Informe
Señal de
Alerta-Herbert Mujica Rojas
30-6-2025
¿Blablablá o alerta inmediata?
https://senaldealerta.pe/blablabla-o-alerta-inmediata/
Según la Real Academia Española, "blablablá"
significa: "Discurso largo y sin sustancia, y a veces con tonterías o
desatinos."
Para el desaparecido escritor italiano Umberto Eco:
“Las redes sociales le dan el derecho de hablar a legiones
de idiotas que primero hablaban sólo en el bar después de un vaso de vino, sin
dañar a la comunidad. Ellos eran silenciados rápidamente y ahora tienen el
mismo derecho a hablar que un premio Nobel. Es la invasión de los idiotas”,
dijo en La Stampa junio de 2015.
El fervor latinoamericano por las naderías es intenso. El
castellano es muy rico para la construcción de oraciones, párrafos, ensayos,
libros, etc. y a la par también puede albergar frondosa cantidad de tonterías
que parecieran dar la razón a Eco.
Cualquier mente agitada y primaria podría concluir que la
transmisión multidisciplinaria en las redes sociales, on line, carece de
importancia, está ayuna de riqueza informativa y científica, es deleznable y de
escaso valor.
Millones opondrían sus trabajos cotidianos como argumentos
válidos a la afirmación anterior.
Sin que se haya superado el documento impreso, el digital ha
reemplazado muy mucho al original al tacto. El mundo se acercó y traspasó las
barreras idiomáticas con traductores bastante buenos y la lectura se facilitó.
Por tanto, hay ventajas impecables y enriquecedoras.
Cuando años atrás se produjeron marchas plenas en multitudes
en protesta contra funcionarios públicos corruptos, de capitán a paje, las
convocatorias merecieron un simple clic en las redes sociales y horas después
decenas de miles en todo el país, expresaron su repudio puntual que obtuvo su
convocatoria en la línea.
En los días en que Perú y el resto del mundo caminaron por
la pandemia del covid19 y sus secuelas atroces de cientos de miles de muertos,
las pantallas fueron elememento fundamental de las comunicaciones desde los
hogares.
Recordemos, también, que en el otro extremo, esa
imposibilidad de salir de casa, juntó a padres e hijos, mezcló horarios de
labores y quehaceres y en lamentables ocasiones se gatilló la fractura
definitiva de familias en términos irreconciliables.
Como en las aguas de un río, en internet y las redes
sociales, se encuentran troncos, cadáveres de animales, restos de naufragios y
agua a torrentadas, en las comunicaciones hay, por analogía, ejemplos similares
de estas existencias.
Inevitable es que quienes usan Internet y las redes sociales
para el combate a sus soledades, también comporten la emisión de virtualmente
¡cualquier cosa!
Un ejemplo convincente: en caso de sismo y tsunami y hasta
donde permanezcan las conexiones, Internet y las redes sociales, serán
herramientas de comunicación indispensables.
Causa más bien extrañeza que los clubes electorales, alias
partidos políticos, no hayan elaborado manuales de acción urgente en casus
belli, terremotos o fenómenos naturales inevitables.
¿Ha exigido en sus contratos para hacer negocios en Perú, a
las operadoras de comunicaciones, la mayor cobertura de las señales? ¿Cuántes
regiones del país poseen enlace rápido, eficiente, moderno de Internet?
El concepto de la información, lejos del blablablá o la
parálisis cerebral burocrática, debe representar un entrenamiento especial a
todo nivel. Pocos meses atrás, desde Arica hasta Osorno, Chile sufrió un corte
masivo de energía eléctrica que le dejó a oscuras. Nunca se conocieron los
motivos.
Si acaeció en el sur con miles de kilómetros en tinieblas
¿por qué no habría de preverse aquí lo mismo y con una geografía endemoniada,
difícil y de alturas níveas y heladas?
Las cantidades industriales de blablabá de los legiferantes
congresistas era tal que en el Reglamento establecieron pocos minutos para los
oradores. ¡El remedio fue peor que la enfermedad! Hoy los parlamentarios solo hablan
¡puras tonterías! No es majadería que la opinión pública considere que el
Congreso es una entidad ¡absolutamente desprestigiada!
Internet y las redes sociales no deben ser solo espacio de
solaz, entretenimiento y lectura sino también trincheras para la toma de
decisiones, ámbitos que pueden evitar la pérdida de vidas humanas y desde donde
deban impartirse las instrucciones sensatas para que millones preserven la salud
y existencia.
El extremo al que llega, con crítica devastadora, el ítalo
Umberto Eco, no puede ser la única voz instructora de una fase negativa de
Internet y las redes.
Que los clubes electorales ¡ni siquiera! se planteen el
filón de las comunicaciones como política de Estado, no debe impedir que se
estudie y ponga en ejecución este filón cívico.
Los sismos, terremotos, guerras, aluviones y desgracias no
piden permiso. Frente a ello la cultura de las comunicaciones y la prevención,
son genuinamente ¡indispensables!
Aquí en Perú requerimos en todas las latitudes que la señal
sea un soporte y un elemento rápido y ágil para la ejecución de planes de
contingencia que no son de partido o patota alguna, sino métodos valiosos para
la construcción de un Perú libre, justo, culto y digno.
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