Justicia: Fuenteovejuna, todos a una
pedroflecha@ yahoo.com
26-2-2018
Yo fui velasquista y sigo tomándolo, después de 50 años,
como un referente honesto.
Era salido de la Universidad de Lima (la original de Paco
Pinilla, Carlos Cueto y otros intelectuales laicos que se oponían a la incursión
jesuítica de otra universidad, ambas estaban en polos opuestos. En la de Lima
estaba, yo diría una “melange”de la inteligencia nacional, mientros la otra estaba
llena de chupasotanas jesuíticos.
En los 60 habían muchísimas cosas sucediendo en el mundo.
Estaban Los Beatles, la rebelión negra en EEUU, el inicio de la revolución
cultural de Mao; el asesinato de JF Kennedy; el de Luther King en el 68, los
hippies que fueron “reconvertidos” por la CIA metiéndoles drogas. Fue la época
de la hermosísima activista Angela Davis, entre otros etcéteras, que
desembocaron en París 68. Es decir, tuve una experiencia que me marcó para
siempre.
Cuando esto es “defused” en las culturas del primer mundo,
los “sudacas” conscientes que somos románticos y proyectivos, en nuestra
permanente pobreza intelectual, los pensadores y artistas, supuestamente en términos
intelectuales guardianes de lo permanente, se adecúan a la inercia de la
cortesanía de 500 años. La aberración desde el Odría dictador, pasando por el pacto del anterior con Haya, la irrupción
del ingenuo Belaunde (rodeado de pendencieros), generó un golpe anunciado.
Velasco, a diferencia de otros históricos
latinoamericanos, era un hombre honesto, me consta. Su apoyo fue la
inteligencia desarrollada en el CAEM. De allí salieron generales, coroneles y
comacas.
Fue una universidad, como la U de Lima original (muchos
intelectuales como LJ Cisneros, Salazar Bondy, etc; estaban allí) ¿Y por qué
estaban allí? Simplemente porque en los 60s
hicieron una apuesta.
La herencia cortesana de 500 años conducía a la
aniquilación total, como ahora. La figura de un dictador como Stroessner y
otros costaba vidas y generaba millonarios, que desequilibraban todo. Velasco
tomó una decisión, asumir honestamente el poder.
Acude en su acción a íconos militares como el retirado
(por insurrección) Bossio Collas y al internacionalmente ilustrado Mercado
Jarrín. Tomó gente del CAEM, unos buenos y, sin saberlo, a podridos cucufatos
como Fernández Maldonado, quién, después de la caída (por la cojera) de Velasco,
es el brazo derecho de Morales Bermúdez. Años después, el magnífico Bobbio
Centurión (gerente de PP, cuando el general García Baca era presidente) se
rebela contra MB en la Escuela Militar.
El pacto, me consta, de la antigua oligarquía agraria
(¡cuándo no, los abogánsters!) y las influencias de negocios se hacían en “tes”
entre las esposas de ambos bandos, consortes de milicos de segunda y
disminuidas señoras de oligarcas agrarios y saltimbanquis abogadiles. Pero allí
no estaba, como dicen los gringos, el Real McCoy. Eso estaba en la equitación, curiosamente,
entre Salaverry y Huachipa. Allí no se hablaba de negocios, lo hacían los “tes”
de tías.
Velasco, humilde, ilustrado, auténtico y genial tuvo que
confrontar las mediocridades históricas.
Se equivocó. Confió en rojos y empresarios nacionales. Los rojos, absolutamente
fracasados con sus “guerillas” pitucas y farandulescas, pero todas de café,
aquí o en Cuba; fallan en la Reforma Agraria (conceptualmente lógica) y en la
estructuración (SINAMOS) de un soporte social (terminan todos robándose la plata).
A pesar de todas estas traiciones y vicitudes, seguimos arrastrando
lo peor de la basura cultural de 500 años y las aberraciones que vemos
diariamente, llevan a límites donde la gente, como en la Amazonía, no pregunta
ni elabora ¡hace justicia! ¡Fuenteovejuna, todos a una!
Fuenteovejuna, es una reaccion natural porque la
Democracia es una farsa...
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