Informe
Señal
de Alerta-Herbert Mujica Rojas
12-3-2024
¿Cuántas clases de moral hay en Perú?
https://senaldealerta.pe/cuantas-clases-de-moral-hay-en-peru/
Si dijera que varias, no hay quien pueda
rebatir la sentencia. ¿Es privativo el escalafón sólo de los pobres o clases
bajas? ¡De ninguna manera! Todos actúan así: de capitán a paje, de obrero a
gerente, de patrón a subordinados.
La asignación emocional camina -¡cómo no!-
según el lugar en la escala, pero en cuentas resumidas, el íntegro societal
maneja estas innumerables dinámicas desde siempre. Es decir, el atrofiado ADN
social criollo es riquísimo en variantes, estilos y taras.
Tomemos un mal ejemplo. Al momento de cerrar
esta columna, se ignoraba si la manada congresal había dado cuenta del señor de
la Haza de la JNJ pero no extrañaría tal ocurrencia. Hay cenáculos en nuestro
país que son alérgicos a cualquier limpieza en la conducta.
¿No es “la resistencia” una barra brava? Vagos
mercenarizados, sin principios tan solo consignas, aterrorizan a quienes no son
de sus “principios”. ¿Qué hace la policia? Exhibe una vergonzosa pasividad con
estos rufianes.
¿No es también un crimen regalar aeropuertos,
carreteras, puertos y toda clase de patrimonio bajo las premisas de
modernización, inversiones y fuentes de trabajo?, ¿cómo es que apenas minorías
absolutas y cuasi microscópicas rechazan, marchan y repudian lo que todos los
gobiernos hacen en nombre del Estado peruano, hasta hoy bocado inacabable de la
glotonería transnacional?, ¿se conmueve la sociedad? Si ocurre, no parece muy
notorio el hecho.
Acaba de tomar la ciudadanía nota que decenas
de taxistas eran delincuentes activos en el Aeropuerto Internacional Jorge
Chávez, desvalijaban a los turistas y a los que llegaban con la intención de ir
a sus casas. ¿En complicidad o coordinación con quién o quiénes?
Una torre de control con vidrios imperfectos e
inadecuados que NO SIRVEN, está inoperativa y tampoco funciona, desde octubre
2023; la II pista, infraestructura inaugurada con bombos y platillos y que representa
una rémora para el entrenamiento de los controladores aéreos.
¿Cómo se califica a este error o imperfección
en detrimento del Estado peruano? La concesión del Aeropuerto Jorge Chávez no
es, en modo alguno, obsequio para que haga lo que le venga en gana, la firma
titular concesionaria.
Más de dos semanas atrás se llevó a cabo una
auditoría en el Jorge Chávez y hasta hoy no se hace público el resultado de
dicha operación. ¿Se está escondiendo algo? ¿Qué puede informar al público el
titular de la DGAC Donald Castillo?
Como se ve la moral tiene gradaciones
distintas y numerosas. Hay presos en Perú por robar una vaca o apropiarse de un
celular y hay muchas historias tristes similares. Pero cuando se atenta contra
el patrimonio de los peruanos, la justicia –y su inexistente moral- tarda, no
se aplica, se extravía en el camino, en síntesis NO FUNCIONA.
En nuestro país el embutido constante de una
prensa sangrienta privilegia la “información” en torno a mujeres que ultiman a
martillazos a sus esposos o parejas; a violaciones de menores y con audaces
reporteros que preguntan a los padres de la víctima “¿cómo se sienten?”; a la
velocidad salvaje de trogloditas al volante y que matan a diario a lo largo y
ancho de la nación etc., pero guarda silencio o mutis cómplice frente a estas
exacciones del bolsillo ciudadano. ¡No sólo en la empresa estatal!
Dice la Constitución que todos somos iguales
ante la ley. Pero el mercader en la cosa pública retruca con picardía criminal:
pero algunos somos más iguales que otros.
La población resiente esta clase de
trapacerías. A unos, las vacas sagradas, se les aplica fórmulas benignas, sin
cárcel ni castigos radicales. A otros, los del pueblo, padecen el rigor de
códigos penales, leyes anticorrupción etc.
La pregunta del encabezado ¿Cuántas clases de moral hay en Perú?,
es absolutamente válida. Y, sobre todo, acusadora.
El ciudadano mantiene con sus impuestos,
sucesivos regímenes de ladrones que se enriquecen y sus signos exteriores de
boato son de origen inconfesable. El hombre y mujer de a pie, apenas si
consigue el menú diario para su familia.
Y gobierno que llega, administración que
repite los defectos y crímenes de la anterior.
Los partidos políticos no van más allá de
usina de burócratas o panzones angurrientos de alguna colocación en premio a
sus hazañas, meritocracia que le llaman. Por tanto, la sociedad carece de
vectores críticos.
Las Organizaciones de Nuevos Gángsteres reciben
el menú de inquietudes desde el sistema y sus centros decisorios y ¡jamás
cuestionan al poder! sólo evolucionan por los alrededores con soluciones
paliativas, insuficientes pero muy rentables a sus alforjas.
Es hora de plantearnos, desde el amanecer
hasta el anochecer, si esta vida de ficción y mentira, es la mejor para el Perú
y si no es llegada ya la oportunidad de echar a la basura los cánones de
comportamiento aletargados y estupidizantes.
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