Carta
abierta a mi padre
por Alonso Mujica Troncoso; ahmujica@gmail.com
18-6-2017
En este día del padre
quiero aprovechar para tomarme unos minutos del día y dedicarlos a escribir
estas líneas y dirigirme a mi viejo: Herbert Mujica Rojas.
Son tantas las veces
que hemos conversado, discutido, que me he caído y me has ayudado a levantarme.
Que he logrado algo y me empujaste a buscar más.
Que he tenido una idea
y has contribuido con los aportes de tu experiencia. Que nos has hecho renegar
a todos con tu idealismo y tus sueños de trabajar por un mejor país.
Que hemos tenido que
ver de muy cerca cómo valientemente y muchas veces solo, muy solo, te has
enfrentado a grupos de poder, políticos corruptos y personas miserables que
ningún bien le hacen al Perú.
Y por eso... hemos
renegado muchísimas veces en la familia: ¿Por qué hacerlo? ¿Por qué no quedarse
callado? ¿Por qué no dedicarse a cosas que den más plata en lugar de soportar
hostilidades, insultos y muchas veces persecución?
¿Por qué? Y me costó
muchos años entender que es tu infinito amor al Perú. Esta hermosa tierra que
has recorrido en bus, tren, avión y a pie desde que eras un muchacho. Que
aprendiste a amar y a dedicar el resto de tu vida desde el rol que te tocara
para hacerla mejor. Ya sea como dirigente político desde joven, destapando
casos de corrupción, asistiendo a padres de la patria o en las calles
protestando.
Tú me hiciste darme
cuenta de la gran bendición que es ser peruano y de que por haber recibido esa
dicha tenemos también una enorme responsabilidad: dar lo mejor de nuestro
talento y energía para construir un mejor país. Y eso es duro, muy duro. A
costa de todas las infamias y crímenes que vemos todos los días y que ocurren
en el aparato estatal y en las calles. He tenido la suerte de tener a mis
padres en los momentos más importantes de mi vida y de mi carrera, y también de
acompañarlos en momentos igual de importantes para ellos.
Cuando converso con mi
abuelo -tu padre- y lo escucho que a su edad sigue reclamando por las
injusticias de su municipio, agrupando a otros señores de su barrio y
transmitiéndome sus experiencias... no puedo evitar soñar con que algún día,
cuando forme una familia, se va a repetir la escena de mis hijos con su abuelo
Herbert: reclamando injusticias, agrupando a otros señores para luchar y
transmitiéndoles sus experiencias.
Tengo la bendición de
tener a un gran político, periodista, pero sobre todo un espectacular ser
humano de padre. Un hermoso ejemplo de trabajo dedicado a su país, pero también
un gran amigo, padre y esposo.
Gracias viejo por
todo: ¡seguimos en la lucha! ¡todos los días y a toda hora!
¡Feliz día!
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