por Luis Alberto Salgado T.; luissalgado@aol.com
http://www.voltairenet.org/article160629.html
15-6-2009
Compañeros:
Este martes 16 de junio saldrán a las calles los apristas en una
marcha, o caminata, en una ratificación pública colectiva de su
vocación histórica por la paz y por la justicia para todos, por sus
convicciones democráticas, para demostrar cuan consistentes y
consecuentes son nuestros principios y valores que buscan, desde
siempre, la fraternidad entre todos los peruanos, la integración
nacional de nuestro fragmentado país, que lo es desde antes de la
independencia política formal de España. Y está bien que así sea.
Este acto público se realiza pocos días después que miles de peruanos
en distintos lugares del Perú salieron también a expresar sus
convicciones en torno a lo que consideran el resultado de un mal
manejo político, un grave error en el intento de restaurar el orden
público y, sobre todo, por lo que estiman es una sucesión de
desaciertos por parte del Ejecutivo y del Legislativo en relación con
lo sucedido en Bagua, Amazonas, durante los días 4 y 5 de junio. Esto,
como secuela de meses de conversaciones y negociaciones que derivaron
en gravísimos hechos de sangre que nunca debieron ocurrir y que
pudieron perfectamente evitarse, comenzando por la horrorosa muerte de
miembros de nuestra Policía Nacional y de la muerte de un número aún
no preciso de compatriotas amazónicos, aparte de cientos de heridos.
¿Existe contradicción o enfrentamiento de posiciones entre los dos
actos públicos? Esperemos que no. Deseemos que no y no tiene que
serlo. Pues de ser así, se estaría profundizando la brecha de
separación, distancia y antagonismo entre el APRA e importantes y
numerosos sectores de las poblaciones del Perú. Pero ello depende del
ánimo y actitud con las cuales se salga a las calles.
El Poder Ejecutivo, a través del presidente del Consejo de Ministros,
Yehude Simon, ha anunciado que solicitará la derogatoria de los
decretos legislativos 1064 y 1090 que están en el origen de la masiva
protesta amazónica, pues nunca fueron consultados a nuestros
compatriotas, y que derivaron en lo que todos ya conocemos en su
dimensión más sangrienta y que esperamos haya quedado allí. El anuncio
oficial es el inicio e intento de una rectificación de los errores
cometidos y es un primer paso importante como señal de querer
entenderse con nuestros hermanos de la Selva. Nos alegramos que así
sea.
Por ello, considerando lo anterior, me parece una clara muestra de
inteligencia ética que en el espíritu de los compañeros, prevalezca la
voluntad, el deseo y la reafirmación principista de la vida y de la
paz, como motivación e inspiración central y fundamental para
organizar y participar en el acto del martes 16 de junio. De ninguna
manera ver a quienes marcharon la semana pasada como adversarios
nuestros y mucho menos como enemigos. Esto, dicho con toda fraternidad
aprista, sería un grave error. Y especialmente me dirijo a los css.
jóvenes que no experimentaron lo vivido en los años 80 y las negativas
consecuencias de ello para nuestro Partido.
Es muy importante tener presente que, en lo que a nosotros concierne,
es preciso no ahondar las heridas y, por el contrario, creo que
nuestra voz de orden presente es el llamado, debe serlo, a la armonía
nacional.
De allí que no podemos renunciar a invocar, a instar, a exigir,
serenidad y responsabilidad en todos, - todos -, especialmente en
quienes tienen algún poder de decisión. Por ello, me permito asumir,
entender y desear que los apristas seguidores del pensamiento
humanista y justiciero de Haya de la Torre, pero, sobre todo, de su
poderoso, imbatible mensaje ético construido sobre la base de la
fortaleza moral que atrajo a miles y miles de jóvenes a lo largo de su
vida, han decidido marchar y expresar nuevamente ante millones de
peruanos esa convicción.
En buena hora, si ello es así.
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