Informe
Señal de
Alerta-Herbert Mujica Rojas
10-3-2024
¡Mojiganga de mejor legislación!
https://senaldealerta.pe/mojiganga-de-mejor-legislacion/
Mojiganga: obra teatral muy breve, de carácter cómico, en
la que participan figuras ridículas y extravagantes, y que antiguamente se
representaba en los entreactos o al finalizar el tercer acto de las comedias.
El Congreso, como parte de su interminable margesí de actos
contra la voluntad del pueblo, aprobó la bicameralidad, el Senado, y que muchos
de los actuales especímenes puedan ser reelegidos.
Que un referéndum con más de 15-17 millones de personas, el
2018, votara categóricamente contra la reelección y bicameralidad, no es nada,
una insignificancia para una entidad que no supera el 8% de aceptación popular.
Una minoría de minorías que no supera un examen elemental de
geografía e historia y menos de matemática geopolítica, se zurra, por intereses
mezquinos y cómplices, en millones de ciudadanos.
Algunas personas vinculadas a la dinámica congresal, de buena
fe y con laureles intelectuales más o menos sobresalientes, han opinado
académicamente que una cámara reflexiva, el Senado, procurará el
perfeccionamiento de las leyes.
Verifiquemos cuanta verdad hay en el aserto. El hecho que la
teoría proclame sus fundamentos no equivale, aquí o en la Cochinchina, que
cumpla sus aspiraciones.
¿De dónde provendrían las leyes a reflexionarse y mejorarse:
de la llamada Cámara Baja, Diputados. ¿Y quiénes serían los protagonistas en
esos escaños? La respuesta es obvia: muchos de los actuales analfabetos
funcionales que no aciertan una ¡ni por casualidad!
En buen castellano,
la materia prima estaría preñada de mediocridad natural. En el pantano no
crecen las flores. Y la ciénaga parlamentaria está harto demostrada, desde hace
decenios, con especial bajeza en el hemiciclo de nuestros días.
¿Que vamos a tener
“constitucionalistas”, “internacionalistas”, “doctores”? Probablemente sí pero
de esos está empedrado el suelo del infierno político peruano. ¿No abundan esos
ejemplares de fina teoría y nula comprensión de cómo se mueven las arenas
movedizas de la política?
El patético divorcio
del Congreso con los votantes no necesita mayor demostración. Si los
legiferantes improvisaban un plan contra sí mismos, nunca habrían conseguido
tan deprimentes resultados como la impopularidad de que gozan hoy.
Una cosa es
guitarra, otra con cajón. El aspirante a legislador, proclama ofertas a
sabiendas que no las cumplirá porque no es ese su interés, su preferencia y
angurria es un escaño. Una vez instalado se adentra en las muy rentables aguas
fétidas del tráfico de influencias.
Todo un sistema
político sirve al gobierno de doña Dina Boluarte, el Ejecutivo gobierna, el
Congreso legisla a favor suyo y la idea es permanecer hasta el 2026, falta
remover a los otros integrantes del JNJ y luego las otras instituciones.
La prensa, la escasa
que los cuestiona, puede decirles de todo a los del Congreso. ¡No quieren
entender porque en Plaza Bolívar hay sueldo fijo todos los meses. Manadas de
asesores, secretarias, choferes y ujieres que cautelan por todos los medios su
chamba.
Además, la tarima
congresal provee de rebote en los miedos de comunicación. Distinguidos
imbéciles que no alcanzan ni el 50% del cociente de inteligencia, mundialmente
aceptado, son en Perú: analistas, estrategas, especialistas y demás …istas.
La dictadura del
papel y las toneladas que se gastan en cartas, oficios, notas, etc. en el
Congreso y desde éste a todas las dependencias del Estado, configuran el crimen
perfecto para ajustar a funcionarios de la burocracia estatal que sí conoce los
entresijos de cómo se mueve la corrupción porque ellos son la corrupción.
Pero esas lacras
innobles son las que “solucionan” los problemas dinerarios de los actores del
drama en que el pueblo peruano tributa, paga todas las torpezas y una minoría
parasitaria vive a cuerpo de rey y ladrón.
La lejanía sideral
del Congreso con las masas no la soluciona una “cámara reflexiva”, el Senado,
sino la probanza de honestidad y voluntad integérrima para construir un genuino
Perú libre, justo, culto y digno como se anotó en la Asamblea Constituyente de
1978.
¿Cuántos se afilan
las uñas con la bicameralidad y la reelección? No pocos ya han establecido
escondrijos y madrigueras de las que surgen recursos que pagan sus bienes
inmuebles, autos nuevos, afiliación a clubes exclusivos.
¿Y el pueblo?
Pretexto de todos los discursos, excusa para cambiar todo ¡para que todo siga
igual o peor!
La mojiganga de
mejor legislación que se la cuenten a sus abuelitas. La realidad fácilmente
observable a diario es mejor vitrina que cualquier escaparate. Y las
conclusiones son aberrantes e indigestas.
¿Quién se atreve a
decir lo contrario?
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