Señal de Alerta
por Herbert Mujica Rojas
23-7-2016
PPK-Bustamante ¿se
repite la historia?
Un ajedrez político de intrincada y cuestionable
transparencia se juega en Perú. Y todo parece indicar que, con modificaciones
sustanciales, se repite el trienio que entre 1945-1948 signó lo que fuera el
democrático experimento trunco que protagonizara José Luis Bustamante y Rivero.
En efecto. El actual presidente electo, Pedro Pablo
Kuczynski, carece de organización partidaria; le faltan cuadros políticos para
el arduo arte del gobierno y por eso cede espacios álgidamente claves a otras
colectividades con pasado vergonzante y que fueran piezas maestras del esquema
de corrupción que atenazó al Perú entre 1990 al 2000 bajo la administración de
Alberto Kenya Fujimori.
En 1945 advino al gobierno impulsado por el Frente
Democrático Nacional, cuya fuerza mayoritaria era el Apra, el jurista
arequipeño José Luis Bustamante y Rivero. En el Congreso, en Diputados la
mayoría fue aprista aunque no ocurrió lo propio en el Senado. Pero la soledad
de Bustamante y su escasez de manejo político se hicieron patéticos casi al
comenzar esos tres años. Evidentemente la diferencia de un hombre reposado y de
modales refinados contrastaban con el dínamo humano, ese capitán de multitudes
que fue Víctor Raúl Haya de la Torre a quien, entonces en la plenitud de su
magisterio popular, se le impidió, como en 1931, ser presidente de la República.
Acaba, hace pocas horas y así lo testimonió el ministro
Pedro Cateriano, de producirse la solicitud de indulto para Alberto Fujimori.
No es un disparo al aire. ¡Qué bah!
Si el gobierno saliente juega el gambito (sacrificio de una
pieza por otra), de conceder el indulto por prisión domiciliaria al personaje
de marras, ganaría, aparentemente, que la tan cuestionada esposa con
investigaciones en curso, no fuera objeto de más querellas o protestas por
parte de los 73 legisladores fujimoristas. Y a PPK le quita de las manos una
papa caliente y que hierve con frecuencia.
Si el gobierno de Humala no indulta a Fujimori, deja el
terremoto a PPK y plantea una áspera pelea entre la próxima administración y
los 73 legiferantes naranjas. El pronóstico es reservado. El populismo
clientelista de derecha, conservador y elemental que es el fujimorismo, tendría
entonces la mesa servida. O el indulto por prisión domiciliaria o un lustro de
dolores de cabeza aterradores. Salvo que se produjera algún suceso mayor que
yugulara la guerra a punto de declararse como, por ejemplo, el deceso del
anciano reo.
PPK, una vez en el gobierno, y con el hierro al rojo vivo
podría alegar que todo ha sido parte de la herencia de Humala.
El público tiene derecho a preguntarse ¿para qué tantas
coordinaciones entre PPK y Humala si lo único pendiente lo ven las comisiones
de transferencia de las oficinas estatales? ¿o no es así? ¿o hay otros temas,
como estos que tratamos, por definir y afinar?
Bustamante y Rivero terminó por ceder a las presiones de una
derecha antichola, racista y reacionaria y luego del 3 de octubre de 1948, puso
fuera de la ley a quienes lo llevaron al gobierno tres años antes: ilegalizó al
Apra y comenzó una nueva y muy sañuda persecución que continuó a sangre y fuego
y a partir del 27 del mismo mes y año, con Manuel A. Odría que derrocó a don
José Luis.
En 1947, el ausentismo parlamentario en el Senado, puso las
piedras fundamentales del quiebre democrático del año siguiente y el fracaso
absoluto y desbordado de una democracia que mereció mejor suerte.
Verbi gracia: en los días que corren, he leído un suelto en el
diario Correo y ningún desmentido, se vocea a un embajador de fiero y acérrimo
fuste fujimorista, Jorge Valdez Carrillo, como nuevo titular de nuestra
representación en Chile.
Más aún: hay declaraciones recientísimas y sorprendentes
cuando no indignas, de Allan Wagner Tizón, apadrinando al nuevo (de veteranos
casi todos rábulas de esa dictadura) comando en el Ministerio de Relaciones
Exteriores. ¿Se subió al carro don Allan y ya tiene algún cargo? Pocas veces he
visto una magnitud de fractura moral como la presente. ¿Así que todos son
santas palomas no culpables de tantos crímenes cometidos en nombre de
reorganizaciones y realineamientos? Cosas veredes Sancho.
En una soledad poco envidiable, sin Congreso complementario;
huérfano de organización política de respaldo en el resto del país; poco
permeable en sus decisiones ejecutivas por su falta de cuadros en la
administración, PPK pisa vidrios por doquier. Y si no los hay, sí existen 73
personas que van a recordárselo durante los próximos cinco años. A menos que el
trueque por prisión domiciliaria de Alberto Kenya, por angas o por mangas, esté
ya pactado entre las bambalinas que empiezan a mostrarse en los procelosos
corrillos internos y en los correos de brujas que alimentan estos comentarios.
Recuérdese: cuando el río suena, es porque piedras trae.
Y el parangón entre PPK y Bustamante y Rivero es potente.
Historia madre y maestra de los tiempos.
Alea jacta est.
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