Nuestros políticos
son narcisistas, paranoicos, obsesivos, fóbicos e histéricos
por Isabel Peña Rodríguez*; isabelpenarodriguez@yahoo.com
2-6-2020
Para J.M. Satter, la salud mental es el “conjunto de
actitudes para funcionar de modo armonioso, eficaz, agradable, cuando las
circunstancias lo permitan, para afrontar con flexibilidad situaciones
difíciles y para restablecer su equilibrio dinámico.”
Para Ginsburg, la salud mental es: “aptitud para ocupar un
empleo, educar una familia, seguir las prescripciones de las leyes y tomar los
placeres normalmente ofrecidos por la vida.”
¿Cómo no pedirle salud mental a nuestros mandatarios? ¿Cómo
no exigirles armonía, flexibilidad, tolerancia, respeto, lealtad, moralidad,
honestidad, capacidad de amar, de trabajar, dueño de proyectos, realización
personal, capacidad de esperanza y de felicidad? ¿Cómo podemos elegir a hombres
y mujeres que solicitan nuestra confianza, si sus vidas personales son un
fracaso por falta de salud mental? ¿Cómo no podremos desear que nuestros
políticos sean capaces, seguros y sanos?
Las patografías o los estudios psicopatológicos nos dan
información sobre la historia de la humanidad y de sus pueblos, dependen mucho
de la personalidad de sus líderes políticos.
Políticos con transtornos
de la personalidad
El peor problema que puede tener un político es el de la
anomia (estado de desorganización social o aislamiento del individuo como
consecuencia de la falta o la incongruencia de las normas sociales),
aquellos políticos que tienen transtorno
de su personalidad. Personas con grandes problemas e irregularidades en su vida
personal y moral, donde transgreden las normas.
Estas personas vienen de familias en que las figuras paternas
estuvieron ausentes (física y psicológicamente), tienen problemas de conducta
desde la niñez, adolescentes y en la adultez
y encuentran en la política un filón para cultivar sus abusos y engañar
a la gente con el objeto de obtener sus metas personales que son los únicos que
los motivan también llamados psicópatas o transtorno antisocial de la
personalidad.
Diferentes transtornos
de la personalidad en los políticos:
Políticos psicópatas, narcisistas, paranoicos, obsesivos,
fóbicos, histéricos, ansiosos, estresados, hipomaniacos-bipolares, alcohólicos.
Existen políticos que tienen el Síndrome de Hubris, son
aquellos que tienen un (EGO) DESMEDIDO, con una sensación de poseer dones
especiales capaz de enfrentar hasta los mismos dioses.
El neurólogo David Owen analiza la “locura” que provoca el
poder, después de años de estudio del cerebro de los líderes políticos y
concluye: “el poder intoxica tanto que termina afectando al juicio de los dirigentes.”
Existen en nuestro país políticos con desequilibrios
mentales que a lo largo de nuestra historia han hecho daño al pueblo, por eso
nos atrevemos a escribir este artículo desde nuestra vivencia y experiencia
humanas.
No podríamos recoger el fruto de un servicio que pretendemos
prestar a las personas e instituciones de nuestro país si tenemos políticos que
carecen de sincera humildad para construir un Perú mejor.
“Cuando un político no disfruta de un estado de salud mental
suficientemente idóneo, su conducta rezuma peligrosidad”. ¿Cuántos políticos
llevados por su ego han cometido
errores en sus gestiones?
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*Psicoterapeuta
Consultas: (01)777-9857, 995 006 364, 944 433 166
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