Señal de Alerta
por Herbert Mujica Rojas
30-11-2020
Apra: ¿precipicio inminente o hay chance de resurgimiento?
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Sea Nidia Vílchez o cualquier
otro candidato de la cúpula aprista a la presidencia, objetivamente nada hace
presagiar ¡siquiera! alguna clase de éxito. Lo que no pudieron hacer las
dictaduras y las sañudas persecuciones, sí lo provocaron la inmoralidad, estafa
a la fe pública, asalto a las arcas del Estado, irresponsabilidad y egoísmo
aberrante, prácticas sucias que impulsó la dirigencia desde Alfonso Ugarte.
El otrora partido-escuela, de
presencia nacional y de influencia en todos los grupos organizados de la
sociedad, hoy no existe o tiene tal desprestigio que a todos los apristas se
les tilda de ladrones y corruptos.
Haya de la Torre murió en
casa prestada el 2 de agosto de 1979. Sus bienes eran escasos, libros,
recuerdos, diplomas, menciones. ¡Ni siquiera el terreno donde reposan sus
restos en el Cementerio de Miraflores en Trujillo fue de su propiedad! Ajeno al
hedonismo barato, a la angurria desopilante y estrafalaria, Víctor Raúl nunca
tuvo fortuna y cuando presidente de la Asamblea Constituyente 1978-79 ¡cobraba
S/ 1 (un sol) como sueldo mensual!
En cambio el autoeliminado a
quien quieren convertir en un “martir” que no fue nunca, dejó bienes muebles e
inmuebles algunos de los cuales han sido inmovilizados por la sospecha que
fueran adquiridos con dinero sucio. La diferencia salta a la vista.
El precipicio inminente de
una categórica derrota electoral el próximo 11 de abril pareciera no haber sido
analizada de manera exhaustiva. No sólo perdería el Apra la inscripción
electoral al no llegar al 5% mínimo sino que dejaría en el más absoluto
naufragio a una nave escorada desde hace más de 35 ó 40 años.
Y muchos militantes bajo
patrones anacrónicos de un pasado irrepetible aún siguen imaginando una
“reorganización” que NO puede hacerse con los forajidos que ocupan hoy los
puestos porque aquellos son socios de negocios propios y entre quienes la
palabra ética o moral, los mueve a la violencia para defender sus actividades
fenicias.
La realidad es más dura que
las esperanzas y los deseos de que son dueños los ciudadanos.
Al no ser parte de ninguna
entidad parlamentaria, social o de cualquier índole, el aprismo ha perdido cualquier
peso específico para ser intérprete en la lucha social y soporte de ese
tránsito hacia un Perú justo, libre y culto.
El alanismo, esa degeneración
insolente que menudea en las redes sociales al lado de fascistas viejos y
retorcidos, es incapaz de plantear ¡una sola construcción ideológica sobre el
Estado, el Frente Unico o la integración latinoamericana como herramientas en
la lucha política!
¿Seguirán pacientes e
impávidos los militantes apristas cuando los funerales asoman sus orejas en un
panorama sombrío y de aguda crisis política y pandemia agregada?
Apra: ¿precipicio inminente o
hay chance de resurgimiento?
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