Señal
de Alerta
por
Herbert Mujica Rojas
24-11-2015
OSITRAN: Puente Topará,
patinada de don Obed
Prácticamente
cuando Patricia Benavente, titular de OSITRAN, acababa de subir al avión que le
llevaba a Francia a cumplir con una actividad oficial, el inquieto pero bisoño
Obed Chuquihuayta Arias, armó una conferencia de prensa inusual, acompañado del
ingeniero contratado a través de UNOPS, por la que anunciaba el inicio de un
procedimiento sancionador en contra de COVIPERÚ, empresa concesionaria a cargo
de la vía Pucusana-Ica, por deficiencias que "originaron la caída del Puente
Topará", tal como señala la nota de prensa difundida a todos los medios de
comunicación.
Sorpresas te da la vida
En todos
los años que vengo siguiendo el accionar de OSITRAN, que son ya varios, es la
primera vez que alguien de su interior anuncia, no solamente el inicio del
proceso mencionado, sino también la probable máxima falta: 420 UIT,
equivalentes a S/. 1'617,000. Tal parece que el protagonismo le ganó la partida
a don Obed y con su conferencia de prensa perfiló lo que en derecho administrativo
se denomina adelanto de opinión, dejando
sin chance de sanción a OSITRAN.
COVIPERÚ se queja
Como no
podía ser de otro modo, el ducho gerente general de la concesionaria, ingeniero
Walter Sánchez, remitió carta de protesta, aunque en términos amables y
paternales, expresando al Supervisor que lo dicho en la conferencia fue una
irregularidad -que se señalaran cargos sin escuchar a las partes- y que en
suma, toda acción al respecto quedaba invalidada de hecho y así lo hará prevalecer
en las instancias que sean necesarias. Lo cual, a decir de los entendidos, es
rigurosamente cierto.
¿Y la propia responsabilidad
de OSITRAN?
En su
afán de salir en cámaras, (lo que al parecer no consiguió), el novel
Chuquihuayta no reparó que dicha concesión está bajo supervisión de la entidad
que él gerencia y que al margen de la época en que se dio el diseño y
construcción del puente Topará, es OSITRAN la institución responsable, especialmente en la etapa de ejecución de obra.
Para eso, incluso, contrata empresas supervisoras, delegándoles esa
labor siempre bajo su control. No recuerda, además, que existe la "Entrega de Cargo", acto usual y
obligatorio en los niveles gerenciales, por el que se transfieren los asuntos
pendientes en todo aspecto. Dejó de lado, también, que antes de ser nombrado,
(ilegalmente, según denuncia penal correspondiente, de la que dimos cuenta
semanas atrás), estuvo al frente de la Gerencia Adjunta de la Gerencia General,
entonces, habría que conocer ¿qué hizo en todo su paso por dichos cargos
gerenciales? y también saber cómo procedió la empresa supervisora contratada por OSITRAN y los
propios órganos competentes de la entidad que él dice gerenciar, respecto del
concesionario COVIPERÚ y la obra encargada.
Benavente busca sucesor
Tanto es
el enojo que esta absurda falta ha causado en la presidente de OSITRAN, Patricia
Benavente, que de buena fuente hemos sido informados que la gota rebalsó el
vaso y que hace tiempo estaría buscando reemplazo a Chuquihuayta, por sus
continuos y muy eficientes desatinos, es decir, simplemente habría reconocido
su error al nombrarlo.
El
problema es que a estas alturas no le es fácil conseguir quién cargue con ese
muerto. Ya fue difícil obtener sustituto al anterior y tuvo que optar por Obed
Chuquihuayta.
Entre
tanto, ¿se animará el opaco Consejo Directivo del regulador a abrir el proceso
administrativo correspondiente al gerente general, no solamente por la
equivocada conferencia de prensa, sino por el dinero "echado al agua"
en la contratación del costoso ingeniero especialista, cuyo informe queda
invalidado por el adelanto de opinión manifestado? ¿Se darán cuenta de la
responsabilidad en que están incurriendo?
A
propósito, ¿hasta cuándo las contrataciones a través de organismos
internacionales? y ¿a cuánto ascienden los honorarios del consultor y de la
UNOPS?
Entonces,
otra vez: ¡pobre OSITRAN!
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