Informe
Señal de
Alerta-Herbert Mujica Rojas
21-12-2023
Barreras y estudiantes con altas capacidades
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Existen varias razones por las que los estudiantes con altas
capacidades tienen dificultades particulares en el sistema educativo
tradicional. Unas son sus propias características cognitivas, que les hacen
procesar más rápido la información y por lo tanto demandar una respuesta
educativa adaptada por parte del docente. Otras tienen que ver con los mitos
que existen en base al desconocimiento de las altas capacidades, que agrava la
situación de los estudiantes.
Amablemente, el psicólogo social José Manuel Delgado
Taboada, absolvió todas las preguntas.
¿Qué es una barrera
educativa?
Una barrera educativa es un entrampamiento, una dificultad,
un cuello de botella en diferentes niveles y contextos producto de no repensar
el servicio educativo desde una mirada de diversidad, atendiendo las diferentes
necesidades que pueda tener el alumnado con un perfil no normativo. En el caso
de los estudiantes con altas capacidades, hablamos de una diversidad cognitiva
o neuro-divergencia.
¿Cuáles enfrentan los
estudiantes con altas capacidades?
La barrera principal es la política o normativa, es decir, la falta de una ley específica que
reivindique los derechos de las personas con altas capacidades y la falta de
políticas públicas, lineamientos, modelos de servicio y normativas que regulen
la prestación de servicios y métodos específicos para esta población.
¿Qué se necesita?
Es necesario hacer incidencia política desde diversas
fuentes: la política (el congreso, los partidos políticos), las universidades,
los sectores de educación y salud. Esto implica también una organización desde
los interesados, los padres de familia, investigadores, funcionarios en los
distintos niveles de gobierno y quienes ya vienen dando servicios a las
personas con altas capacidades.
¿Qué otras barreras?
Una de las principales es la barrera institucional.
Esta se deriva de la barrera política y normativa, e implica que la institución
educativa no ha contemplado medidas con respecto a asegurar la atención de las
necesidades de los estudiantes con altas capacidades desde la planificación y
la gestión escolar. Esto significa que los estudiantes con altas capacidades no
van a ser considerados en los procesos de planificación y gestión de la
institución educativa, quedando relegados a la buena voluntad de los docentes
que quieran implementar estrategias diferenciadas en su favor.
¿Corrección en lo institucional?
La manera de corregir esta barrera es tener en cuenta desde
la planificación y gestión escolar la importancia de atender las necesidades
educativas de los estudiantes con altas capacidades. De esta manera, quedará
inscrito en los documentos de gestión, en los objetivos institucionales y por
lo tanto serán exigibles medidas que satisfagan las necesidades de los
estudiantes con altas capacidades tanto en el aula como fuera de ella.
Así, por ejemplo, se podrán adoptar medidas desde la
dirección educativa para la capacitación de los docentes en la identificación y
atención de los estudiantes con altas capacidades, así como la realización de
eventos específicos institucionales enmarcados en el calendario escolar,
celebración de fechas conmemorativas y medidas adicionales como la prevención
del acoso escolar a estudiantes con altas capacidades, la orientación familiar
y el acompañamiento pedagógico, etc.
¿Más barreras?
De la barrera institucional se desagregan otras barreras
importantes, por ejemplo, la barrera
organizativa. Implica la falta de procesos de identificación de altas
capacidades y de respuesta educativa a sus necesidades, pues no existen
protocolos ni formas de identificarlos ni tampoco planes o marcos de referencia
para establecer estrategias de atención educativa.
También tenemos la barrera
metodológica, es decir, la ausencia de adaptaciones curriculares, apoyos
específicos o estrategias como el enriquecimiento curricular. Estas medidas
tienen como finalidad tomar en cuenta las diferencias individuales y las
necesidades que tiene cada estudiante.
Finalmente, tenemos la barrera
actitudinal, que implica la falta de sensibilidad que tienen los docentes
para atender las necesidades educativas de los estudiantes con altas
capacidades, pero también las del resto de la comunidad educativa.
¿Cómo enfrentarlas?
Haría una metáfora con la caída de dominós. Primero, es
necesario organizar a los interesados en generar cambios para que podamos
incidir políticamente, formar colectivos, agrupaciones y llegar a acuerdos para
poder hacer incidencia política en los tomadores de decisiones para la creación
de políticas, normativas y leyes en favor de esta población. Solo así podremos
exigir a las instituciones educativas que tomen en cuenta a los estudiantes de
altas capacidades desde la planificación de sus objetivos.
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