español de ESA (*).
Aunque parezca increíble,
Gaia es la misión que analizará más de mil millones de
estrellas de la Vía Láctea y sus alrededores para confeccionar el
mapa tridimensional más preciso de nuestra galaxia y responder a las preguntas
recurrentes sobre su origen, estructura y evolución.
La misión Gaia ya había producido, en sus dos
últimos lanzamientos, desde 2013, el catálogo de estrellas más completo hasta
hoy conocido. Estamos hablando de mediciones de alta precisión de casi 1.700
millones de estrellas y otros detalles inéditos como más de 14.000 asteroides
conocidos de nuestro Sistema Solar.
Y en los confines que bordean a la Vía
Láctea, Gaia ha identificado las posiciones de alrededor de doce
galaxias enanas que nos rodean, de medio millón de cuásares lejanos y galaxias
brillantes alimentadas en sus núcleos por la actividad de agujeros
negros supermasivos.
De forma que los datos de dicha misión sirven para
estudiar “la evolución pasada de nuestra galaxia y su entorno, las
fuerzas gravitacionales en juego y la distribución
de la esquiva materia oscura que permea las galaxias”.
Del Hubble al Webb
De otra parte, el emblemático telescopio espacial Hubble
celebró sus 28 años en el espacio con el envío de una hermosa y espectacular
foto de la Nebulosa de la Laguna, situada a 4.000 años luz
de la Tierra, una turbulenta y fascinante región de formación de nuevas
estrellas.
El Hubble, hoy por hoy, con el proyecto LEGUS, ha
posibilitado el estudio de luz ultravioleta más nítido y completo de las
galaxias formadoras de estrellas en el universo cercano.
Y podrá continuar proveyendo datos hasta el 2020, con lo que
se asegura su lugar en la historia como un gran observatorio en temas
que van desde el sistema solar al universo más lejano,
informó la NASA.
El sucesor del Hubble, el telescopio espacial James Webb
(JWST), será puesto en órbita el 2020 y seguirá los pasos de su antecesor.
¿Cuáles son las diferencias? No solo es más grande en todo
sino que mientras “el Hubble opera en el espectro visible o ultravioleta
de la luz, el James Webb lo hará en el infrarrojo cercano y medio”,
informó el ABC de España en su edición virtual del 28 de marzo del 2018.
“Las imágenes resultantes serán mucho más espectaculares que
las del Hubble, penetrarán mejor en nubes de polvo y tendrán mejor definición.
Sus instrumentos, además, permiten estudiar hasta cien objetos
a la vez. Por todo ello, la sensibilidad del JWST será varios
órdenes de magnitud superior a la del Hubble”, añade.
¿Y la China?
¿Cuáles son los aportes recientes del gigante asiático? El
anuncio del envío de un nuevo grupo de satélites al espacio en el año 2020 que
incluirá una misión conjunta con la comunidad europea
llamada ‘Smile’, con el objetivo de estudiar la interacción entre el
viento solar y la Tierra, la magnetosfera y las
subtormentas magnetosféricas.
A lo anterior se suma la Misión de
Observación del Ciclo del Agua (WCOM, por sus siglas en inglés) con el primer
satélite chino del mundo diseñado para estudiar y comprender el ciclo
hidrológico a través de la medición simultánea de parámetros
como la humedad del suelo, la salinidad del océano
y la evaporación de la superficie oceánica,
informó la prensa china.
China ha lanzado además, en meses pasados, un nuevo
satélite, el Gaofen-5, que es capaz de conseguir información espectral
desde la radiación ultravioleta hasta la infrarroja de onda
larga. Y puede sondear, afirman, las aguas continentales y los recursos
minerales, amén de los contaminantes del aire, los gases de efecto invernadero
y las partículas de aerosoles.
Luego vendrá el lanzamiento del Gaofen-6 este
año. La idea es formar una constelación con los otros satélites
de la familia que ya están en órbita.
Aunque lo más impactante es que este país planea construir,
dicen que a largo plazo, una base científica habitable en la Luna por
humanos para investigar la explotación de recursos naturales y
levantar información para posibles misiones similares en Marte, según el diario
oficial China Daily.
Interrogantes
Valgan estos tres ejemplos para asegurar que el mundo marcha
a la inauguración de una nueva era de la arqueología galáctica, como afirma la
astrónoma italiana Antonella Vallenari.
A todo esto, ¿cómo vamos por el Perú? ¿Cómo marcha la
promoción de las carreras de la astrofísica que ya marcan la economía del
futuro? ¿Existe el apoyo debido a la Agencia Espacial del Perú (Conida), al
Concytec y a la Academia? No. Y es que Perú es un país hecho por abogados y
para abogados.
En todo caso, lo que hay son esfuerzos aislados en la
Pontificia Universidad Católica del Perú (PUCP), la Universidad Nacional de
Ingeniería (UNI) y la Universidad Alas Peruanas, cuyos maestros y alumnos han
sido los protagonistas para construir y lanzar sus propios nanosatélites del
estándar Cubesat al espacio.
En Chile avanzan hacia un programa espacial nacional
En el 2017 había hay siete universidades chilenas dictando
programas de Astronomía, con más de 600 alumnos y alrededor de 220
astrónomos-académicos enseñando en ellas, según datos de la Comisión Nacional
de Investigación Científica y Tecnológica (Conicyt).
La naturaleza privilegiada de este país para la observación
espacial y los gigantescos telescopios allí construidos por trasnacionales
extranjeras son otras razones del actual boom que de la astronomía en Chile, siendo
su logro más importante el lanzamiento –en junio del año pasado- del
nanosatélite Suchai 1desarrollado por la Universidad de Chile.
Dicho satélite tiene la misión de "observar el
comportamiento de baterías en contextos extremos o evaluar cómo se comporta la
electrónica en el ambiente hostil del espacio".
“Si el proyecto Suchai 1 logra su misión, el Programa
Espacial de la Universidad de Chile dará un paso transcendental en el
desarrollo de la investigación espacial y tecnológica satelital e
instrumental desarrollada en Chile, avanzando en post de un programa espacial
nacional”, informó en ese entonces la institución académica austral. https://www.efefuturo.com/noticia/india-suchai-satelite-chile/
La Católica,
Alas Peruanas y la UNI
PUCP-Sat 1, el
UAPSAT-1 y el CHASQUI-1
Mientras el mundo ya es consciente que la economía espacial
es la economía del futuro, en el Perú no existe ni una carrera de astronomía en
ninguna de sus 155 universidades. Se asume que como la Física es la ciencia
base de la astronomía y la cosmología, estas especialidades deben ser optadas
en postgrados o maestrías.
Aún así, la Pontificia Universidad Católica del Perú, a
través del Instituto de Radioastronomía (INRAS), dirigido por el Dr. Jorge
Heraud, lanzó -el 21 de noviembre del 2013- el primer minisatélite peruano al
espacio, desde el cosmódromo ruso en Jasny, el PUCP-Sat 1 y de este salió el
femto-satélite más pequeño del mundo -de 97 gramos-: el Pocket-PUCP.
Al año siguiente, el 8 de enero del 2014, fue lanzado el
UAPSAT-1 desde el Centro de Lanzamiento Espacial Wallops de Virginia, Estados
Unidos, con destino a la Estación Espacial Internacional-ISS. Fue lanzado al
espacio el 28 de febrero del 2014 desde el modulo japonés Kibo. El UAPSAT-1 de
la Universidad Alas Peruanas fue el primer satélite peruano en ser homologado
por la NASA, según los expertos.
De inmediato, los profesores y alumnos de la Universidad
Nacional de Ingeniería (UNI) lanzaron, desde el Centro de Lanzamiento Espacial
Baikonur en Rusia, un 5 de febrero del 2014, el satélite CHASQUI-1 rumbo a la
Estación Espacial Internacional-ISS, para luego ser desplazado al espacio desde
el mismo módulo nipón Kibo. Obvio que en los tres casos los fines son
académicos y de investigación.
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