Señal de Alerta
por Herbert Mujica Rojas
5-3-2004
¡Hipócritas bien pagados!*
Congresista
que no tiene hijos escolares y cobra escolaridad, ¡es un sinverguenza!
Parlamentario que arguye que no hay ese concepto, aunque todos saben que es
tácito y disimulado con el sueldo 16, ¡es un descarado! No se trata del número
de emolumentos, tampoco de excusas mil, es la percepción que la gente tiene de
asco y abyección cuando unos privilegiados o hipócritas bien pagados reciben
miles de soles sin merecerlo, sin ser distintos al común de los peruanos y por
sólo gozar del rentable privilegio de estar en el Congreso.
La
defensa que ha hecho Carlos Ferrero de uno de los peores Parlamentos que
recuerde la historia, averguenza porque más allá de la cháchara y verborrea no
hay más que una verdad maciza: ¡el Congreso no es sino una Babel anárquica
donde cada quien tira con carretas y mulas para su lado! ¡Y nada más!
Hay un
porcentaje muy pequeño, no más allá del 10% de legiferantes que merecen respeto
tanto por la altura de sus tesis e intervenciones cuanto por el patriotismo con
que acometen su tarea denunciatoria y de poner los puntos sobre las íes. El 90%
restante es un conjunto informe, mediocre, charlatán, de títeres con apetitos
personales cuya mejor virtud oratoria consiste en decir: ¡presente! para evitar
el descuento a fin de mes.
Billinghurst
planteó en los primeros lustros del siglo XIX la renovación completa del
Congreso y cayó. Así lo cuenta González Prada en Los honorables que figura
en su libro Bajo el oprobio de 1914. ¿Por causa de qué no hacer como en
Ecuador, país donde el mandato legislativo sólo puede ejercerse por una sola
vez? Así se promueve la renovación y la natural baja policía de idiotas e
incapaces que tienen más de 15 ó 20 años en el Congreso.
¡Y lo
mismo debiera hacerse con la presidencia! Aquel que estuvo en la primera
magistratura, ya cumplió. Si lo hizo bien, ¡enhorabuena! Si lo hizo mal, ¡a la
cárcel! ¡A podrirse por la comisión de sus actos delincuenciales! ¿Quién
explica el morboso apego que se tiene por las puntuales pagas cada 30 días? No
se puede ni debe confundir patriotismo y amor por la tierra, con la devoción
garrapatesca que demuestran hombres y mujeres con dignidad canina porque cobran
aunque aguantan las patadas de repudio que les propina la sociedad todo el
tiempo.
He
recibido explicaciones que no he pedido acerca de estos discutidísimos como
aberrantes dineros. Le creo a muy pocos y a esos contados les otorgo mi humilde
como irrelevante apoyo. Si el asunto no hubiera salido a la luz, los hipócritas
mejor pagados del Perú, no se habrían tomado siquiera la molestia de hacer el
ridículo mea culpa en que han incurrido frente a cámaras. Son reactivos, no
proactivos. Como en el dicho: ¡después de burro muerto, pasto!
¡Ataquemos
al poder, el gobierno lo tiene cualquiera!
¡Rompamos
el pacto infame y tácito de hablar a media voz!
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